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Científico Eduardo López-Collazo responde: ¿Es fiable la vacunación en Fase III en Cuba?

El director del centro de investigación del hospital La Paz, de Madrid (IdiPaz), se pregunta si las autoridades sanitarias cubanas contemplan el uso de placebos en la vacunación voluntaria de 1,7 millones de habaneros, dentro de la Fase III de Soberana 02 y Abdala.


Este artículo es de hace 2 años

El científico cubano Eduardo López-Collazo ha conversado con CiberCuba sobre la vacunación voluntaria de 1,7 millones de habaneros en la Fase III de los prototipos contra el coronavirus Abdala y Soberana 02, anunciada por el Ministerio de Salud Pública de Cuba en su página web y ha contestado a la pregunta del millón: ¿es fiable vacunarse en la Fase III en Cuba?

Estamos ante una prueba que incluirá voluntariamente al 84,3% de la población de la capital cubana, calculado a partir de los 2.015.857 habitantes que tenía La Habana en 2019, según recoge el estudio Población y ocupación del espacio geográfico de La Habana: Desde la fundación de la Villa hasta la capital de todos los cubanos 2019, publicado el año pasado por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba.

López-Collazo cree que "sería una grandísima noticia si ya hubiese pasado una Fase III". Sin embargo, en estos momentos no tiene datos a mano para celebrarlo porque no sabe si "esta especie de Fase III" incluye los placebos, de manera que la persona que está vacunando o la que está siendo vacunada no sepan si le están poniendo placebo o no para después poder comparar los resultados.

"Eso es lo que sería un ensayo clínico. En lo que he podido revisar no parece ser que sea así. Si es así, que lo comenten, pero todo parece indicar que es una especie de vacunación masiva incluida dentro de lo que llaman ellos Fase III", señaló en declaraciones a CiberCuba.

El científico aclara además que la no utilización de placebos podría permitirse por algún comité de ética en situación de gran emergencia, pero si es así habría que documentarlo y explicar "que es una vacunación masiva con el supuesto de las fases anteriores, que en este caso no es una Fase III", añadió.

Asimismo, insistió en que echa de menos "esa transparencia que muchas veces falta de la Isla".

Preguntado por CiberCuba sobre si aconsejaría o no vacunarse en Cuba, el científico que está a cargo de otros 1.700 investigadores en España, cree que se trata de una decisión muy personal que debe tomar cada voluntario.

"Vacunarse es una decisión muy particular. Si es un ensayo clínico, el primero que tiene que estar muy convencido de que va a participar es la persona, que no puede ser obligada ni coaccionada. Tienen que evaluar bien lo que van a hacer y los datos que hay para participar o no en un ensayo clínico. Yo he participado en algunos ensayos clínicos, pero siempre con la grandísima transparencia de poder acceder a todos los datos disponibles, de poder hacer todo tipo de preguntas y firmar el consentimiento de informado", recalcó.

En caso de que la persona acceda a vacunarse en Cuba y luego el prototipo no supere la Fase III, Eduardo López-Collazo, cree que las consecuencias no serían severas.

"Con la estrategia que han hecho todas las vacunas cubanas no puedo especular diciendo que puede haber unas graves consecuencias. Son vacunas que son proteicas, no son virus atenuados, no son virus transformados. Lo peor que puede pasar son los efectos secundarios y que no funcionen. Ojalá el Gobierno cubano, que tan crítico es muchas veces con las opiniones mías, resalte esto que acabo de decir", sugirió.

Acto seguido, el director del IdiPaz de Madrid respondió a los ataques recibidos desde la prensa estatal cubana por considerar que Cuba juega a la ruleta rusa al rechazar el fondo solidario Covax, de vacunas contra al COVID-19, una opinión que él mantiene porque "es de sentido común" en caso de que no funcionen las vacunas cubanas o falle su producción.

"Vamos a dejarlo claro de una vez. Al igual que muchas personas de mi generación, yo aproveché la educación recibida en aquel país, pero la pagué con creces con las escuelas al campo, con el servicio social, con el salario ridículo que recibía por las miles de horas que trabajaba. También aprendí y probablemente aprendí mucho más en España, en Alemania, en Estados Unidos y en el Reino Unido, lugares donde también me formé y me dieron becas por mis conocimientos y nunca, nunca, nunca me están constantemente recordando que me formaron", espetó.

Respecto a las cifras de más de un millar de contagios diarios de coronavirus en Cuba, López-Collazo cree que son datos preocupantes.

"Sí, sí, es alto. Lo hemos visto aquí en España, como en Islas como Lanzarote se toman medidas muy drásticas con una incidencia muy baja. Pero, claro, son incidencias muy bajas dentro de una Isla, donde todos los criterios empiezan a cambiar un poco porque puede haber mecanismos muy rápidos de ignición. Es decir, la insularidad, epidemiológicamente te hace considerar los números un poco más grandes que lo que se ve, por ejemplo, en un continente. Son cifras altas para Cuba", dijo.

En cambio no tiene explicación para la alta incidencia del coronavirus en menores de edad cubanos.

"Tampoco sé, porque me han llegado noticias 'off the record' de unas neumonías muy drásticas, muy fulminantes que se han dado en ciertos lugares como Jovellanos (Matanzas), donde yo nací. No sé exactamente si están relacionadas con la COVID; ni qué pasa con esa incidencia en la población infantil; si es tan considerable como lo están comentando o si es algo que se nos escapa porque es una variante nueva que está allí mismo. No sé decirte".

Sobre la peligrosidad de las variantes del coronavirus, López-Collazo resaltó que hay algunas "que son mucho más infectivas que otras. Por ejemplo, aquí en España la variante británica es la prevalente y es muy infectiva, incluso ha desplazado a las demás. Lo único que no es más letal", aclaró.

En su opinión, la convivencia de varias variantes en un tiempo y lugar determinado hace que se diversifique la población infectada y si esto escapa al control de las autoridades, se pueden crear nuevas variantes "que incluso pueden escapar a la protección de las vacunas", alertó.

"Un consejo que se le puede dar a la población es mantener a rajatabla todas las recomendaciones de aislamiento para evitar la propagación del virus. Mascarilla, aislamiento, higiene de las manos", recomendó el director del IdiPaz, haciendo hincapié en la peligrosidad de las colas multitudinarias en Cuba.

"Las colas son posibles mecanismos de ignición, que puede explotar. Entiendo perfectamente los problemas que puede estar pasando la población cubana, pero hay que tener el máximo cuidado porque ahí puede haber mucha transmisión y aumentar la cantidad de variantes y me preocupa que alguna de ellas pueda escapar a los candidatos vacunales que tienen ellos allí y que ojalá funcionen. No tienen por qué no funcionar. Científicos buenos hay en todas partes. Ojalá funcione para que esa pesadilla no sea una pesadilla más para el pueblo cubano, que ya tiene bastante".

López-Collazo advirtió además a las autoridades cubanas de que los países a los que pretendan vender sus vacunas (si funcionan) les pedirán garantías de que éstas han pasado la Fase III cumpliendo con todos los requisitos éticos establecidos al respecto y que son evaluados por agencias independientes del poder político.

"Si al revisar la forma en que se hicieron la Fase II y III no convence, pues pueden tener algún problema. Eso sería un problema añadido a la comercialización que pueda tener alguno de los candidatos cubanos", concluyó.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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