El piloto Orestes Lorenzo, exoficial de las Fuerzas Armadas de Cuba que escapó de la isla en un MiG-23, afirmó sentirse “americano y orgulloso de serlo” a 30 años del día en que se despidió de sus hijos y su esposa.
“Hace treinta años que besé en despedida a mis hijos y a la mujer de más coraje que he conocido. Ella acababa de cortar la esquina de la foto que me acompañaría en aquel viaje incierto de Todo o Nada”, escribió Lorenzo este sábado en Facebook.
El aviador —quien desertó el 20 de marzo de 1991 mientras realizaba una misión de entrenamiento de rutina en su MiG-23BN, y se desvió hacia la Estación Aérea Naval de Key West, en Florida— recordó que “la incertidumbre” desapareció al llegar a su destino.
“Me sentía en casa. Estaba, finalmente, en casa. Para todo lo que cuenta, ese día marcó mi renacimiento”, continúa la publicación en la red social. “Estos treinta años han pasado velozmente. Muchas luchas en el camino, muchos retos, muchas caídas de las que siempre me levanté, e incontables momentos de alegría, de logros y de gratitud”.
Según el testimonio del piloto, en Estados Unidos nunca se ha sentido solo: “Tuve siempre la mano generosa de muchísimos amigos, y ese sentimiento de inclusión en la familia mayor que es el pueblo americano. Me siento americano, soy americano, y orgulloso de serlo”.
Tras el fracaso de sus gestiones —incluida una huelga de hambre encadenado a una reja en El Retiro de Madrid — para reunirse con su familia, que permanecía en la isla, Lorenzo protagonizó en diciembre de 1992 una acción de alto riesgo: voló en una avioneta para recoger a su mujer y sus dos hijos (entonces con seis y 11 años) en una carretera ubicada cerca de Varadero.
Aquella fue otra experiencia de “todo o nada”, conocida desde entonces como “el vuelo del amor”.
Gracias a aquel acto desesperado, Lorenzo ha vivido las últimas tres décadas junto a su familia: “He tenido a Vicky [María Victoria Rojas] siempre animándome y guiándome en cada paso. He visto a mis hijos florecer en los hombres de bien que son, y tengo los mejores amigos que alguien pueda tener”.
En su post conmemorativo de este sábado, el exmilitar compartió fotos de su familia, su arribo al país norteamericano y de reciente vuelo a bordo de una aeronave de la Segunda Guerra Mundial.
“Quise compartir estas fotos que llevan el sentido de aquel viaje. Mi vuelo a EEUU en el MiG-23 matrícula 722 y el irónico final de ese avión. Y mi vuelo hace un par de días en uno de los íconos de la Segunda Guerra Mundial, el P-51 Mustang. Estas fotos lo expresan todo”, finalizó.
Entre las instantáneas se aprecia el fuselaje del MIG desarmado y abandonado en algún punto de la geografía de Cuba, a donde fue devuelto.
A la vuelta de algunas horas, el post de Orestes Lorenzo cuenta con más de 240 comentarios, en su gran mayoría de apoyo, y más de un millar de interacciones.
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