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Activista animalista denuncia vigilancia policial y campaña de difamación después de reunión en el Ministerio de la Agricultura

La activista se encuentra bajo arresto domiciliario y al igual que otros animalistas cubanos es centro de una campaña difamatoria por parte del gobierno.

Policía frente a la casa de Verónica Vega © Facebook / Verónica Vega
Policía frente a la casa de Verónica Vega Foto © Facebook / Verónica Vega

Este artículo es de hace 3 años

La escritora y defensora por los derechos de los animales Verónica Vega denunció este sábado que las autoridades cubanas impusieron vigilancia policial a su vivienda y han emprendido una campaña de difamación contra varios activistas después de la reunión en el Ministerio de la Agricultura (Minagri).

"Luego de la aparente victoria ayer luego de presentarnos frente al Ministerio de la Agricultura exigiendo una respuesta sobre el Decreto Ley de Bienestar Animal, esta es la respuesta oficial tras un diálogo "respetuoso y civilizado" con los funcionarios", dijo en Facebook.

Asimismo, mostró una foto donde se ve a la Policía vigilando su edificio.

"Una patrulla policial frente a nuestro edificio y forzado arresto domiciliario. Ya ayer comenzó una campaña difamatoria desde un perfil falso contra l@s activistas Beatriz Batista y Omar Mena", detalló.

"¿Se puede creer en una conversación que deriva en acciones que descalifican a una parte de los interlocutores? ¿Se puede creer que hay una voluntad política de cambio?", cuestionó Vega.

Beatriz Batista, una de las líderes del movimiento animalista en La Habana, también había denunciado que crearon un perfil falso con sus fotos y que durante la reunión en el Minagri intentaron hackear su cuenta dos veces.

La víspera los jóvenes activistas se plantaron frente a la institución gubernamental para exigir la firma de una Ley de Bienestar Animal, tras lo cual autoridades del gremio les hicieron un acto de repudio.

Horas después fueron recibidos por funcionarios del ministerio, que prometieron a los activistas independientes cubanos que el país tendría un Decreto-Ley —que no es una Ley de Bienestar Animal propiamente— antes de que culmine el mes de febrero.

"Antes del 28 de febrero tenemos ley de bienestar animal", había anunciado en la red social Beatriz Batista.

En un comunicado emitido después de esa reunión, el Minagri confirmó que la Ley de Bienestar Animal es un tema de prioridad nacional que está en el cronograma legislativo, y que en el encuentro con los jóvenes activistas se había fijado que la aprobación de un Decreto-Ley, se realizará este mes de febrero.

Sin embargo, el gobierno cubano continúa aferrado a la idea de perseguir y reprimir cualquier iniciativa ciudadana y se lanza contra todos los sectores de la población que hagan algún reclamo para cambiar alguna realidad en la isla.

Si bien antes la emprendieron contra artistas y periodistas independientes por exigir libertad de expresión y respeto al arte independiente en el país, parece que ahora toca el turno a los animalistas, que se volvieron incómodos al desafiar al régimen.

Tal "desacato" de estos activistas responde a las continuas maniobras del gobierno para postergar la firma de una Ley de Bienestar Animal desde noviembre de 2019, cuando el movimiento de defensores de los derechos de los animales cobró fuerzas, tras un rescate masivo de perros en Zoonosis.

La presión en esas fechas llevó a las autoridades cubanas a dialogar con varios activistas independientes, tras lo cual anunciaron la elaboración de un proyecto de Ley de Protección Animal que debía contemplar derechos y deberes de los ciudadanos hacia los animales, así como medidas punitivas para quienes no los cuiden y protejan.

Pero a inicios de año, el proyecto de Ley fue rebajado a Decreto-Ley.

A pesar de que un Decreto no era lo ideal, los animalistas cubanos esperaban —con base en el cronograma legislativo respaldado por el parlamento cubano y publicado en enero de 2020 en la Gaceta Oficial— que el Consejo de Estado analizara en noviembre de ese año la propuesta legislativa.

Sin embargo, ese anunciado Decreto también sufrió otra degradación a "Política de Bienestar Animal", que seguiría sin sancionar los actos de violencia de los ciudadanos contra los animales.

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