Un cubano presentó en las redes sociales un ventilador casero que trabaja con agua, diseñado para paliar el intenso calor del verano, en medio de los constantes y largos apagones que sufre.
"Ya que nos están quitando la corriente a cada ratico, entonces ya cuando se va la corriente, pongo mi ventilador aspersor de agua y así puedo viví un poco tranquilo", dice Abel Garlobo en un vídeo compartido en Facebook.
Abel dijo que el equipo trabaja a presión de agua, usando un pomo plástico acoplado a un tanque de agua, aunque no explicó de dónde sale el líquido ni a dónde va.
"Este es mi ventilador que trabaja con agua, mírenlo bien, miren pa' acá, cómo trabaja", dijo, orgulloso de la velocidad que alcanza.
Los videos los compartió su hija, Rosaly Garlobo Lambert, en su muro de Facebook.
"Ñooo... yo quiero uno", dijo una joven de Guanabo. "¿Y cuando te quitan el agua?", preguntó otro habanero.
Un graduado de la Facultad de Comunicación pidió más información acerca del funcionamiento del aparato: "Si es por diferentes presiones, o si es con la presión de agua que viene de la tubería. Gracias", señaló.
No son pocos los cubanos que, en medio de la actual crisis energética, se valen de su ingenio para crear iniciativas con las que paliar las molestias de los apagones y las altas temperaturas.
El mes pasado se supo del diseño de un ventilador con foco, creado por un padre para garantizar que su pequeño hijo pudiera dormir por las noches.
Amauri Lincheta presentó su invento en Facebook y dijo que el ventilador funciona con baterías de litio y un bombillo.
"Miren, tremendo fresco, caballero", afirmó emocionado el innovador.
Algunos internautas en la red social quedaron maravillados por su idea, y hasta le propusieron comprarlo.
En junio, un camagüeyano presentó en redes sociales "el ventilador de apagón": unas aspas de un ventilador acopladas a la catalina de una bicicleta, que se movían de forma manual con los pedales y solo necesitaban la "energía" de una persona pedaleando para funcionar.
Otro cubano optó por acoplarle hielo a su ventilador para poder resistir el calor, ante la imposibilidad de comprar un aire acondicionado. En ese momento su autor, Frómeta Romero, aseguró que esta opción "es una emergencia necesaria para poder vivir, porque no puedo dormir. El calor aquí es sofocante".
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