Los opositores cubanos Carlos Álvarez, miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), y su esposa Jackeline Heredia Morales, integrante de las Damas de Blanco, fueron condenados a cinco años de cárcel y tres años de arresto domiciliario, respectivamente, por el Tribunal Provincial de Marianao, en La Habana.
Ambos fueron juzgados y sancionados por los supuestos delitos de desacato y atentado, el pasado diciembre, según informó Heredia Morales en una publicación en Facebook.
La activista denunció que ni ella ni su pareja son culpables de los delitos por los cuales los acusan, y aseguró que realmente constituyen víctimas de la injusticia y la arbitrariedad del régimen cubano.
Álvarez lleva ya nueve meses recluido en la prisión conocida como 1580, en la capital cubana. Tanto Heredia Morales como su esposo son pacientes con VIH, por lo que temen por la seguridad de su familia.
En su post, Heredia ha recibido el apoyo de cientos de internautas. En los comentarios le manifiestan respaldo y solidaridad, y aseguran que seguirán luchando por la libertad de su esposo y de todos los presos políticos.
“La dictadura solo produce dolor e injusticias y por eso va a caer, más temprano que tarde”, escribió un usuario.
En noviembre de 2021 Heredia Morales fue víctima de amenazas por parte de la Seguridad del Estado, a pocos días de la Marcha Cívica por el Cambio que convocó la plataforma Archipiélago. Agentes de la policía política la llevaron a la estación de la calle Aguilera y le advirtieron que no podría salir de su casa, a riesgo de ser detenida.
"Yo les dije que iba a salir porque soy una persona libre, que yo iba a salir para las calles”, afirmó Heredia Morales en esa oportunidad y agregó que las amenazas tenían como trasfondo el miedo a que cada día son más las personas que se oponen a la dictadura.
"Este gobierno está gobernando aquí bajo presión, bajo represión y a la fuerza”, comentó y señaló que ya nadie cree en la revolución cubana y mucho menos los más jóvenes, que miran otras cosas y ven que no tienen ningún camino.
En 2019, la Dama de Blanco también sufrió en carne propia otra de las formas de presión que emplea el régimen: utilizar a la familia y a los hijos de los opositores para impedir que actúen y denuncien los atropellos y las injusticias.
“Mis niños han sufrido mucho, sobre todo cuando me llevaron a prisión, que estaban más pequeños. Tuvieron que quedarse prácticamente solos con su papá, que no sabía cocinar, no sabía hacer nada, porque yo no tengo mamá ni papá; ellos lloraban y preguntaban dónde estaba su mamá, porque no entendían”, relató en una entrevista con CiberCuba.
Según contó, sus dos hijos han sido conducidos a la unidad de policía de la calle Zanja muchas veces. Incluso, en una ocasión, agentes de la Seguridad del Estado fueron a buscar los a la escuela y con la complicidad de la directora del centro, los llevaron a la estación, donde supuestamente ella los esperaba. Sin embargo todo era mentira, pues la habían trasladado hacia otro lugar.
En más de una ocasión, las autoridades represivas han utilizado su enfermedad como forma de chantaje y de tortura.
Durante una detención reciente, Heredia tuvo que compartir espacio con pacientes de tuberculosis, lo cual representa un gran riesgo, pues el VIH compromete, precisamente el sistema inmune de las personas y las expone a otros padecimientos graves.
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