La cubana Rafaela Surbiador Padrón lleva más de cuatro meses luchando contra la burocracia para tratar de obtener una licencia que le permita operar como trabajadora por cuenta propia y vender alimentos ligeros desde su casa.
“Mi situación es por el trabajo por cuenta propia. Tengo grabado en mi teléfono las veces que en la Mesa Redonda se habló sobre la ventanilla única. Según las explicaciones escuchadas, las personas interesadas se asesorarían, presentarían su proyecto, y el resto del proceso sería transparente para el interesado. Eso correría a cargo de los funcionarios de la ventanilla única. De lo explicado, conmigo no se ha cumplido en San Miguel del Padrón”, relató en una carta publicada por el periódico oficialista Granma.
De acuerdo con su misiva, cuando acudió al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) la atendió una secretaria escudada tras una puerta de hierro con candado que no la dirigió en ningún momento a la mencionada ventanilla única, iniciativa del MTSS que supuestamente debe simplificar procedimientos y trámites.
“Después de caminar siete u ocho cuadras, debí virar y buscar el lugar para hacer las fotocopias, imprimir, tirar fotos; la persona te da una hoja grande con tu foto de carné y luego regresas para que ella te dé la explicación de lo que hay que hacer”, relató Surbiador Padrón.
Añadió que la misma persona le fue explicando lo que debía poner en cada documento, sin facilitarle condiciones para escribir, y al final le dijo que debía esperar 25 días para recibir su licencia, los cuales se han convertido en cuatro meses.
La denunciante señaló que, para complicar aún más su situación, las oficinas donde se realizan estos trámites fueron trasladadas a la Loma de los Zapotes, en la Calzada de Güines. “Desde su traslado no hay conexión, lo que trae más disgusto. Vuelvo a los trámites, todo está legal y sigo esperando. Mi licencia sería para elaborar comida ligera, que trataría de hacer en la casa para no dejar sola a mi madre. Quiero trabajar y aún espero”, agregó Surbiador Padrón al final de su mensaje.
La burocracia afecta buena parte de las labores cotidianas de los cubanos y la agilidad de los trámites que requieren para trabajar, construir, vender o comprar su vivienda, o incluso para cobrar su pensión de jubilación, por poner los ejemplos más frecuentes.
A finales de marzo de 2022 fue noticia la escasez de sellos timbrados en las oficinas de Correos de Cuba en La Habana. Testimonios publicados en redes sociales e informaciones enviadas a CiberCuba advirtieron que los habitantes de la capital pasaban dificultades para comprar sellos de 500 y 1,000 pesos en algunos lugares, mientras que en otros era imposible encontrar los de cinco pesos.
En enero del año en curso, los trámites para acceder a la jubilación en la provincia de Las Tunas presentaban una considerable demora de varios meses. Parte del problema tenía que ver con la poca cantidad de expedientes que aprobaba el Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS), por lo que en el municipio cabecera apenas se otorgaban entre tres y cinco turnos mensuales para el trámite, cuando el número de solicitantes ascendía a más de 500.
A inicios de 2022, la prensa oficialista cubana reconoció que la burocracia en el país puede alargar los trámites de legalización de viviendas hasta por más de 30 años.
En esa oportunidad, el periódico Juventud Rebelde presentó los casos de Benilde O. Guibert Agramonte, Jesús Martínez Pérez y Pedro Antonio González Martín, residentes todos en La Habana. El primero lleva casi tres años para completar su trámite, el segundo, más de 15, y el tercero, 31.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: