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Residentes de Pinar del Río reciben agua en sus hogares cada 20 días

En algunos barrios el agua puede llegar cada 25 días.

Ciudad de Pinar del Río © Granma/Ronal Suarez
Ciudad de Pinar del Río Foto © Granma/Ronal Suarez

Este artículo es de hace 2 años

Los residentes de la ciudad de Pinar del Río reciben el servicio de agua potable en sus hogares cada 20 días, situación que los ubica en el ranking de las capitales cubanas con el más alto ciclo de abasto en la Isla.

De acuerdo con un reporte del diario oficialista Granma, la distribución de agua en la capital de Vueltabajo, como promedio, es cada diez días, pero hay varios lugares donde las tuberías funcionan cada 20 días.

Incluso en la reunión del Consejo de Ministros de mayo último, Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), admitió que esa urbe tiene un desabasto de agua significativo desde hace años, situación que se agrava porque el 21.3 por ciento de la ciudad no tiene establecida una infraestructura hidráulica.

“Aquí, el agua llega lo mismo a los 15 días, que a los 20, que a los 25. La situación que tenemos es crítica”, aseguró Rosa Aimy Barrera al corresponsal del diario oficialista Granma.

Ella reside en la calle 4ta. del reparto Jacinto. Desde hace 15 años batalla con el problema del abasto de agua. Como suele pasar tantos días sin agua y sin un ciclo regular, está obligada a almacenar el recurso hasta que vuelva a tener servicio.

“Debajo de la meseta, por ejemplo, está lleno de pomos. El día que ponen el agua, uno tiene que utilizar todo lo que encuentre, porque no sabe cuándo volverá”, explicó.

Aunque Pinar del Río es la capital del país con el más alto ciclo de abasto de agua en el país, no tiene problema con la disponibilidad del agua. Las fuentes que abastecen a la ciudad tienen reservas suficientes para cubrir la demanda de agua de las más de 150,000 personas que están vinculadas al sistema de acueducto y alcantarillado local.

Según Francisco Ismael Valdés, delegado de Recursos Hidráulicos, de 32,8 millones de metros cúbicos que pudieran extraerse al año, solo necesitan 27,7 millones de metros cúbicos.

De acuerdo con estos datos, el problema no es la disponibilidad de agua. Les alcanza y sobra.

Pero el deterioro de las redes del sistema es tan elevado que se derrocha o malgasta el 40 por ciento del líquido que se bombea.

Hasta la fecha han contabilizado más de 500 salideros, además de un crecimiento desordenado de la ciudad durante las últimas décadas, sobre una infraestructura hidráulica que apenas ha cambiado en ese mismo tiempo.

Tras una visita del gobernante Miguel Díaz-Canel a la provincia, el Consejo de Ministros analizó una propuesta de solución de abasto de agua y saneamiento a la ciudad de Pinar del Río.

Según Mario Luis López-Portilla, director de la Empresa de Investigaciones y Proyectos Proagua, esta propuesta comprende acciones de rehabilitación, ampliación, modernización y construcción de nuevas obras, que se llevarían a cabo en dos etapas de trabajo, durante un período de diez años.

El proyecto no solo mejoraría significativamente el servicio que se brinda actualmente, sino que se podría extender a los 32,557 pinareños que residen en zonas sin redes.

La inversión tendría un costo total de 42 millones de dólares y 410 millones de pesos. Esta incluye también soluciones para el alcantarillado y el drenaje pluvial.

En una primera fase estaría la rehabilitación de 12,1 kilómetros (km) de conductoras, 10,5 de ellos correspondientes al subsistema de 20 pulgadas, sobre el que se han instalado más de 1 700 acometidas, que implican entregas permanentes e incontroladas de agua.

Otra de las acciones fundamentales sería el trazado de 60 kilómetros de redes dentro de la ciudad y la construcción de un nuevo tanque de almacenamiento para la distribución por gravedad.

Sin embargo, el proyecto no es mirado con optimismo. Otros programas con iguales propósitos no han resuelto el problema, según la nota de Granma.

En 2014 se intentó lo mismo. Se trabajó en una nueva conductora de 800 mm. Esta elevaría la calidad del servicio en el centro histórico de la ciudad y varios repartos adyacentes.

Más de 46,000 pinareños debían beneficiarse con la obra, pero vecinos que se alimentan de ese sistema aún no han visto ningún beneficio. “Lo que se esperaba no ha sucedido”, asegura Ariel Ernesto Hernández.

También a mediados de 2019, funcionarios de Recursos Hidráulicos, citados por la Agencia Cubana de Noticias, informaban de una nueva inversión en la carretera a Viñales.

Según Luz María Paula, vecina del pasaje 175, en el kilómetro 2, “el problema persiste. Uno pierde la cuenta de los días que se demora el agua”.

Igual le sucede a Amarilys Méndez, de la zona conocida como La Bloquera. “En los primeros tiempos, la ponían seguido, pero ahora lo hacen cada 15 o 20 días, y sin presión ninguna”.

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