La actriz y periodista cubana Mariana Ramírez-Corría falleció este sábado en La Habana a los 85 años.
Conocida por el gran público gracias a sus personajes en el espacio televisivo de sátira costumbrista de “San Nicolás del Peladero” y en la serie dramática “En silencio ha tenido que ser”, Ramírez-Corría fue además periodista, cantante lírica, combatiente, maestra, escritora de radio y televisión.
Se le recuerda también como conductora de las primeras emisiones de la Revista de la Mañana. Pero sin dudas fue su personaje de Teresita en “San Nicolás del Peladero” (la hija del alcalde Plutarco y la alcaldesa Remigia) el que marcó su popularidad entre los telespectadores cubanos y en el que reveló sus aptitudes para el canto y la actuación.
Retirada de la pequeña pantalla en los años 80, Ramírez-Corría enfocó su labor profesional hacia el periodismo de género, trabajando como coordinadora de la Agencia de información Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac-Cuba).
“Para nosotras, el equipo de SEMlac, es por sobre todas las cosas la persona que dio vida, tan lejos como en 1982, a este proyecto de mujeres que mira al mundo con lentes violeta, del cual fue su corresponsal jefa en La Habana desde el inicio; aunque entonces, como ella misma confesara, ‘aún no se hablaba de género’ y la propuesta inicial fue ‘escribir sobre mujeres’”, expresó SEMlac-Cuba en sus redes sociales.
Como periodista, Ramírez-Corría escribió para los diarios Combate y El Mundo y laboró durante 25 años con la agencia de noticias ABC. Una nota publicada en la web de la Televisión Cubana la recuerda como defensora de las causas justas, “en especial aquellas a favor de la mujer, por [las que] se convirtió en escritora con una extensa obra dedicada al feminismo”.
“Mariana, esa mujer de muchos recursos y profesiones, que multiplicó el tiempo para hacer prácticamente de todo, nos enseñó que siempre hay que seguir, refundarse, volver a comenzar, ser resilientes y, sobre todo, agradecer”, expresó SEMlac-Cuba.
Hija de la maestra Catalina Garriga y el médico, neurocirujano y profesor universitario, Carlos Ramírez Corría -padre de la Neurocirugía cubana-, Mariana se inició en el teatro a los 15 años edad y se graduó como historiadora del arte. También se desempeñó durante un tiempo como colaboradora de su padre.
“A ella, hoy, le agradecemos también muchos de nuestros aprendizajes. Y no la despedimos. Aquí queda, en el trabajo cotidiano y la apuesta por la inclusión y los derechos”, manifestaron sus colegas de SEMlac-Cuba.
Con la partida de Mariana Ramírez-Corría, afirmó la nota de la Televisión Cubana, Cuba pierde “a una multifacética mujer que, en el extenso trayecto de la vida, siempre fue consecuente con su inagotable vocación de servicio”. Por decisión familiar, sus restos serán cremados.
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