Un paciente gravemente enfermo fue ingresado este miércoles en el Hospital Calixto García de La Habana y tuvo que compartir espacio durante horas con el cadáver de una señora fallecida desde tempranas horas del martes.
“Paciente gravemente enfermo hospitalizado en el Calixto García hoy día 15/09/21, comparte espacio con una señora fallecida desde horas tempranas del día de ayer. Los hijos de la fallecida desesperados y el resto de pacientes conviviendo con esta pobre señora muerta y abandonada en una cama de la sala clínica baja, repito, del hospital Calixto García”, denunció la activista Elianne Martínez Rodríguez en Facebook.
En la publicación, el denunciante comparte un video en el que se aprecia el cadáver de la señora en una sala con otros varios pacientes y acompañantes que pasaron todo un día con el cuerpo de la fallecida sobre la cama, sin que el personal sanitario lo retirase.
Finalmente, en otro video compartido por Martínez Rodríguez, se observa el momento en que trabajadores del centro hospitalario retiran el cuerpo de la difunta, dejando ver la carencia de equipos de protección individual (indumentaria y guantes) de un personal que está altamente expuesto al contagio de coronavirus.
Aunque la denuncia no especifica si la persona murió de COVID-19, los hospitales cubanos están atravesando una situación crítica con los pacientes contagiados y las instalaciones de muchos de ellos no cuentan con el debido aislamiento, requerido para minimizar la posibilidad de propagación del coronavirus y sus nuevas cepas y variantes, altamente contagiosas. Más allá de que, en situación de normalidad, una escena de estas características sería considerada, al menos, antihigiénica.
Angustiados por la situación epidemiológica, el colapso hospitalario y la falta de medicamentos, los cubanos han visto como la pandemia ha dejado al desnudo las carencias de un sistema de salud que, a pesar del esfuerzo de sus profesionales, carece de los recursos necesarios para atender una crisis sanitaria de tal envergadura.
La falta de inversión en la salud pública, responsabilidad del gobierno, contrasta con el generoso desembolso de la cúpula ideológico-militar del país en infraestructuras hoteleras y de servicios para el turismo; un escándalo que el régimen cubano pretende ocultar tras los mensajes, cada vez más criticados, de su maquinaria propagandística, y su sempiterno recurso de culpar al embargo estadounidense de sus falencias.
A principios de agosto, cuando la situación epidemiológica en Cuba ya era crítica y muchas provincias habían experimentado el colapso de sus instituciones de salud, la prensa oficialista publicitó la visita del gobernante Miguel Díaz-Canel a la niña uruguaya que era atendida en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) de La Habana.
“No le da la más mínima vergüenza a este hombre sacar esa foto, mientras los hospitales donde van los cubanos están destruidos, sin nada”, fue uno de los comentarios de los muchos que cubanos indignados compartieron en redes sociales.
"¿Y los padres que están con sus niños esperando por más de 20 horas una cama en un pediátrico? ¿Y los que publican desesperados en los grupos de ventas para comprar una dipirona para la fiebre al precio que les pidan? ¿Y los que se arriesgan todos los días a contagiarse en larguísimas colas por una bolsa de yogurt o un pan? ¿Con esos qué presidente se va a tirar una foto?", cuestionó entonces una joven.
"¿Y los cubanos que se están muriendo en los hospitales por no recibir atención médica y por no haber medicamentos? Vergüenza les debería dar publicar esto", fue otro de los comentarios de enfado que provocó el burdo intento de manipulación y propaganda.
Este martes, el doctor Wilson Sánchez del municipio Mayarí Abajo, en Holguín denunció que la falta de recursos para la atención de salud en Cuba convierte en “un infierno” el intento de los médicos por hacerle frente a la pandemia del coronavirus e intentar frenar los contagios y fallecimientos denunció
“No tenemos recursos, (oxígeno, medicamentos adecuados, insumos médicos), y créanme que no queremos ver morir a más pacientes”, lamentó Sánchez, en un post compartido en redes, en el que achacó el hundimiento psíquico de los galenos a la precariedad, la falta de insumos y la insensibilidad de las autoridades.
“Estrés, agotamiento, y sobre todo dolor, dolor por los pacientes que se nos van, y dolor por mis compañeros que, al igual que yo, seguimos trabajando en un infierno en el que, si se apaga el fuego, no tenemos ni para volverlo a encender”, expresó el doctor.
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