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Exbailarín de Tropicana residente en Argentina confiesa que se prostituyó en Cuba para subsistir

Enrique Farres no entiende el asombro ante la historia de Maradona con Mavys Álvarez, y subraya que historias similares son "moneda corriente" en Cuba

Enrique Farres © Infobae
Enrique Farres Foto © Infobae

Este artículo es de hace 2 años

Enrique Farres, exbailarín de Tropicana residente en Argentina, confesó que se prostituyó en Cuba para subsistir, y considera que historias como la de Maradona con la cubana Mavys Álvarez siguen siendo frecuentes en la isla.

“Llama la atención porque se trata de una figura famosa, pero lo de Diego Maradona y Mavys Álvarez es moneda corriente en Cuba. Yo lo veía en la escuela, dónde las chicas menores de edad terminaban con los extranjeros. Es tremendo, pero para nosotros no es ninguna novedad”, dijo Farres en entrevista con Teleshow, portal del medio argentino Infobae, al que relató su propia experiencia de vida.

Enrique Farres contó que estudió en la Escuela Nacional de Arte (ENA) con el sueño de trabajar en el cabaret Tropicana, y lo logró. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que nunca iba a subsistir con su profesión así que optó por prostituirse, algo que subraya que hizo por "necesidad".

“Cuando terminé la escuela en el 2006 mi sueño era bailar en Tropicana. Pero para llegar ahí, donde trabajé del 2011 al 2016, antes tuve que pasar por otras entidades artísticas (...) el salario era de 250 pesos cubanos, que equivalen a 10 dólares mensuales. El tema era que una botella de aceite costaba 2 dólares. ¡Todo se pasaba del límite! Así que, solamente con el trasporte, yo terminaba gastándome todo lo que ganaba”, relató.

“Cuando estás con una mujer mucho mayor que tú, que no te gusta pero con la que tienes que estar por dinero, te estás prostituyendo. Es decir, estás vendiendo tu cuerpo para poder darle de comer a tu familia. Y eso que yo hice, lamentablemente, no tiene otro nombre. Hay mucha gente que vivió y que, actualmente, sigue viviendo de eso”, comenta.

Cuenta que trató de buscar otras vías, como dar clases, para alejarse de la prostitución porque no quería acostarse con otras personas por dinero, salvo que le gustaran, pero admite que lo siguió haciendo y califica lo que vivió de "situación muy fea”.

“Muchas veces me estaba acostando con una persona veinte o treinta años más grande que yo. Era imposible que me gustara. Lo mismo le pasa a un hombre que a una mujer. Así que sentía asco, pero cerraba los ojos y pensaba en el dinero, en lo que me iban a comprar o en que me iban a sacar del país”, cuenta Farres, quien precisó que en esa época tenía una novia cubana que también se prostituía.

“Estuvimos hablando un montón de esto, porque los dos queríamos salir de esa realidad. Era algo muy feo”, reiteró.

“Por eso, a las personas que dicen que allá todo está bien, yo les digo que traten de vivir dos semanas con el sueldo de un cubano. No que vayan de vacaciones a un all inclusive. Lo que pasa es que mucha gente no cree el cuento que uno le dice, porque el cubano está siempre con una sonrisa aunque se esté muriendo por dentro”, añadió.

Farres salió de Cuba con una carta de invitación de tres meses que le puso una joven argentina y desde hace cuatro años reside en la nación sudamericana, donde está en trámites para regularizar su situación.

En estos momentos trabaja dando clases de salsa, como chofer y también ha incursionado en el mundo de la actuación.

Está contento porque acaba de participar en un serie de televisión y subraya que con sus trabajos en diferentes shows musicales y sus clases de salsa logra ayudar económicamente a su familia. Sin embargo, admite que lo entristece estar lejos de su hijo de 14 años y de sus padres, que residen en Cuba.

Cuenta que apoyó plenamente las protestas del 11J en la isla porque no quiere que su historia se siga repitiendo en otros cubanos.

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