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Roban pertenencias a fallecida por coronavirus en Cuba

"En un momento como este que estamos viviendo en todo el mundo, es para que las personas tuvieran mejor corazón"

Carro fúnebre (imagen de referencia) © Cibercuba
Carro fúnebre (imagen de referencia) Foto © Cibercuba

Este artículo es de hace 3 años

Una lectora envió a la redacción de CiberCuba una carta en la que denuncia que nunca le entregaron a la familia las pertenencias de su madre, fallecida como consecuencia del COVID-19 el viernes 15 de enero en el Hospital Militar de Matanzas.

A pesar de que casi ha transcurrido un mes, la policía no solo no ha resuelto el robo, sino que además no aparece el certificado de defunción de la fallecida.

A continuación transcribimos, íntegramente el contenido de la carta enviada a nuestra redacción.

Buen día tengan, aquí les escribe la hija de la fallecida María Teresa M. C., de 67 años de edad, vecina del reparto Pueblo Nuevo, en Matanzas.

El día 15 de enero mi madre murió en el Hospital Militar de Matanzas, donde estaba ingresada a causa del coronavirus.

Cuando le entregaron en el carro fúnebre el cadáver a mi hermano, él se dio cuenta de que no le habían dado sus pertenencias, que incluían una cadena de oro, un par de argollas grandes y un anillo de compromiso de hombre (ambos de oro), su carnet de identidad, su tarjeta de banco, la llave de la casa y su cartera con dinero.

Ella ingresó caminando por sus propios pies, quién iba a pensar que se iba a poner mal en tan pocos días. Entró el domingo 10 de enero y murió al viernes siguiente. Miren cuánto tiempo ha pasado y todavía nada de respuesta por parte de la policía.

Mi hermano fue al banco para que se le respete el dinero que estaba depositado. En el banco le pidieron el certificado de defunción y fue mi hermano a la funeraria para que se lo dieran, y no aparece el papel.

No entiendo cómo pueden trabajar tan mal, ya va a cumplirse casi un mes y nada de respuestas ni de parte de la policía ni de la funeraria.

Veo que ni a los muertos se respeta y mucho menos el sufrimiento de la familia les interesa; no por las prendas, sino porque con un dolor así era para que todo ya se hubiera solucionado.

La verdad que no entiendo porque no es tan complicado para dar con los culpables de lo extraviado. Basta con solo buscar quiénes fueron los que trabajaron ese día en el hospital, y quién atendió a mi madre ese 15 de enero en que falleció.

Sus pertenencias tenían que habérselas dado a mi hermano en sus manos, y no haberle contestado, cuando él viró a preguntar, que sus pertenencias estaban en el carro fúnebre.

Esto me recuerda la película La muerte de un burócrata. Yo estoy muy disgustada porque no es para que pasen estas cosas. Veo que ni con esta pandemia muchos cambian.

En un momento como este que estamos viviendo en todo el mundo, es para que las personas tuvieran mejor corazón.

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