La nadadora artística estadounidense Anita Álvarez fue rescatada del fondo de una piscina por su entrenadora, la española Andrea Fuentes, después de desmayarse durante el campeonato mundial este miércoles.
Fue Fuentes quien se dio cuenta de que la joven atleta de 25 años se había hundido de forma inesperada tras completar la final femenina de natación artística libre en solitario en el Campeonato Mundial de Natación, que se celebra en Budapest, Hungría.
Al ver lo que estaba sucediendo y ante lo que consideró una demora innecesaria de los socorristas, Fuentes se lanzó al agua y subió a Álvarez ella misma a la superficie. Estando todavía en el agua, un socorrista se lanzó en su apoyo.
Poco después, el equipo de natación de Estados Unidos emitió un comunicado en el que Fuentes aseguró que Álvarez “ahora se siente bien".
Sin embargo, no es la primera vez que la nadadora es víctima de un episodio similar, en 2021 se desmayó tras una prueba en un evento clasificatorio olímpico en Barcelona.
En esa ocasión, fue también Fuentes quien se lanzó al agua en su ayuda.
Este jueves, la nadadora se ha quedado en el hotel de concentración descansando después de que todos los exámenes médicos que le practicaron arrojaran resultados satisfactorios.
La idea es que pueda participar este viernes en la final del equipo libre juntos a sus compañeras.
“No es una rutina tan exigente para ella”, aunque “la decisión la tendremos que tomar todos, ella no quiere irse del Mundial con la imagen del miércoles”, dijo Fuentes.
Los socorristas se pronuncian sobre el desmayo de Anita Álvarez
Tras la sorpresa y críticas que generó la actitud de los socorristas, que tardaron en lanzarse a la piscina, el comité organizador explicó que ellos no pueden saltar a la piscina si antes los jueces no dan su consentimiento.
“Las reglas extremadamente estrictas de la Federación Internacional de Natación (FINA) determinan cuándo pueden intervenir los socorristas”, apunta un comunicado referido por la prensa española.
Esas normas señalan que solo los jueces podrán dar la orden de saltar a la piscina a socorrer a un competidor. Sostienen que el protocolo es así para evitar cualquier malentendido por parte de los socorristas.
El comunicado dejó claro que “el miércoles no se recibió ninguna señal de los jueces”, pero el socorrista, que se encontraba en ese momento en la parte más alejada de la piscina de donde se encontraba Álvarez, decidió saltar cuando vino que Andrea Fuentes lo había hecho.
“Después de que el entrenador se tirara a la piscina por su cuenta y riesgo, los socorristas locales, al percibir el peligro, ya no esperaron la señal judicial, sino que decidieron intervenir de inmediato”, indicó el comunicado.
La FINA ha iniciado una investigación para valorar cómo se pueden prevenir casos similares.
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