María Teresa Pérez, abuela del preso político de 18 años Rowland de Jesús Castillo Castro, sentenciado a igual tiempo de cárcel por protestar el 11J, reprochó a Miguel Díaz-Canel por mantener al joven en prisión, mientras el mandatario sí puede compartir con su descendencia.
“Señor presidente, usted disfruta mucho a su nieto, yo al mío no; usted me lo tiene preso por salir el 11J”, y muchos más. Devuélvanos a todos”, exigió la cubana en su perfil de Facebook incluyendo a todos los presos políticos.
En su publicación, la abuela dolida comparte un post del mandatario en el que se muestra en una imagen junto a su esposa Lis Cuesta con uno de sus nietos en los brazos. “Felicidades nieto querido, una de mis tres adoradas personitas del futuro”, celebraba el dirigente el viernes último en sus redes sociales.
El mismo día, Canel compartía las fotografías junto a su nieto mayor durante la ceremonia de entrega de pañoletas a niños de primer grado, donde Raúl Castro colocó el distintivo al pequeño.
"El mayor de mis adorados nietos, Mauro, recibió hoy su pañoleta azul de pionero. Qué alegría, qué orgullo", posteó Díaz-Canel en Twitter, junto a dos imágenes donde aparece Castro.
Sin embargo, abuelas como María Teresa, no pueden disfrutar de sus nietos porque se encuentran presos tras las protestas pacíficas del 11 y 12 de julio en Cuba, que en algunos lugares subieron de tono tras el llamado al combate del mandatario en televisión nacional.
La orden de “a la calle los revolucionarios”, activó las paramilitares brigadas de respuesta rápidas y todo un despliegue violento de fuerzas represivas que provocaron la muerte de, al menos, un manifestante, Diubis Laurencio Tejeda; trajo el arresto arbitrario de 1,452 cubanos, peticiones fiscales de hasta 30 años de privación de libertad y sentencias excesivas, así como procesos sumarios y ordinarios sin garantías jurídicas.
Además de sufrir la prisión de su nieto, la anciana ha tenido que lidiar con el acoso constante hacia su familia, en especial hacia su hija, Yudinela de la Caridad Castro Pérez, madre Rowland, quien ha tenido que enfrentar la condena de su hijo, siendo paciente cáncer, condición que los agentes al servicio del régimen que la vigilan no han tenido en consideración.
A finales de febrero, la Seguridad del Estado arrestó a Yudinela en un intento de involucrarla con unos carteles antigubernamentales que aparecieron en el municipio Arroyo Naranjo, en La Habana.
Después de 15 días en el centro de detención de 100 y Aldabó, en La Habana, donde fue sometida a desgastantes interrogatorios, finalmente fue liberada bajo medida cautelar y se encuentra bajo investigación por el delito de desacato.
Los agentes de la Seguridad del Estado que la interrogaron la amenazaron con una pena de 30 a 40 años de cárcel: "Yo le dije que me iban a encarcelar en una prisión injustamente porque yo era inocente", dijo tras su liberación la madre del preso político y menor de edad en el momento de las protestas.
Por toda la presión ejercida en su contra, Castro Pérez, una de las madres del 11J más activas en la denuncia por la libertad de los presos políticos, fue admitida de urgencia en el hospital Julio Trigo de La Habana por atentar contra su vida el pasado 17 de marzo.
Desde entonces, María Teresa, su madre, tiene que conformarse con visitas infrecuentes a su nieto en la prisión y monitorear el delicado estado de salud de su hija agravado por las decisiones de un mandatario que pretende ignorar el dolor que ha causado a cientos de familias cubanas.
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