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Cubanos maltratados

Nuestros emigrantes son carne fresca y jugosa para los contrabandistas humanos, incluidos "coyotes" cubanos.


Este artículo es de hace 1 año

La ola de maltrato que soportan muchos cubanos en trance migratorio obedece a la lógica de las relaciones internacionales y de las mafias que controlan el tráfico humano, estratificada en varios segmentos, que incluye a autoridades y funcionarios.

La mayoría de los cubanos son ciudadanos de segunda categoría en su propia tierra, privado de elementales derechos y que busca escapar como pueda del paraíso comunista que, previamente lo empobreció material y espiritualmente; por tanto, no ha de extrañarnos que, para estados extranjeros, los cubanos sean personas de cuarta categoría.

Nuestros emigrantes son carne fresca y jugosa para los contrabandistas humanos, incluidos coyotes cubanos y otros que se aprovechan de la precariedad ajena para lucrarse temporalmente, ofreciéndoles trabajos de mera subsistencia a cambio de cama y comida; como ocurre en Guyana, y haciendo bueno el dicho de que no hay peor cuña que la del mismo palo.

Contrario al criterio general, las relaciones internacionales no se basan en principios éticos, sino en intereses de estado, que limitan el rango de acción de gobiernos de diferente color político, sujetos a las reglas de juego y a su obligación de defender lo más conveniente para su país, si alguien duda que revise los acuerdos de la administración Biden con Nicolás Maduro, por la crisis petrolera que genera la invasión rusa a Ucrania; otro ejemplo de las normas que rigen la geopolítica mundial.

Cuando un funcionario extranjero o empleado cubano de un consulado extranjero en La Habana maltrata a un solicitante de visa; lo hacen respaldados por el marco general de la política migratoria del gobierno al que sirven, incluidos aquellos con fluidas relaciones políticas con la dictadura más antigua de Occidente, como es el caso de México, que realmente actúa como alguacil migratorio de Estados Unidos, a cambio de un jugoso salario anual; acuerdo que también incluye a Guatemala y al que, próximamente, se incorporarán el resto de naciones centroamericanas.

Con España ocurre otro tanto; conseguir un turno para cualquier trámite, no únicamente para visado, se convierte en una carrera de obstáculos y tensiones, pues la mayoría de las veces el sistema informático no funciona correctamente, aun cuando la persona necesitada -ayudada por parientes y amigos afincados ya en la madre patria- lo intente a distintas horas del día.

La casta verde oliva y enguayaberada ha pretendido resolver la crisis del 11J con cárcel y emigración, exportando parte de su responsabilidad y problemas a estados ajenos, como ya hizo Venezuela, cuando Hugo Chávez hundió a una de las naciones con mayor riqueza de América Latina; por tanto, esos países se sienten libres para actuar contra los cubanos en sus embajadas y territorios.

Quien encarcela y violenta, quien destierra e inxilia a los cubanos es el tardocastrismo y no los estados extranjeros que deben lidiar con un flujo anormal de migrantes en tránsito por sus territorios, gracias a la complicidad del orteguismo nicaragüense con La Habana y la miopía de la administración Biden, que no advirtió a tiempo la que se le venía encima; pese a los sonoros precedentes de Camarioca (1965), Mariel (1980) y Balseros (1994).

Con el presidente Donald Trump, La Habana y Managua no se atrevieron a montar la ruta de los volcanes, pese a que el gobierno cubano sufrió las mayores sanciones políticas y económicas de su historia, calificadas de "devastadoras" por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), que tuvo el descaro de calificar de "positivo, pero limitado" el afloje Biden.

Mientras Cuba no se democratice y desarrolle económicamente, habrá cárcel, inxilio y exilio, emigración y gusañeros agitando banderas contra el embargo económico, haciendo gala de su supina y oportunista ignorancia sobre las causas de la sanción; factores y mecanismos para levantarla y del funcionamiento de la política real.

Como en todo proceso político y económico, los ciudadanos también tienen responsabilidades y solo un porcentaje mínimo de los cubanos maltratados por naciones extranjeras se atreve a denunciar, quizá por el hábito totalitario de permanecer mudos ante la injusticia; no confundir a estos silentes, con los numerosos protagonistas del 11J, con los que solo comparten origen geográfico y de los que cada vez se distancian más, creyéndose a salvo con una visa, cuando solo se transformarían en rehenes, en la distancia, de la plaga comunista que hundió a Cuba y provoca -desde hace quinquenios- la muerte de incontables compatriotas en el Estrecho de Florida. la selva del Darién y otros puntos de la forzosa y agrandada geografía insular.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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