APP GRATIS

Otra sorpresa más: Irán caza Dragones

Un golazo de Rouzbeh Cheshmi les dio el triunfo a los Príncipes de Persia.

 © @FIFAWorldCup
Foto © @FIFAWorldCup

Este artículo es de hace 1 año

Casi un centenar de minutos después de empezar el encuentro contra Gales, a punto ya de ver que sus esfuerzos habían sido baldíos, Irán encontró premio a tanta brega y se impuso 2x0 en un final de puro vértigo.

Precisado no solo de ganar, sino también de anotar varias veces para adecentar su gol average tras la paliza recibida ante Inglaterra, Carlos Queiroz le dio la titularidad al “Messi iraní”, Sardar Azmoun, quien milita en el Bayer Leverkusen y registraba cuatro dianas en sus últimos ocho partidos con la casaca del Team Melli.

Veloz y creativo, Azmoun no demoró en convertirse en pesadilla para la zaga del conjunto británico, que quizás esperaba una respuesta menos animosa de los Príncipes de Persia. Suyo fue el primer tiro al arco del encuentro, y suyo, también, el pase para que Ali Gholizadeh marcara en una acción que acabaría siendo anulada por offside.

La posesión pertenecía a los Dragones, pero las oportunidades las generaba Irán, más ambicioso y vertical. No quería abrir la senda de los eliminados del Mundial, y el Estadio Ahmed bin Ali vio una escuadra bien distinta de la que recibió seis goles en el estadio Internacional Khalifa.

Luego del trabajado empate frente a Estados Unidos, Gales tenía que sumar antes de medirse a sus vecinos ingleses en el cierre de la llave. Sin embargo, se veía superada sin que su estrella Gareth Bale (desaparecido todo el tiempo) lograra revertir la situación. Un susto detrás de otro, el primer tiempo se fue 0-0 y en el arranque del segundo los corazones latieron a galope en Cardiff cuando Azmoun estrelló un disparo contra el poste y, en la continuación de la jugada, Gholizadeh lo imitó.

El azar no había querido que Irán se pusiera en camino de su primera victoria en diez partidos mundialistas frente a equipos europeos. No obstante, los árabes pecaron de insistentes, mantuvieron el acoso a la meta de los rojos, y en el minuto 72 el cancerbero Wayne Hennessey debió estirar sobre la hierba su larga anatomía para impedir que Saeid Ezatolahi destruyera el abrazo en la pizarra.

El desgaste brutal había hecho estragos en ambas trincheras, sobre todo en la de Irán, que dio salida a Azmoun, Gholizadeh y un visiblemente acalambrado Ezatolahi. La esperanza quedaba, casi íntegra, en las prestaciones de Mehdi Taremi, el hombre que le endosó dos goles a Inglaterra. Y fue justo Taremi el que en una galopada provocó la expulsión del portero galés, héroe del día hasta ese entonces.

Casi no había entrado en juego el reemplazo del arquero y tocó el turno atacante de Mehdi Torabi, quien en un golpe franco desde la frontal, con todo a su favor, echó por alto momentáneamente el sueño de un equipo que peleó sin pedir tregua.

Daba la sensación de que la última línea del libro estaba escrita, algo que no le pareció correcto a Rouzbeh Cheshmi, un jugador de corte defensivo que se metió en la piel de los cazadragones y soltó un zapatazo indetenible en el octavo minuto de descuento. La euforia se desató, los británicos se vinieron abajo y una picadita de Ramin Rezaeian les dio el tiro de gracia.

Irán está vivo, Gales agoniza y el Mundial se ha vuelto loco.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada