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Ex prisionera política cubana se salva de la indigencia en Miami gracias a generosidad de empresario anónimo

“Estoy tratando de comprar tu casa, pero en caso de que no pueda comprarla, voy a comprar otra casa, para que no tengas que dormir en tu auto”, le dijo el empresario cubanoamericano a la anciana.

Expresa política cubana, Ana Lázara Rodríguez © Captura video / AmericaTeveCanal41
Expresa política cubana, Ana Lázara Rodríguez Foto © Captura video / AmericaTeveCanal41

Este artículo es de hace 2 años

Ana Lázara Rodríguez, expresa política cubana, se salvó de la indigencia gracias a un anónimo empresario cubanoamericano que evitó, en el último momento, que la anciana de 82 años tuviera que dormir en su auto luego de perder su vivienda en un litigio con el banco.

Después de pasar 19 años en una cárcel de Cuba, Rodríguez llegó a Estados Unidos en 1980 y se compró una casa. Al parecer, la activista resultó víctima de un presunto fraude hipotecario al refinanciar la casa y, en febrero de este año, una jueza de Miami falló a favor del desalojo de la vivienda, dando dos semanas a la mujer para presentar una apelación.

"La compré en 168.000 dólares. En estos momentos lo que el banco quiere son casi 800.000 dólares y yo nunca voy a poder pagar eso", señaló Rodríguez en marzo de 2019. "Lo único que puedo hacer es vivir en el carro, no puedo hacer más nada", afirmó por entonces a AmericaTeveCanal41.

Rodríguez apeló y a finales de agosto de este año, un juez del sur de Florida detuvo de manera temporal la orden de desalojo que pesaba sobre ella luego de que su abogado argumentara que el banco cometió fraude al ejecutar la hipoteca de su casa en 2018. La orden de desalojo fue aplazada hasta el 10 de septiembre para argumentar el caso ante el Tribunal de Apelaciones del Tercer Distrito.

Ante las complicaciones crecientes que enfrentaba su caso en los tribunales, Rodríguez ya se estaba preparando para vivir en su automóvil en las afueras de Versailles Cuban Bakery en la Pequeña Habana de Miami. Según Local 10, la expresa política ya había empacado todo y empezaba a hacerse a la idea de haber perdido su hogar y quedar desamparada a sus 82 años.

Sin embargo, un empresario cubanoamericano que desea permanecer en el anonimato evitó la tragedia. Luego de conocerse en persona, el empresario le hizo una promesa a Rodríguez que finalmente cumplió.

“Estoy tratando de comprar tu casa, pero en caso de que no pueda comprarla, voy a comprar otra casa, para que no tengas que dormir en tu auto”, le dijo el empresario cubanoamericano a la anciana.

Motivado por la historia personal de la expresa política, a quien el empresario calificó como “una luchadora por la libertad”, este se aseguró de que Rodríguez y dos personas a las que ella había estado ayudando pudieran mudarse a una hermosa casa de cinco habitaciones en el condado de Miami-Dade.

Se trata de un arreglo permanente, según Local 10. Movido por la solidaridad y el agradecimiento a una defensora de los derechos humanos en Cuba, el anónimo empresario se implicó en el asunto, consiguiendo que Rodríguez pueda ahora vivir en una casa con sus amigos por el resto de su vida.

Coautora junto al periodista Glenn Garvin de "Diario de una sobreviviente: diecinueve años en una prisión de mujeres cubanas", Rodríguez relató su experiencia de casi dos décadas en las cárceles cubanas, soportando palizas, trabajos forzosos y huelgas de hambre que realizó para denunciar las condiciones en las que vivían y los maltratos recibidos.

Todavía inmersa en el proceso judicial, Rodríguez afirmó tener su corazón lleno de gratitud hacia el anónimo donante. Después de sentir que los bancos no tenían corazón, dijo que este generoso hombre había restaurado su fe en la humanidad.

Su antigua vivienda, una casa de dos habitaciones y dos baños, la pudo comprar porque su amiga y expresa política también, María Antonia Mier, había ganado casi 100.000 dólares en el casino. Pero luego del fallecimiento de Mier y tras varias vicisitudes, Rodríguez se quedó con la propiedad y deudas hipotecarias que no pudo pagar porque su salario no era suficiente para cubrir los gastos.

Pese a que estuvo pagando la bancarrota durante unos años, la abogada le informó que no había aplicado bien y dejó de abonar su deuda, quedando en situación de morosidad y conviviendo con otra ex presa política cubana Miriam Pérez, también de avanzada edad.

Finalmente, la expresa política y sus amigos ha encontrado un final feliz para su dura historia de vida, gracias a la solidaridad y la generosidad de un empresario cubanoamericano que correspondió con su gesto altruista al valor de una luchadora por la libertad de Cuba.

Nacida en Bejucal, provincia de La Habana, el 17 de abril de 1938, Rodríguez participó en manifestaciones contra la dictadura de Fulgencio Batista. Después de 1959, estudió Medicina en la Universidad de La Habana durante tres años hasta su arresto en febrero de 1961 por conspirar contra la tiranía de Fidel Castro.

Tras 19 años de prisión política en cárceles de distintas provincias (en la Cárcel de Mujeres de Guanajay, en la de Guanabacoa, en La Cabaña y en la de Baracoa), Rodríguez escribió “Diario de una sobreviviente”, un libro imprescindible, según el blog librocubanoexiliadoautores.blogspot, para la memoria histórica del pueblo cubano y de la humanidad.

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