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Díaz-Canel y López-Callejas imponen récord mundial en marcha atrás

¿De verdad creyeron el presidente Díaz-Canel y su asesor López-Calleja que metiendo gente presa a mansalva, incluidos menores de edad, los cubanos iban a aplaudir?


Este artículo es de hace 2 años

Cubanos han vuelto a obligar al gobierno a dar marcha atrás en su represión carcelaria contra manifestantes del 11J y 15N, con reducción de condenas, aplicación de multas y/o liberación; aunque todavía permanecen en las cárceles más de 700 represaliados y figuras significativas como José Daniel Ferrer García, Félix Navarro, Maykel Osorbo, Luis Manuel Otero Alcántara o Lázaro Yuri Valle Roca.

¿De verdad creyeron el presidente Díaz-Canel y su asesor López-Calleja que metiendo gente presa a mansalva, incluidos menores de edad, los cubanos iban a aplaudir? La miopía política de ambos es infinita porque nada abre más brechas con los ciudadanos que los encarcelamientos y la represión.

La dictadura más antigua de Occidente volvió a equivocarse en la intensidad de la represión, creyendo que una combinación de reparto de migajas en La Güinera, el Fanguito y otras zonas empobrecidas por el comunismo de compadres, con largas condenas de cárceles y juicios sumarios resolvería su crisis, que es insoluble y estructural.

Lejos de amilanarse, familiares de los prisioneros políticos, activistas como Sahily González, Carolina Barrero, la enfermera Welsy Cruz y opositores como Guillermo Fariñas levantaron la voz y dejaron en evidencia al tardocastrismo, que ostenta récord en marcha atrás desde el paquetazo neoliberal de enero de 2021, la primera gran derrota del continuismo en Cuba.

La prensa independiente, denostada por la maquinaria propagandística, cara e inservible del oficialismo como agentes de la CIA y otras fruslerías del catálogo de insultos, desempeña un papel crucial en la denuncia de los atropellos del régimen contra cubanos.

La más reciente derrota la cosechó el inservible gobierno, sosteniendo que el malestar de los cubanos obedece solo a frustración económica, desoyendo los gritos de ¡Libertad! que resonaron en toda Cuba el 11 de julio de 2021.

Los cubanos están empobrecidos, pero no son tontos, muchos han viajado tras la reforma migratoria de Raúl Castro y, en esos viajes y visitas de sus familiares y amigos emigrados, han descubierto que en España la salud y la educación estatales son gratis y de calidad, que en Estados Unidos son cuantiosas las ayudas del Estado a los pobres y que la militancia política es solo incumbencia personal y no requisito para nada.

A los fallos de la Inteligencia política evaluando el efecto Biden, como antes habían hecho pronosticando una victoria de Hillary Clinton; la casta verde oliva y enguayaberada suma ahora sucesivos errores de la Contrainteligencia, que no previó la respuesta popular a la Tarea ordenamiento ni el 11J ni la ola de repulsa ciudadana a los actuales gobernantes, incluidos combatientes de la revolución.

Díaz-Canel y López-Calleja, unidos en su necesidad de conservar el poder, solo podían intentar ganar legitimidad popular con una mejora notable en la prosperidad de los cubanos, ahora más empobrecidos que cuando Raúl Castro, admitiendo su fracaso reformista, dejó la isla en manos del dúo de incapaces que gestiona el Estado y el Gobierno cubanos.

Aislados interna y externamente, y pese a los claros síntomas de agotamiento de la economía, desde septiembre de 2019; López-Calleja impuso su programa de inversiones en activos inmobiliarios de lujo, por encima de los intereses generales de Cuba y la salud de los ciudadanos, como demostró la pandemia de coronavirus sin oxígeno, medicinas ni alimentos.

El 11J fue la consolidación del malestar popular aun sin resolver y el 15N desnudó al peor gobierno que ha tenido Cuba y que acumula cadáveres políticos en los ministerios de Justicia, Interior, FAR, Economía, Agricultura, Alimentaria, Comercio Interior, Recursos Hidráulicos y Cultura.

Cubanos opositores y deseosos de cambios políticos estructurales, que también promuevan la libertad económica, le tienen cogida la baja al dúo Díaz-Canel-López-Calleja, dos políticos inmaduros y carentes de patriotismo, sentido de soberanía y de un modelo de país libre y próspero; aunque ambos siguen creyendo en los milagros, como su ansiado diálogo con Estados Unidos, que ya ha reiterado que primero dialoguen con su pueblo.

Mientras llega ese momento, distraen la espera suicida con anuncios de donaciones exóticas, como aquella colecta de dinero que promovieron para comprar jeringuillas para las vacunas financiadas por Irán.

Apostar a la solución de los problemas de Cuba con dependencia e injerencias externas ya ha fracasado en diferentes épocas históricas, incluido el concubinato con la URSS; insistir en recetas caducas y seguir alimentando mentiras solo harán más intensa la explosión y dejará a los actuales gobernantes sin sitio donde esconderse en el mundo.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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