El nadador español Pablo Fernández consiguió ganar un doble récord Guinness tras completar 103 millas en 27 horas en el mar de Florida, Estados Unidos, dedicándole el hito a la libertad de Cuba, sumida hoy en una profunda crisis.
Antes de anunciar su reto, el nadador se refirió a la situación que atraviesa el pueblo de la isla antillana, dedicándole su formidable travesía marítima. “Millones de cubanos se encuentran actualmente luchando por la libertad”, dijo Fernández en redes sociales.
“Son momentos importantes y no podemos cruzarnos de brazos. Hay que actuar y mi forma de actuar es batiendo este récord solidario. Ojalá algún día podamos nadar, en dirección contraria, desde EE.UU. hacia una Cuba libre”, comentó en un video desde su Instagram.
“Hoy me solidarizo con la causa y la libertad de Cuba y anuncio que mañana cuando salte al agua nadaré por la libertad de todos los cubanos y dedicaré este récord a todos los que hoy luchan en Cuba. No estáis solos, el mundo os apoya!”, escribió en la misma plataforma.
Fernández, de 40 años, ostentaba tres récords Guinness. En 2019 nadó 12 horas y 100 kilómetros a mar abierto también en Florida, Estados Unidos.
El segundo lo obtuvo meses después en California. “Tenía ese sueño de escapar de la cárcel de Alcatraz encadenado y batí el récord de los cinco kilómetros más rápidos con grilletes en los pies”, dijo en declaraciones a Univisión.
Luego, logró nadar 25 horas seguidas en una piscina contracorriente en Europa, tras recuperarse del coronavirus, para establecer su tercera marca en el famoso libro. Para su más reciente récord en Florida, solo se detuvo con el fin de comer e hidratarse mientras flotaba en el mar sin apoyarse de los botes que lo acompañaron.
El nadador aseguró que espera algún día ir de EE.UU. a Cuba nadando, pero con un país libre y con respeto a los derechos humanos y a la democracia.
Las hazañas de Fernández también son en nombre de la naturaleza, al abogar por un mar libre de plásticos.
Su doble récord consistió en lograr la mayor distancia a nado y la mayor distancia alcanzada en 24 horas. “Teníamos un protocolo en el que cada cierto tiempo me preguntaban cómo me llamaba, mueve los dedos, en qué día estamos…”, explicó a Antena3.
En conversación con el mismo medio, reveló que el momento más complejo de su trayecto fue el de la noche. “Vi un par de peces grandes y no sabía si eran escualos o no, estaba todo muy oscuro, sin embargo, desaparecieron rápidamente”, contó. El nadador llevaba una pulsera que emitía ondas electromagnéticas para evitar que los tiburones se acercaran demasiado.
Sin embargo, de las medusas no pudo librarse. “Me picaron cientos de medusas, pero había que mantener la concentración con el dolor”, expuso. Con su hito, Fernández consiguió recaudar 55.000 euros dedicados a la limpieza de los océanos.
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