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Los comunistas cubanos de congreso: actualización, conceptualización y otras palabras mayores

Quien piense que con estas mimbres se podrán implementar cambios en el modelo económico cubano debe abandonar cualquier idea al respecto.

Sesiones del 8vo Congreso del PCC © ACN / Ariel Ley Royero
Sesiones del 8vo Congreso del PCC Foto © ACN / Ariel Ley Royero

Este artículo es de hace 2 años

El balance del congreso comunista cubano en materia de asuntos económicos se puede calificar como decepcionante. La crisis de la economía cubana hacía prever la posibilidad de incluir propuestas novedosas y realmente transformadoras para actualizar la Conceptualización del Modelo económico y los Lineamientos.

Es cierto que en algunos momentos se han enunciado proclamas que han sorprendido a más de uno, pero, en general, los acuerdos contenidos en las resoluciones aprobadas vienen a ser como un disco rayado que no consigue saltar del surco en que se ha trabado desde hace décadas.

Vamos por partes. La sorpresa. Llegó en la Comisión No.1, presidida por Marrero con 136 militantes, delegados, invitados y participantes diversos. Después de 32 intervenciones, llegó el momento del día.

Sin duda alguna la afirmación que de que la sociedad cubana “se encuentra en el período histórico de construcción del socialismo, así como los principios en que se sustenta el ideal de sociedad socialista, forjado durante el proceso revolucionario”.

Esta frase, perteneciente al texto de la resolución sobre la actualización de la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, es hilarante. ¿Es que acaso 62 años no son suficientes para construir el socialismo? ¿Cuántos más se necesitan? Al menos una estimación habría sido conveniente, ya que las prisas de algunos no encuentran acomodo en digestiones tan largas.

En lugar de ello, la Comisión se encargó de dejar claro que “la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción se mantiene como forma principal del sistema socioeconómico, el papel dirigente del Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana y el Estado Socialista de Derecho y Justicia Social como garante de la igualdad de deberes y derechos, que asegura que ninguna persona quede desamparada”.

Desde esta perspectiva, la conceptualización no cambia y refuerza su diseño de congresos anteriores, para consolidar el papel de la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción; reconocer, regular y lograr un adecuado funcionamiento del mercado; impulsar la ciencia y el desarrollo de la tecnología y la innovación, consolidar el papel de las universidades y fortalecer sus relaciones con las entidades de la producción; asegurar que el trabajo y la laboriosidad constituyan valores morales cardinales; la elevación del nivel y calidad de vida es un objetivo prioritario permanente, con énfasis en la seguridad alimentaria y energética, son entre otros, los objetivos generales de la actualización del modelo que será ejecutada por Comité Central del Partido Comunista de Cuba (la misma que en varios congresos anteriores).

Con respecto a la Actualización de los Lineamientos, lo más llamativo ha sido el balance final. De los 274 aprobados, se mantuvieron solo 17, se modificaron 165, se eliminaron 92 y se adicionaron 18. El documento lo conforman 201 Lineamientos que priorizan, entre otros:

a) Fortalecer la gestión de los actores económicos, en especial la empresa estatal socialista como sujeto principal de la economía. De agentes privados, nada.

b) Avanzar en la solución de los problemas estructurales de la economía, en particular, desarrollar la producción y comercialización de alimentos con énfasis en el sector agropecuario; lograr una mayor participación de las fuentes renovables en la matriz energética; incrementar las exportaciones y la sustitución efectiva de importaciones, recuperar y desarrollar el turismo e impulsar la inversión extranjera directa. Problemas que tiene su origen en el régimen jurídico de la propiedad.

c) Consolidar la implantación de la Tarea Ordenamiento con los ajustes requeridos, en interés de alcanzar su objetivo estratégico, una mayor utilización de los instrumentos financieros en la conducción de la economía y avanzar en el logro de los equilibrios macroeconómicos fundamentales. Siguen sin reconocer los efectos negativos.

d) Seguir priorizando el desarrollo y la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación en todas las esferas de la sociedad, en particular en las actividades productivas. La “tesis doctoral”.

e) Continuar el desarrollo de la justicia social en las nuevas condiciones; lograr mejoras en el consumo y el nivel de vida de la población e implementar nuevos programas y servicios sociales dirigidos a las personas y núcleos familiares vulnerables, así como una relación adecuada entre los ingresos personales y los precios de los productos y servicios. Solo puede haber justicia si hay crecimiento económico, y ello depende de los derechos de propiedad.

