Estados Unidos consiguió llegar a más de la mitad de su población en el proceso de vacunación contra la COVID-19, contabilizando a los que han recibido una sola o ambas dosis de las vacunas autorizadas para hacer frente a la pandemia.
Datos publicados este sábado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), informan que más de 166 millones 388 mil personas han recibido al menos una dosis de los antígenos administrados en el país, lo cual representa un 50.1% de su población.
De ellos, 133 millones 532 mil 544 personas (el 40.2% de la población) ya han recibido las dos dosis y completado el ciclo de vacunas contra el virus. En total, se han administrado 292,099,778 de dosis de vacunas desde que comenzó la campaña masiva de inoculación en diciembre del 2020.
Desde entonces, cientos de miles de personas se vacunan a diario a lo largo y ancho del país para buscar su inmunización frente a un virus que ha causado 590,827 muertes en el país y ha infectado a más de 33 millones de estadounidenses, según datos de los CDC.
Pfizer, Moderna, y Johnson & Johnson, son las farmacéuticas que producen las vacunas aprobadas por las autoridades estadounidenses. Jansen, vacuna producida por el laboratorio de Johnson & Johnson, tiene la particularidad de requerirse una sola dosis para alcanzar la inmunización.
Esta última vacuna estuvo suspendida por un tiempo, luego de que salieran a la luz al menos 15 casos de personas que desarrollaron coágulos sanguíneos y de que tres personas murieran por esta causa. Sin embargo, el pasado 23 de abril las autoridades de salud estadounidenses aprobaron nuevamente su aplicación luego llegar a las conclusiones de un estudio realizado.
Hasta el momento, Pfizer es la vacuna que más dosis se han suministrado en Estados Unidos, con 157 millones 783 mil 315. Le sigue Moderna con 123 millones 479 mil 196 dosis y por último Jansen, con 10 millones 621 mil 136 dosis inoculadas. No obstante, los datos recogidos indican que en los últimos tiempos se ha producido un estancamiento en el ritmo del proceso de vacunación.
Con el descenso experimentado en el número de contagios y de fallecimientos, y el 50% de los adultos vacunados, a la administración estadounidense le preocupa ahora el descenso en el ritmo de vacunación y la baja percepción del riesgo asociada a este tipo de comportamiento.
California, el estado más afectado por la pandemia (con 3 millones 788 mil 616 contagios y 63,215 fallecidos) ha conseguido administrar 37,874,433 dosis de vacunas en su territorio. Por su parte, Texas -que le sigue en la lista de los peores estados con casi tres millones de contagios y 51,638 muertes- ha conseguido administrar 22 millones 725 mil 688 dosis de vacunas a sus residentes.
En tercer lugar, el estado de Florida -con 2,320,818 infectados y 37,512 muertes- ya ha inoculado en sus habitantes 18 millones 532 mil 296 dosis de antígenos contra la COVID-19. A finales de abril, el gobernador Ron DeSantis, extendió la declaración de emergencia para todos los condados del estado.
La orden ejecutiva se mantendrá en vigor durante 60 días o más, debido a que el “impacto del COVD-19 continúa amenazando la salud, seguridad y bienestar del estado de Florida y sus residentes”, explicó DeSantis.
Sin embargo, a partir del 26 de junio, el estado de Florida dejará de pagar el cheque adicional de 300 dólares semanales como compensación por desempleo pandémico, una decisión anunciada el 24 de mayo por el Departamento de Oportunidades Económicas, con el fin de impulsar a los beneficiarios a obtener puestos de trabajo disponibles.
Se trata de “otro paso clave para que más floridanos vuelvan a trabajar, siguiendo las estadísticas laborales de abril, que muestran que el empleo total en el sector privado aumentó en 18 800 puestos de trabajo y más de 460 000 ofertas de trabajo en línea disponibles en todo el estado para quienes buscan empleo”, señaló el Departamento en su comunicación oficial.
A pesar de que el número de contagios continúa creciendo (aunque a cifras más bajas que hace algunas semanas), varios negocios de Florida comenzaron a reabrir sus puertas en una paulatina vuelta a la normalidad.
En un principio Miami-Dade y Broward quedaron fuera del plan de reapertura económica por tener la mayor cantidad de enfermos, pero el pasado jueves el gobernador Ron DeSantis autorizó a ambos condados a incorporarse al proceso de manera parcial.
El coronavirus ha dejado a Florida en una profunda crisis. El Departamento del Trabajo informó que ese fue el estado que más empleos perdió en la primera semana de mayo. Dos de sus ciudades, Hialeah y Miami, se encuentran entre las cinco más afectadas por la pérdida de puestos de trabajo en Estados Unidos.
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