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Playa Girón libre de coronavirus y turistas a 60 años del desembarco de bahía de Cochinos

Geográficamente, Playa Girón hace frontera oeste con bahía de Cochinos, pero la geopolítica semeja un escenario muy distante, como parte de la prolongada disyuntiva cubana; revolucionarios evocan Girón como derrota de Estados Unidos, mientras que veteranos de la Brigada 2506, rememoran Bahía de Cochinos como frustración de su intento por liberar a Cuba del comunismo.

Cubanos con Cuatrobocas y bar-restaurante El Cocodrilo © Ernesto Fernández / Bar-restaurante El Cocodrilo
Cubanos con Cuatrobocas y bar-restaurante El Cocodrilo Foto © Ernesto Fernández / Bar-restaurante El Cocodrilo

Este artículo es de hace 2 años

En Playa Girón hay un hotel de la empresa estatal Cubanacán, dieciséis alojamientos y seis restaurantes privados, que llevan un trimestre sin turistas, aunque el coronavirus ha golpeado poco la zona, que ahora mismo está libre de contagios, tras superar un brote en enero con 14 casos, incluidos cuatro extranjeros, repartidos entre Pálpite, Soplillar, Entronque (Playa Larga), Caletón y Cayo Ramona.

Los vecinos de Playa Girón tienen problemas comunes al resto de los cubanos como escasez de alimentos, y dificultades con el suministro de agua potable, que deben quedar resueltas, al menos en Cayo Ramona, donde dos mil habitantes se beneficiarán de una planta potabilizadora donada por el gobierno de España, dentro de su programa de cooperación al desarrollo, que no ofrece el dato del costo de la estructura y el entrenamiento de cubanos en la Universidad de Alicante y las empresas españolas asociadas.

El hotel de Cubanacán es de dos estrellas con servicio todo incluido, y alojamientos, restaurantes y bares privados tienen nombres con guiños en inglés y spanglish: Guanaba's nest, Hostal José García & Nena, Ruben's Big Blue Beach Bar, algunos están decorados con banderas de Estados Unidos, Canadá y España, pero también los hay con denominaciones locales como Bar-Restaurante El Cocodrilo o El Butty.

Guanaba's nest, alojamiento privado en Cayo Ramona / Foto: Airbnb

Todos esos nombres junto con los de Eduardo García Delgado, Nemesia Rodríguez Montano, central Australia y bahía de Cochinos están asociados a la batalla de Playa Girón, del 16 al 19 de abril de 1961, tres días que enfrentaron y conmovieron a cubanos de ambas orillas y facilitó la implantación del comunismo de compadres en la isla.

Geográficamente, Playa Girón hace frontera oeste con bahía de Cochinos, pero la geopolítica semeja un escenario muy distante, como parte de la prolongada disyuntiva cubana; revolucionarios evocan Girón como derrota de Estados Unidos, mientras que exiliados y opositores rememoran la Brigada 2506, como página heroica de su intento frustrado por liberar a Cuba del castrismo.

Bahía de Cochinos lame el tacón, contrafuerte y caña de esa bota que es la Ciénaga de Zapata, el municipio más extenso y poco poblado de Cuba y el mayor humedal del Caribe insular; distante 18,6 kilómetros de Playa Girón.

Alegoría 60 años de Girón / Foto: CiberCuba

El cubano Carlos Rodríguez Santana fue el primer mártir de Girón, cuando se cayó, el 7 de septiembre de 1960, por un desfiladero cercano a los campos de entrenamiento en Guatemala, llevando como identificación los dígitos 2506, que dio nombre a la Brigada que desembarcó hace 60 años en la bahía de Cochinos, tras meses de entrenamiento en las montañas guatemaltecas.

Carlos Rodríguez, primer mártir de la brigada 2506 / Foto: belenjesuit.org

La brigada invasora estaba compuesta por 1.500 cubanos emigrados, pero sus jefes y asesores decidieron identificar a los expedicionarios a partir del dígito 2.500 para despistar a la Inteligencia cubana, que obtuvo abundante información sobre los planes enemigos, mediante infiltrados, desertores e indiscretos en Miami.

El plan original, avalado por el presidente norteamericano Dwight Eisenhower, contemplaba el desembarco por Casilda (Trinidad) para aprovechar sus muelles, la cercanía con la sierra del Escambray, una pista de vuelo que se alargaría y liberar a dos mil presos de la cárcel de Topes de Collantes, para que se sumaran a la lucha anticastrista, tomar el control de una zona e instaurar un gobierno provisional, formado por civiles, y transmitir desde una radio potente para el resto de Cuba.

El presidente John Fitzgerald Kennedy continuó con la operación, pero cambiando el desembarco a bahía de Cochinos, disminuyendo la cobertura aérea prevista inicialmente y manteniendo el desembarco aerotransportado y la infiltración de brigadistas en Cuba, como pequeños grupos de supuestos estudiantes que regresaban tras finalizar estudios en Estados Unidos y que entraron por el aeropuerto José Martí, de La Habana.

