Arquitectos cubanos proponen la sustitución del acero por fibras sintéticas en las nuevas casas que se construyan en Pinar del Río como una forma de mitigar el impacto sobre el fondo habitacional de futuros huracanes.
La utilización de las fibras DUCTIFIB-PEAD, que se producen localmente y disminuyen mucho el consumo de acero con respecto a las placas tradicionales, en las tabletas y viguetas para cubiertas semipesadas garantizaría un techo resistente al impacto de los ciclones, asegura al periódico local villaclareño Vanguardia el arquitecto Fernando Martirena Hernández, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM), de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.
Martirena, quien trabaja actualmente en el terreno en la más occidental de las provincias cubanas, buscando alternativas constructivas a la devastación que dejó tras su paso el huracán Ian, explica que el modelo constructivo actual perpetua la vulnerabilidad.
“En Pinar del Río, conocí familias que ya van por el tercer crédito, pues perdieron sus techos, primero, con el huracán Isidoro (2002), luego, con Gustav (2008) y ahora con Ian”, explica el especialista.
“Cuando miramos los números, estamos sustituyendo 215 toneladas de acero con 20 toneladas de fibra. Desde el punto de vista económico y de recursos, es muy práctico, porque tenemos capacidad para producirlas. Incluso, podemos coordinar con la Empresa de Recuperación de Materias Primas, el reciclaje del PET (tereftalato de polietileno) de los pomos plásticos”, agrega.
Estos refuerzos construidos con polietileno de alta densidad funcionan como refuerzo interno del hormigón y se producen en Ciego de Ávila a una razón productiva de 40 kg por hora.
El arquitecto afirma que ya estarían disponibles para una entrega inmediata tres toneladas de estas fibras, lo que permitiría techar más de 400 viviendas de 60 metros cuadrados.
Estas fibras permitirían un aumento de la resistencia a la flexión del 50 % en las edificaciones, con una dosis de dos kilogramos de fibras (PEAD) por metro cúbico, y hasta un 250 %, con cinco kilogramos.
En el caso de las losas, permitirían una resistencia de 350 kilogramos por metro cuadrado.
Martirena dice que solo han llegado a Pinar del Río 2700 toneladas de las 12 000 de cemento que estima serán necesarias para la recuperación en la construcción de unas 19 000 viviendas.
Como alternativa a la escasez de cemento el arquitecto sugiere el uso del extensor conocido como LC2, capaz de sustituir el 50 % del cemento P35 industrial sin perder sus propiedades. Este material se puede producir en talleres locales, a partir de arcilla calcinada, caliza y yeso.
Además, considera que la producción de mortero seco ayudaría mucho a las familias damnificadas, las cuales de los 180 000 pesos que reciben en un subsidio, tienen que destinar elevadas sumas al traslado de cada uno de los materiales.
De esta manera, según el arquitecto, uniendo el cemento, áridos y aditivos en una sola fórmula, disminuirían los costos por viajes.
A finales de octubre, casi 106 mil viviendas continuaban afectadas tras paso del huracán Ian por Pinar del Río.
En esa provincia se reportaron 108,723 afectaciones en viviendas tras el paso del meteoro el pasado 27 de septiembre, y apenas 2,738 había sido resueltas, lo que indicaba que 105,985 viviendas continuaban sin ser recuperadas.
A inicios de octubre el gobierno confirmó que de esas afectaciones más de 10,400 fueron derrumbes totales.
Hace unas semanas, las autoridades iniciaron la venta de materiales para la reconstrucción, pero solo 6 000 familias habían podido realizar la compra y “no han solucionado sus problemáticas”.
Otras 33,000 tenían sus planillas listas, sin embargo no habían podido completar la compra en los puntos de venta.
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