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Cubano choca con la discriminación cuando va a una oficina a rentar un auto de turismo

El gerente del lugar comunicó que solo pueden rentar por reservas desde el exterior.

Juan Harry Gálvez Valdespino en la oficina de renta de autos © Facebook del joven
Juan Harry Gálvez Valdespino en la oficina de renta de autos Foto © Facebook del joven

Este artículo es de hace 3 años

Un cubano chocó con la discriminación cuando se dirigió a un centro de renta de autos de turismo en La Habana.

Juan Harry Gálvez Valdespino se presentó en la oficina renta de autos ubicada en las calles 3ra y Paseo, en La Habana, donde atienen con preferencia a los turistas y "los cubanos una vez más somos discriminados".

Según Valdespino, el gerente del lugar le comunicó que solo pueden rentar por reservas desde el exterior.

"Tengo un problema familiar y estoy atado de manos y pies", sostuvo.

Aunque hace algún tiempo circuló la información de que los cubanos residentes en la isla no podrían acceder al servicio de renta de automóviles, pues este estaría reservado exclusivamente para extranjeros y residentes en el exterior, la agencia estatal Transtur escribió a CiberCuba, que la renta de autos en Cuba es posible para todos pero a través de pagos con tarjetas y en Moneda Libremente Convertible (MLC).

"Los cubanos residentes dentro y fuera de Cuba pueden rentar de acuerdo con los requisitos para todos por igual", afirmó Transtur.

Otros episodios de discriminación a los propios cubanos dentro de la Isla han sido denunciadas en las últimos tiempos.

En una ocasión una cubana fue expulsada del Centro Comercial Palco, de La Habana, luego de que el director del lugar le informara que solo estaba permitida la entrada de diplomáticos.

"¿Hasta cuándo los cubanos tienen que aguantar que los discriminen en su propia tierra y que algunos de los que ocupan cargos gubernamentales continúen tomando este tipo de decisiones?", dijo la cubana.

Un caso similar vivió un cubano con discapacidad, a quien le impidieron entrar a comprar a una tienda en Moneda Libre Convertible (MLC) en La Habana, mientras que a su amigo español sí lo dejaron acceder al lugar.

"¿Cómo le explico a Juan que vivo en una sociedad que no desampara a nadie? ¿Tendré que ir a España para que me dejen comprar? Y como le escuché decir a una gran amiga: ¿tendrá el español más necesidad que yo o el problema está en que soy cubano?", dijo.

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