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Exdirector de El País: "El régimen convirtió a Cuba en un solar de hambre y desesperación"

Caño cuestiona a la llamada izquierda latinoamericana, que se niega a condenar la represión de un gobierno que ve en "cada cubano una amenaza para la prolongación de su sistema, de sus privilegios, de un modelo político que se demostró fracasado hace ya muchas décadas". 

Díaz-Canel y Raúl Castro / Antonio Caño © Granma y Historias de Luz vía Wikimedia Commons
Díaz-Canel y Raúl Castro / Antonio Caño Foto © Granma y Historias de Luz vía Wikimedia Commons

Este artículo es de hace 2 años

El periodista español Antonio Caño, exdirector del diario El País, afirmó este jueves que el régimen cubano ha convertido a "Cuba en un solar de hambre y desesperación".

En un artículo publicado en el periódico La Nación, el analista político hace un recorrido por el impacto de la revolución cubana en Iberoamérica y cuestiona a la izquierda reaccionaria que –afirma– ha renunciado a la causa de "la libertad y la democracia" en beneficio del poder de quienes gobiernan naciones como Cuba, Venezuela o Bielorrusia.

"Cuba ha sido siempre un mito para la izquierda, especialmente en América Latina. Varias generaciones han crecido con las leyendas sobre la causa antiimperialista cinematográficamente enarbolada por dos emblemas como Fidel Castro y el Che. No importa que los hechos revelaran con contundencia no solo el autoritarismo y la crueldad de ambos personajes, sino también el completo fracaso de su proyecto; para cierta izquierda, renunciar a la leyenda representaba negar sus raíces, sus fantasías juveniles. Y ahí ha quedado siempre Cuba, como un espejismo, como la expresión de una utopía que, en el fondo, nadie quería para su propio país", subraya el texto.

El análisis de Caño parte de los sucesos del 15 de noviembre en Cuba, donde un grupo de jóvenes había convocado a una protesta pacífica que "fracasó" gracias a "la desproporción entre uno de los sistemas represivos más sofisticados del mundo y la debilidad de una oposición sin partidos, sin líderes, sin recursos, constantemente sometida al hostigamiento de las autoridades".

"Pese a todo, en algo sí tuvieron éxito los opositores: en demostrar que la represión es el único instrumento que le queda al régimen comunista, carente de todo apoyo popular, para mantenerse en el poder. Como dijo la activista Yoanni Sánchez, “el miedo ha cambiado de bando”", subrayó el periodista.

En ese contexto cuestiona a la llamada izquierda latinoamericana (por ejemplo de México y Argentina), que se niega a condenar la represión de un gobierno "que teme a los ciudadanos", y que ve en "cada cubano una amenaza para la prolongación de su sistema, de sus privilegios, de un modelo político que se demostró fracasado hace ya muchas décadas".

Ese gobierno "ahora sobrevive sin razón ni sentido, por la pura inercia de un mando arbitrario, sostenido en cuatro consignas que nadie se cree, en una historia manipulada, indiferente al sufrimiento que lleva años causando a su población, un régimen que ha convertido a su país en un solar de hambre y desesperación", aseguró.

"La izquierda que hoy vemos apoyar a Cuba, a Venezuela o a Bielorrusia hubiera respaldado el Gulag y los asesinatos en masa en China", apunta el analista.

Al respecto, concluye que el ideario cimentado por la Revolución de 1959 en el imaginario latinoamericano se ha convertido en "una desgracia para los cubanos, que saben que no podrán contar para ganar su libertad con aquellos que la defendían en el pasado".

"Hoy la izquierda ha decidido dejar en manos de Vox la causa de la democracia en Cuba y, si no reacciona pronto, acabará convirtiendo a la democracia en un enemigo de la izquierda. O viceversa", concluye Caño.

Después de desempeñarse como director de El País, el periodista salió del grupo Prisa en julio pasado y actualmente se desempeña como columnista de diarios como La Nación.

Actualmente varios analistas coinciden en que el 15N en Cuba dejó en evidencia al gobierno castrista, que apeló a una movilización violenta e infantil para provocar el miedo, y reforzó el criterio de la Casa Blanca de que La Habana perdió la brújula.

Las autoridades cubanas mantienen en prisión a varios activistas y bajo vigilancia a un gran número de moderadores de Archipiélago, plataforma bajo la cual se gestó el 15N.

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