Pero también hubo sorpresa, cuando se planteó un lineamiento para avanzar en el estudio de las criptomonedas en las actuales condiciones de la economía. Lo que menos hacía falta para acabar de rizar el rizo.

En el informe sobre los resultados de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución se destacó entre las deficiencias: “no haber alcanzado la eficacia necesaria en la planificación, organización, control, celeridad y seguimiento de los procesos; ha persistido, en ocasiones, durante la conformación de algunas políticas o medidas, insuficiente integralidad y visión de los riesgos, la ausencia o baja calidad de las metas e indicadores requeridos y las acciones de capacitación y comunicación social, no siempre, han tenido el alcance, oportunidad y calidad necesarias”.

Y después de este reconocimiento, ¿tiene sentido seguir otorgando a los lineamientos alguna validez para la actualización de la economía y la transformación del modelo? Pues los comunistas cubanos creen que sí, y en la resolución del congreso, aprobaron los Lineamientos actualizados para el período 2021-2026 y lo que corresponde al Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 en el próximo quinquenio, de modo que ambos constituyen la base de la Estrategia Económica y Social para el impulso a la Economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la COVID-19 en los próximos años. Nada nuevo.

Lo cierto es que, si se entra en las propuestas planteadas sobre los Lineamientos, la conclusión es que se trata de textos que expresan continuidad para el trabajo del Partido, pero su capacidad para mejorar la situación económica es limitada. Aspectos como, el modelo de gestión económica, la política inversionista, el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación y sus impactos en la sociedad, la política social, la importancia de fortalecer el desarrollo sostenible de las comunidades rurales cubanas para mitigar el fuerte proceso de migración hacia las zonas urbanas, el nuevo Lineamiento dedicado a potenciar el avance de las regiones montañosas del país, promover una política integral para el desarrollo de las comunidades locales, perfeccionamiento de la actividad docente y el incremento de la calidad de los servicios de Salud, la libreta de racionamiento, como mecanismo de distribución, se mantendrá, mientras no exista una oferta estable de productos, incluso, la eliminación gradual de las gratuidades indebidas y los subsidios excesivos, son lineamientos viejos, muchos de ellos obsoletos y fracasados, por los que no vale la pena insistir.

El debate sobre los subsidios ofrece una idea de esta precariedad del análisis. Pues claro que existen incentivos productivos que pueden generar beneficios para el desempeño financiero del país, y que no se deben anular, sino todo lo contrario, a fin de que se conviertan en estímulos para el desarrollo. Y por supuesto que hay subsidios que provocan pérdidas, ineficiencias y desvío de recursos, que deben ser eliminados. Debatir sobre estas cuestiones, tiene muy poco sentido.

No es lo mismo fortalecer el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en cuanto a infraestructuras, como hacerlo con fines políticos e ideológicos, para afrontar un supuesto “escenario complejo de subversión y de guerra mediática, de la cual Cuba es víctima constantemente”; junto a ello, “la necesidad de elevar la cultura en el uso responsable de las tecnologías de la información y las comunicaciones, para sortear los peligros que representa la batalla en el campo digital”, son viejos conocidos de los congresos comunistas, que se han reconvertido a las nuevas tecnologías, y que no aportan gran cosa, como ese disco rayado que no acaba nunca. Y poco más.

Quien piense que con estas mimbres se podrán implementar cambios en el modelo económico cubano debe abandonar cualquier idea al respecto. Los comunistas cubanos aspiran a lograr el perfeccionamiento integral del “Sistema de Dirección Planificada del Desarrollo Económico y Social y del Estado” como rector, coordinador y regulador de todos los actores, en particular la descentralización de facultades a los niveles territoriales, con énfasis en el municipio como instancia fundamental. Detrás de esa estructura de poder, cualquier referencia a las diferentes formas de propiedad y gestión, no pasa de ser una anécdota. Los derechos de propiedad en Cuba ni están ni se les espera.

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Elías Amor

Economista, Miembro del Consejo del Centro España-Cuba Félix


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