El periodista oficialista Aroldo García Fombellida criticó los precios del estado en algunos de los productos agrícolas que se venden en placitas y mercados, superando incluso al mercado privado; y rechazó a aquellos dirigentes y burócratas que no piensan en el pueblo.
García Fombellida se acercó a un campesino de Holguín que vendía melones a cinco pesos la libra, por lo que aprovechó para comprar uno, que en total le costó 65 CUP.
La fruta fue sembrada y cosechada por el propio campesino y con una excelente calidad, de acuerdo al testimonio del reportero cubano, que se sintió complacido por la compra.
Sin embargo, en una placita estatal, pudo conocer que el precio del melón, cuando hay, es de nueve pesos la libra, casi el doble de lo que le cobró el campesino días anteriores.
"Ah, usted no ha visto nada", le contestó la dependienta de la placita estatal, que vende por ejemplo plátano a 17 pesos la libra.
La última experiencia que tuvo García Fombellida fue la de coincidir que un campesino que debe alimentar a sus animales con la frutabomba que acopio no quiere comprarle "porque no se ajustan a los parámetros".
"Acaso se ajusta a los parámetros que se pierda ese papayal, y quién sabe cuántos más, cuando tantas familias humildes la quisieran a precios más asequibles, aunque no estuvieran todos los parámetros, pero serían totalmente salvables, traerlas, y venderlas a precios mínimos, que mucho agradecerían miles de coterráneos" apuntó.
En ese sentido, criticó a los funcionarios que toman decisiones sin pensar en los ciudadanos y en cómo beneficiarlos con servicios y ofertas que mejoren sus vidas.
"Qué difícil les resulta a unos cuantos pensar como el pueblo", apuntó.
La denuncia del reportero tuvo lugar poco después de que Cubadebate se hiciera eco de una denuncia similar hecha por otra persona, que criticó el precio de productos y servicios en instalaciones estatales.
"¿Cómo puede ser que la gastronomía estatal tenga precios iguales y hasta superiores a la privada, teniendo en cuenta que pasa por un proceso de compra directa de la materia prima mientras la segunda tiene que pasar el tema de abastecimiento por la compra en tiendas de MLC o mercado negro que se supone encarezca los precios?", preguntó el cubano Alejandro Díaz Álvarez.
Las denuncias por la inflación económica que sufren los cubanos desde que se adoptó la llamada Tarea Ordenamiento son cada vez más frecuentes, porque los ciudadanos deben pagar más por recibir el mismo servicio o producto, sin que haya una repercusión en la calidad o cantidad.
Economistas cubanos señalan que el fenómeno está asociado a la adopción de medidas que se alejan de las necesidades de los ciudadanos, que enfrentan a su vez un déficit de productos de primera necesidad, como alimentos, medicinas y aseo.
"El peso del estado en la economía deja poco espacio para la actividad económica, y genera la cadena de impagos porque no se paga lo que se compra", dijo en un artículo el experto Elías Amor, al analizar el problema.
Sin embargo, el régimen insiste en que la culpa de la inflación la tienen factores externos, como los precios del mercado internacional, el embargo y el coronavirus, evadiendo todo tipo de responsabilidad.
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