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Niño enfermo de cáncer al cuidado de su bisabuelo sigue esperando por la casa que le prometió el Gobierno

"Ya no esencialmente requieren ropa, zapatos y jueguetes. Ahora necesitan alimentos y alguna recarga al teléfono del abuelito. Viven en una comunidad rural, y están incomunicados", reveló en sus redes la periodista independiente cubana Claudia Padrón Cueto.

Erick junto a su bisabuelo © Facebook Claudia Padrón Cueto
Erick junto a su bisabuelo Foto © Facebook Claudia Padrón Cueto

Este artículo es de hace 2 años

La historia de Erick, el niño de siete años enfermo de cáncer que vive condiciones de precariedad en Pinar del Río, al cuidado de su bisabuelo materno de 76 años, ha vuelto a circular en redes sociales. A pesar de que hace cinco meses el secretario del Partido Comunista de Cuba en San Luis prometió a la familia que el Estado le otorgaría una vivienda digna en 45 días, todavía esa promesa sigue sin cumplir.

La periodista cubana Claudia Padrón Cueto, quien dio a conocer el caso en primer lugar, informó este miércoles en su perfil personal de Facebook que Erick y su bisabuelo, Alberto Epifanio Aguiar Fernández, una vez más necesitan ayuda. "Ya no esencialmente requieren ropa, zapatos y jueguetes. Ahora necesitan alimentos y alguna recarga al teléfono del abuelito. Viven en una comunidad rural, y están incomunicados. Ese teléfono, que alguien le donó, es la única manera de pedir auxilio que tienen", precisó.

De acuerdo con Padrón Cueto, ambos estarán el próximo 10 de noviembre en el Hospital Pediátrico Provincial Pepe Portilla para un turno médico que el niño tiene. "Si estás en Pinar y puedes llevarle ayuda pueden ir hasta allí o escribirme por interno y te digo donde dejar la ayuda para que se la entreguen el 10 de noviembre", dijo la reportera, quien ha sido clave en la movilización de donaciones para el caso.

Asimismo, recordó que es Aguiar Fernández quien se encarga de atender a Erick y que, si bien al principio, antes de que su caso se hiciera público, el niño no tenía un solo par de zapatos, ni ropa, ni juguetes, ni televisor, ni ventilador, gracias a "donaciones de gente buena, sus condiciones mejoraron un poco".

Sin embargo, la vivenda continúa en el mismo mal estado que se encontraba meses atrás, además de estar en una zona rural. En un reportaje publicado en junio en CubaNet, Padrón Cueto explicaba: “La casa no es mucho más que un patio delantero que antecede a un portal, que es a su vez seguido por un salón con unos muebles deshechos y el televisor donado. Contiguo hay un cuarto principal al ancho de la casita donde están las dos camas de ellos, una junta a otra. Hay también una cocina, que podría parecer desahuciada, y un baño a medio hacer. Cada habitación allí es tan precaria como la palabra permite imaginar. Sobre sus cabezas tienen un techo de fibra con estructura de madera, dañada por el comején, que pareciera va a desplomarse en cualquier momento”.

"En los alrededores de la vivienda poseen un terreno chico donde hay algunas cosas tiradas. Entre ellas un latón que tapa una cañada. Cuando llueve esa cañada desemboca en una laguna de oxidación ubicada justo al frente. Entonces llegan los mosquitos y el mal olor. Así se inunda la entrada de la casa y sube el agua, pasa el portal y llega a los muebles. Por esa humedad el piso tiene oquedades y las paredes algunas ranuras", agregaba el texto.

Además, a juicio de la periodista, "esa casa no es un lugar donde pueda vivir un niño enfermo y un anciano", ni ninguna persona. "El gobierno local lo sabe y han prometido año tras año que les facilitarán una vivienda digna; pero pasa el tiempo, cambian los dirigentes y Alberto y Erick siguen en el mismo lugar", enfatizaba.

El tipo de cáncer que Erick presenta es un linfoma no Hodking, que es potencialmente mortal, y se lo diagnosticaron en 2017, cuando le descubrieron unos bultos que tenía en la ingle. Y dos años más tarde, le detectaron una leucemia linfocítica aguda. Desde entonces, Erick ha pasado gran parte de su vida en hospitales, ha sido sometido a varias intervenciones quirúrgicas y tratamientos de quimioterapia.

"Erick sabe que está enfermo -relataba Claudia Padrón Cueto en junio-, pero no entiende la gravedad. Sabe que no puede ir a la escuela y que muchas veces debe quedarse ingresado, pero cómo le explicas a un niño de siete años qué es el cáncer. Por qué tendría que entenderlo o vivirlo. Alberto, por su parte, escucha a los médicos en las consultas, pero no acepta el peligro. Sus allegados han intentado hablarle de ello, pero se resiste. Para él es inconcebible la posibilidad de sobrevivir a su biznieto. Cree que Erick va a crecer como cualquier otro niño y va a estar bien. Alberto es un hombre cristiano, pero por encima de todo, incluso de Dios, él ama a Erick".

El número del abuelo es el siguiente: +5359299263.

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