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Esposa de chofer de la pipa de gas fallecido por la explosión del Saratoga: "Vivía para mí y sus hijos"

El día de la explosión Julián Pupo y su compañero Orlando Vargas ya habían realizado un despacho de combustible y debían regresar a sus casas, pero los llamaron de emergencia para cubrir el segundo turno que tocaba a otro trabajador.

Julián Pupo © Facebook/Jesús Sánchez
Julián Pupo Foto © Facebook/Jesús Sánchez

Este artículo es de hace 1 año

La esposa de Julián Pupo Castellanos, uno de los choferes de la pipa de gas que murió en la explosión del Hotel Saratoga de La Habana, afirmó en un emotivo testimonio que el joven vivía para consentir a su familia.

En declaraciones al portal oficialista Cuba en Resumen, Yanet Sánchez relató que su esposo era natural de la provincia de Holguín y se había mudado a la capital de la isla tras concluir el Servicio Militar obligatorio, en el año 2008. Allí se conocieron cuando él tenía 19 años y ella 18.

Tras recordar los inicios de su relación, en el municipio de Guanabacoa, comentó que Pupo comenzó a manejar la pipa de la empresa de Gas Licuado de La Habana cuando supo que ella estaba embarazada de su primer hijo hacía casi 15 años.

"Él me enseñó a cocinar (...) sabía hacer de todo. Se arrebató cuando salí embarazada de nuestro primer hijo, al momento corrió a buscar trabajo y consiguió una plaza como chofer en la Empresa de Gas", explicó.

Julián Pupo, chofer de la pipa de gas involucrada en explosión del Saratoga, y sus tres hijos. Foto: Facebook/Julián Pupo

Señaló que desde entonces manejaba el camión involucrado en el trágico incidente. Al momento de la explosión del Hotel Saratoga, el pasado 6 de mayo a las 10:50 de la mañana, Pupo tenía 34 años y tres hijos: Víctor, Yulian y Yoselyn, esta última nacida el 5 de enero de 2019, precisó Sánchez.

Contó que su esposo había construido un pequeño cuarto en un terreno que les dio el gobierno, donde trabajaba desde 2020 luego de concluir su jornada en la empresa de gas.

"Terminaba los turnos de trabajo en el camión del gas y echaba a andar su otro proyecto. Los fines de semana los aprovechaba al máximo para construir", afirmó la joven, quien es maestra de preescolar.

Yanet Sánchez y Julián Pupo. Foto: www.cubaenresumen.org

Asimismo, expresó que era muy amoroso con su familia y que su sueño era terminar la casa y ver a sus hijos crecer: "Si compraba chupachupas (caramelos), él traía cuatro, para mimarme a mí también. Éramos iguales para él. Ese hombre vivía para mí y sus hijos", subrayó Sánchez.

El día de la explosión Pupo se levantó de madrugada para ir a trabajar en un turno que comenzaba a las 8:00 am. Él y su compañero Orlando Vargas ya habían realizado un despacho de combustible y debían regresar a sus casas, pero los llamaron de emergencia para cubrir el segundo turno que tocaba a otro trabajador, comentó.

Les habían dicho que el Saratoga reabriría sus puertas el 10 de mayo y tenían que abastecerlo de gas para la reapertura, señala la publicación.

Sánchez recuerda que, cuando supo la noticia, aguantó las lágrimas para no asustar a sus hijos, pero salió de la casa a desahogarse en el patio. Luego la llamaron para que fuera a reconocer el cuerpo de Pupo.

"Ahora vengo, tengo que salir", le dijo ella a su familia y se fue a Medicina Legal.

La versión oficial indica que la explosión del Saratoga se produjo a consecuencia de una fuga de gas justo cuando el camión que manejaban Pupo y Vargas estaba ofreciendo servicio al hotel.

La empresa de Gas Licuado defendió a sus dos trabajadores, y dijo que el carro cisterna de gas licuado "ofrecía un servicio habitual con personal de experiencia" en el momento del siniestro, y que transportaba unos 12,300 litros de gas, pero ya había realizado una entrega anterior.

En declaraciones a la televisión nacional, directivos de la entidad estatal explicaron que se abrió una investigación multifactorial y "a simple vista no se aprecia que haya ocurrido una falla técnica en el camión".

Imágenes en redes sociales mostraron el momento en que miembros del Cuerpo de Bomberos evacuaron con éxito el camión cisterna, que era motivo de preocupaciones, pues tenía la cabina aplastada, y podría explotar en cualquier momento obstaculizando aún más las labores de rescate y salvamento.

Tras la explosión, la pipa de gas quedó atrapada bajo los escombros. Los especialistas debieron enfriarla para poder retirarla del lugar y evitar mayores consecuencias. Al ser levantada por una grúa, se pudo ver la cabina deshecha, tras lo cual surgieron interrogantes sobre el destino del conductor.

En la explosión del emblemático Hotel Saratoga, en el centro histórico de La Habana, murieron 46 personas, incluidos los dos trabajadores de la empresa de gas.

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