En medio de la crisis económica que atraviesa Cuba en el aeropuerto internacional Frank País, de Holguín, pavimentan los últimos 320 metros de la principal pista de aterrizaje.
La terminal aérea de Holguín reanudó sus servicios en noviembre último aún cuando el COVID-19 afecta los viajes internacionales en todo el mundo, lo que influyó en la disminución de operaciones diarias, según explicó a Cubadebate Miguel Andrés Peña Peña, director del aeródromo.
Otras actividades de reparación de la terminal aérea de Holguín es la construcción de una torre de control de 38 metros de altura (incluido el mástil) en la cual se tendrá una visión de 360 grados con el fin de garantizar la seguridad de los vuelos que lleguen a ese territorio cubano.
Antes del inicio de la pandemia del coronavirus en Cuba el Frank País recibía un promedio de 72 vuelos semanales con aviones de 15 aerolíneas, según datos oficiales.
A pesar del incremento de casos positivos de coronavirus en los últimos meses y la cifra total de contagios ronda por los 40.000 infectados, Cuba no ha cerrado sus fronteras internacionales como hizo en marzo del pasado año, aunque limitó los vuelos y decidió poner en cuarentena a los visitantes, que deberán financiar además los gastos de hospedaje en instalaciones estatales.
El coronavirus agravó la situación económica en Cuba, que depende del turismo para sostenerse. El total de visitantes que arribaba a la isla disminuyó desde 2019, cuando el sector registró una disminución del 9%, según las estadísticas del gobierno.
Durante el tiempo que el país estuvo cerrado al mundo, las diferentes terminales aéreas repararon sus instalaciones y se acondicionaron para cumplir con los protocolos sanitarios exigidos para evitar la propagación del COVID-19.
Aún así, una vez reanudados los servicios muchos se quejaron de la demora en el despacho de equipajes, aunque las autoridades cubanas culparon a las aerolíneas por el retraso de los vuelos y a los pasajeros por el exceso de carga.
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