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Síndrome de La Habana llega a Miami: Dos empleados federales afectados por supuestos ataques sónicos

En Miami, varias personas reportaron síntomas similares a los descritos por diplomáticos estadounidenses en Cuba a partir de 2016.

Un centro de detención federal de seguridad administrativa (Imagen de referencia) © bop.gov
Un centro de detención federal de seguridad administrativa (Imagen de referencia) Foto © bop.gov

Este artículo es de hace 2 años

Estados Unidos investiga un presunto ataque de energía dirigida contra dos empleados del gobierno federal en Miami, quienes reportaron diversos síntomas, incluido daño cerebral, parecidos a los del llamado “síndrome de La Habana”.

Fuentes familiarizadas con la investigación no aclaran a qué agencia pertenecían los involucrados en el incidente de Miami el año pasado, pero relatan que varias personas reportaron síntomas similares a los exhibidos por diplomáticos estadounidenses en Cuba a partir de 2016, según Politico.

El estudio abarca otros dos incidentes reportados en suelo estadounidense y que involucran también a funcionarios del gobierno. Los presuntos ataques, dada su naturaleza tecnológica, son difíciles de rastrear y atribuir con fiabilidad, motivo por el cual las pesquisas se llevan con discreción.

De los otros dos incidentes que se investigan, uno está relacionado con un alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) que, cuando caminaba el año pasado hacia su automóvil desde el jardín sur de la Casa Blanca conocido como La Elipse, sintió los malestares descritos en estos presuntos “ataques sónicos o de microondas”.

El otro, ocurrido en 2019, involucró a un funcionario retirado del Consejo de Seguridad Nacional que paseaba a su perro en Alejandría, ciudad del estado de Virginia, cercana a Washington.

Todos estos hechos forman parte de una amplia investigación sobre presuntos ataques de energía dirigida contra estadounidenses. Un misterioso asunto que encendió las alarmas de los funcionarios y provocó una investigación en profundidad por parte del Pentágono.

Aunque los representantes del NSC, el FBI y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional declinaron hacer comentarios, se sospecha que los ataques pudieron haberse realizado con dispositivos pequeños y portátiles, que provocarían síntomas similares a los de otras enfermedades.

Las afectaciones de los presuntos ataques incluye a funcionarios del Pentágono y la CIA. Los investigadores han dado la voz de alarma a los legisladores, preocupados por la amenaza que representan los crecientes indicios de ataques por todo el mundo, incluido territorio estadounidense. A finales de marzo, dos funcionarios del Pentágono informaron a los miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara sobre los presuntos ataques en un entorno clasificado.

Jennifer Walsh, la jefa de políticas del Pentágono en funciones; y Griffin Decker, director de la célula de amenazas emergentes del Pentágono expusieron ante los legisladores la información que manejan, aunque no pudieron afirmar de forma concluyente si los incidentes equivalían a ataques de energía dirigida, o quiénes eran los responsables, a pesar de sospechar de Rusia y China.

La sesión informativa ha impulsado a los legisladores a exigir a la administración de Joe Biden que haga pública más información sobre el tema.

“La información ya está disponible. Creo que nos corresponde a todos tratar de asegurarnos de que la información que sale sea precisa y que la gente entienda lo que está sucediendo y que se haga un esfuerzo para responder a eso", indicó la senadora demócrata Jeanne Shaheen dirigiéndose a Avril Haines, directora de Inteligencia Nacional, a la que solicitó una mayor transparencia sobre el asunto.

“La Comunidad de Inteligencia se está tomando estos incidentes muy en serio y está comprometida a investigar el origen de estos incidentes, evitando que continúen, así como preocupándose por el cuidado de los afectados”, dijo Haines en sus declaraciones. “Agradecemos el apoyo que muchos de ustedes han mostrado a nuestro personal en este tema, como con todo lo demás en lo que trabajamos en todo el mundo”.

La investigación afecta de manera directa al asunto de la apertura de la Embajada de Estados Unidos en La Habana. A la espera de conclusiones sobre la naturaleza y los responsables de estos presuntos ataques sónicos, los servicios consulares están suspendidos en la sede consular en la Isla desde septiembre de 2017, cuando una decisión de la administración Trump retiró al 60% del personal diplomático.

Incluso antes de haber tomado posesión de su cargo, el ahora secretario de Estado, Antony Blinken, pidió revisar el tema de estos incidentes alrededor del mundo. En su primer día de trabajo, recibió una actualización sobre la situación de lo ocurrido en Cuba y otros países.

Desde entonces Blinken le ha dado seguimiento sistemático al tema, nombrando el pasado 11 de marzo a la embajadora Pamela Spratlen como asesora principal de alto nivel para buscar respuestas a lo sucedido. Spratlen, una veterana en el servicio exterior, estará al frente del Grupo de Respuesta a Incidentes Sanitarios, creado en mayo de 2018 para indagar sobre el “síndrome de La Habana".

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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