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Antes del 59 la compañía telefónica de Cuba cooperaba con la dictadura... y ahora también

Antes de 1959 la Cuban Telephony Company extrajo "ilícitamente" millones de pesos a sus suscriptores sin que se apreciara una mejoría en el servicio y la abundancia de promesas para justificarse, una realidad que en poco ha cambiado dentro de la isla.

Sede de la compañia telefónica de Cuba, en Centro Habana © CiberCuba
Sede de la compañia telefónica de Cuba, en Centro Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 2 años

La revista Bohemia publicó en su edición del 11 de enero de 1959 un artículo en el que denunció a la Cuban Telephony Company de colaborar con la dictadura de Fulgencio Batista a cambio de un sustancial contrato que no se hizo público en su momento.

"Bohemia tiene mucho que decir a sus lectores, por causa de la más prolongada e incivil censura de prensa de la historia de Cuba. Una de ellas es la verdad sobre el ilegítimo y turbio negocio realizado por esa tradicional adversaria del pueblo cubano que se llama, irónicamente y en inglés, la Cuban Telephony Company, con la complicidad mercenaria del régimen que acaba de derrumbarse", comenzó el artículo.

En el texto se acusó al monopolio de las telecomunicaciones de Cuba de trabajar para Batista no solo por motivos políticos, sino para recibir beneficios económicos que la prensa de entonces no pudo hacer públicos.

"Baste expresar que el ventajosísimo contrato otorgado al monopolio telefónico no fue sometido a la debida información pública, hecho muy razonable desde el punto de vista de sus patrocinadores, pues hubiera sido rechazado con indignación por las voces más responsables", sentenció el escrito.

En él se denunció que la compañía telefónica extrajo "ilícitamente" millones de pesos a sus suscriptores sin que se apreciara una mejoría en el servicio y la abundancia de promesas para justificarse.

Más de seis décadas después de publicarse en Bohemia el artículo que desenmascaró los vínculos políticos y económicos de la Cuban Telephony Company y la dictadura de batista, los ciudadanos de la isla cuestiona la vigencia de los problemas y a complicidad de ETECSA con el actual régimen.

"Estos hechos parecen que se repiten, pero ¿qué dice la revista Bohemia de la Cuba del 2021?", escribió en su perfil de Facebook el científico cubano Oscar Casanella.

Bohemia es la más importante y antigua de las revistas cubanas, fundada en 1908. Durante años jugó un valioso papel en la vida política y social del país, aunque desde que el gobierno comunista se hizo con el control de la prensa en la isla, se convirtió en otra plataforma de propaganda al servicio del Comité Central del PCC.

ETECSA no es solo una de las entidades estatales que más crítica recibe de sus clientes, sino uno de los principales censores con que cuenta la dictadura cubana.

Opositores, activistas, periodistas independientes y ciudadanos de manera general denuncian la restricción a la red de datos móviles y telefonía celular o fija, todo para impedir que se divulguen mensajes contrarios al régimen.

El profesor David Martínez Espinosa, uno de los impulsores de la marcha del 15N criticó a ETECSA por cortarle los servicios de telecomunicaciones, en clara violación del contrato que existe entre el ciudadano y la entidad.

Existen evidencias de que se filtran los SMS que tienen palabras como Patria y Vida, Díaz-Canel singa'o y VPN, según una recopilación que divulgó el proyecto de periodismo de datos Inventario.

Tras las protestas del 11J, cuando se restringió durante días el acceso a la red de datos móviles en Cuba, el gobierno de Díaz-Canel aprobó un decreto ley en el que se considera delitos la publicación en internet de contenidos contrarios al régimen.

Esta medida contó con la reprobación de la sociedad civil independiente y organizaciones internacionales que vieron la evidente censura y el intento por silenciar a los cubanos dentro de la isla en un espacio tan democrático como internet.

La falta de transparencia de ETECSA sobre sus servicios y la cantidad de dinero que ingresa a las arcas públicas desconcierta a la comunidad de economistas cubanos, que ven en ello un enriquecimiento personal de la élite militar, ya que se trata de una entidad controlada por el poder político y de manera directa por la familia Castro.

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