El asesinato de Kennedy frustró su compromiso de liberar a Cuba del comunismo, en opinión del brigadista y veterano de la CIA, Félix Rodríguez, que recuerda el acto en el Miami Orange Bowl, donde el entonces presidente prometió devolver la bandera de la Brigada 2506 en una Cuba libre.

Cuando mataron a Kennedy, Castro conversaba en Varadero con el periodista francés Jean Daniel, enviado especial y discreto del presidente norteamericano, a quien había entrevistado días antes y había entregado un mensaje para el entonces primer ministro cubano; cuyo contenido nunca ha sido revelado, como parte de los misterios que aún sobrevuelan esa batalla inconclusa que fue Playa Girón y que incluyen la presencia en Dallas, no confirmada por ninguna de las partes del oficial de la Contrainteligencia cubana, Fabián Escalante Font, el 22 de noviembre de 1963, un mes posterior a la Crisis de los Misiles.

Uno de los documentos desclasificados por la CIA / Foto: The National Security Archive

En 2001, la CIA reveló 122 documentos de antes, durante y después de la batalla de Playa Girón, en ocasión de una reunión bilateral en La Habana, presidida por el fallecido presidente Fidel Castro Ruz, acompañado por uno de los principales jefes militares de la contienda, José Ramón Fernández, y Arthur Schlesinger Jr, Asistente especial del presidente Kennedy, que durante la operación Bahía de Cochinos, se desempeñó como enlace con los líderes del exilio cubano, pese a que se opuso a la invasión, apoyado por Robert Reynolds, jefe de la delegación de la CIA en Miami en 1961, y Alfredo Durán, miembro de la Brigada 2506 y partidario del diálogo con el gobierno cubano.

La invasión de bahía de Cochinos desempeñó un papel decisivo en la posterior radicalización del castrismo y en la política de Estados Unidos hacia los movimientos izquierdistas en América Latina. "Si no hubiera habido invasión, probablemente la historia hubiera sido distinta", afirmó Wayne Smith, diplomático norteamericano y ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana ( 1978-1980).

Schlesinger contó cómo Kennedy conoció los preparativos de la invasión sólo un día antes de asumir la presidencia que, hasta el último momento, el mandatario norteamericano dudó en seguir adelante con el proyecto y reveló cómo JFK trató de propiciar un acercamiento con Cuba, en 1963, a través del embajador cubano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Lechuga, "pero la bala de Dallas acabó con todo".

Pepe San Román, jefe militar Brigada 2506 / Foto: Periódico Revolución

El comandante José Pérez San Román, jefe militar de la Brigada 2506 y del desembarco en bahía de Cochinos, escribió, en "Respuesta, la verdad sobre Girón" (1980), una conclusión válida para la actual crisis y el futuro: En la lucha, la dirección y decisiones políticas, militares y de cualquier índole, deben estar en manos del pueblo, como parte de sus derechos inalienables y asumiendo los intereses permanentes de Cuba.

Como en toda historia, hay villanos como Osmany Cienfuegos Gorriarán, culpado de la muerte por asfixia de nueve cubanos de la Brigada 2506, conducidos junto a otros muchos hacia La Habana, en una rastra sin ventilación; y héroes con escaso reconocimiento como el oficial de la Inteligencia cubana, Héctor Gallo Portieles, que avisó a La Habana el punto exacto del desembarco, papel escamoteado por la historiografía castrista y el abogado norteamericano James B. Donovan, que negoció el canje de los prisioneros por 53 millones de dólares en alimentos y medicinas.

Castro y Donovan, negociando en La Habana / Foto: Periódico Revolución

“La historia no había sido amable con él”, dijo Jan, la hija mayor de Donovan, sobre el papel de su padre, "un hombre que ¡hizo tanto por nuestro país y nadie se acuerda de él! ”, pese a su intervención en eventos clave del siglo XX, omisión reparada parcialmente por Steven Spielberg y los hermanos Cohen, con la película Bridge of Spies, que cuenta su mediación con las entonces Unión Soviética y República Democrática Alemana que hizo posible el canje de dos norteamericanos, el piloto Francis Gary Powers derribado en la URSS, y el estudiante Frederic L. Pryor, preso en la RDA, por el espía soviético Rudolf Abel.

Clientes y Papá Nöel en el bar El Cocodrilo / Foto: bar El Cocodrilo

CiberCuba constató que todo lo relacionado con Playa Girón y bahía de Cochinos es agua pasada para actuales vecinos de esa franja de tierra cubana en el sur de Matanzas, cuando llamó a uno de los negocios privados para intentar obtener un testimonio de sus recuerdos sobre la contienda de hace 60 años.

¡Ay, mi amor, cuando vi el número de España, pensé que eras un cliente para una reserva y tú me preguntas por cosas de viejitos, sí... aquí tenemos buenas habitaciones, langosta, traguitos y masas de cochino...

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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