Un bombero que participó en las labores de extinción del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, recordó los duros momentos que pasó en la madrugada del viernes al sábado pasado, justo antes de la explosión de un tanque que ocasionó la muerte de 15 personas.
Luis David Castillo Corrales, integrante del Grupo Especializado de Operaciones y Socorro de Matanzas, piensa que la mayor cantidad de fallecidos deben ser probablemente bomberos de los municipios de Cienfuegos y Varadero.
"Me erizo cada vez que pienso en eso, no los conocía a ellos", dijo a la prensa estatal.
Luis David se refirió a un compañero de su equipo que al momento de la explosión estaba a solo 60 metros, aguantando las mangueras que estaban echando agua.
"Estuvimos casi 24 horas sin saber de él. Por suerte, está en el Faustino, y está vivo, pero el resto de los muchachos, del Comando de Cienfuegos y de Varadero, que llegaban en ese momento, ese tanque les explotó a ellos arriba. De ellos, nadie... hasta ahora no tengo conocimiento de que alguien haya quedado vivo", lamentó.
Nacido en Pinar del Río hace 36 años, el bombero detalló que al llegar al lugar del siniestro su grupo, integrado por ocho personas, se dividió. Unos fueron ubicados frente a los supertanqueros, a un kilometro de las explosiones, y el otro, en el que se encontraba él, a 150 metros.
Aprovechando que el viento estaba hacia el norte, le echaban agua al tanque que estaba a la derecha para que no se calentara y así evitar la explosión, pero todo cambió cuando el viento cambió de dirección.
"Fue algo inesperado, no llegó a los cinco segundos, al cambiar completamente el viento al sur, por la parte izquierda de ese tanque que ya estaba soltando un poco de crudo, se abre completamente. Se hace una explosión grandísima, una implosión, que es desde abajo, un hongo muy grande, y la radiación nos cogió a todos", precisó.
En ese instante todos se lanzaron a correr, tratando de recoger a la mayor cantidad de personas que estaban cerca para evitar que perdieran la vida.
"Ahí nos cogió la radiación a los ocho. Fue increíble, la piel, sentías el olor como que se nos estaba quemando, pero teníamos que recoger a esas personas", subrayó con su cuello completamente vendado, debido a las quemaduras que sufrió.
A seis días de haber iniciado el incendio en la zona industrial de Matanzas, aún sin extinguir totalmente, comienzan a aparecer testimonios de personas que arriesgaron su vida para sofocarlo.
Una de ellas es el pipero Manuel Tápanes Pérez, quien se libró de la fatídica explosión por pocos minutos.
Tápanes, quien maneja un carro cisterna del Combinado Lácteo de Matanzas, estuvo desde las 9:00 de la noche del viernes hasta las 5:30 de la mañana del sábado transportando agua hacia los carros bombas.
"A todos esos bomberos que intentaban enfriar el segundo tanque les di agua fresca para tomar y echarse por arriba, el vapor que había era horrible. Acabada el agua en la pipa retornaba hacia la base de bomberos en busca de más. En el retorno sentí el estruendo. Todo se iluminó, y con los muchachos dentro", dijo a la revista Alma Máter.
Él lo vio todo por el espejo retrovisor de su camión. Se dio cuenta de que en la explosión quedaron atrapadas otras pipas de su empresa con dos de sus compañeros, que estaban a 10 metros del tanque al momento del estallido. Por suerte, ambos sobrevivieron.
"No recuerdo el rostro de ninguno de los bomberos, en ese momento no estaba mirando sus caras, lo que atendía eran las indicaciones del jefe que alertaba constantemente a los jóvenes, pero había un muchachito blanquito, era mucho más pequeño que los acompañantes; otro mulato alto y el jefe que también era mulato", describió.
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