El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha ido degenerando en el popular doctor Liendre; que de todo opina, pero de nada entiende, dañando absurdamente las relaciones diplomáticas con Perú y alineándose con Venezuela y Nicaragua.
"La situación en Perú es resultado de un proceso dirigido por las oligarquías dominantes para subvertir la voluntad popular que había elegido a su gobierno de acuerdo con el ordenamiento legal peruano", tuiteó el Ñato.
¿En qué estaría pensando el mandatario para cometer ese acto fallido y simplón de mencionar la soga en casa del ahorcado; hablando de oligarquías dominantes; siendo la cara de la casta verde oliva y enguayaberada?
El presidente cubano miente, el ya ex presidente peruano Pedro Castillo se mató el solito; como Chacumbeles, al pretender un golpe de estado palaciego, disolviendo el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.
Con haber mandado a Bruno Rodríguez a hacer una declaración medida, pidiendo respeto para la vida del autodepuesto Castillo, habría bastado; como hizo Gustavo Petro; incluso el mexicano Andrés López Obrador dejó la tarea en manos de su canciller, Marcelo Ebrard.
Cuba se alineó con Nicaragua y Venezuela, esos dos olimpos de la democracia y el respeto a los derechos humanos que padece América Latina. Dime con quien andas y te diré quien eres; desperdiciando la ocasión para fijar una postura sensata y de bajo perfil, que también puede complicar los vínculos con Estados Unidos.
A estas horas, el embajador de Cuba en Perú, Carlos el Gallo Zamora debe estar atónito con la reacción presidencial, porque es él quien debe entenderse con la oligarquía peruana; como ha venido haciendo hasta ahora, por sus dilatados años como diplomático y oficial de Inteligencia; sin dejar de pastorear al líder espiritual de Castillo y hombre del tardocastrismo en Perú, Vladimir Cerrón.
De Relaciones Internacionales, Díaz-Canel sabe menos que el encargado de abrir y cerrar la llave de paso de la presa Minerva; pero cual necio se pone a brincar cercas geopolíticas, como Caballo Viejo oliendo potranca alazana.
"Cuba defiende el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados y señala que corresponde al pueblo peruano hallar soluciones a sus desafíos por sí mismo, en virtud de sus legítimos intereses, decisiones que deben ser respetadas", también tuiteó el presidente.
¿No se ha percatado el tribuno de Placetas que hablando asi, se entromete en asuntos internos de un país con el que Cuba mantiene relaciones diplomáticas?
Aceptemos que ya Cuba carece de capacidad para meterse en asuntos internos por su debilidad geopolítica y su condición de más vieja dictadura occidental, pese a que no ha renunciado del todo a ese propósito desestabilizador; pero si Díaz-Canel piensa así; ¿cómo fue capaz de entrometerse ahora en los asuntos internos de Perú y, antes, de Argentina, por la condena a seis años de cárcel a la vicepresidenta?
"Reiteramos nuestro rechazo a los procesos judiciales políticamente motivados y reafirmamos todo nuestro apoyo y solidaridad a Cristina Fernández de Kirchnner, frente al acoso judicial y mediático en su contra".
El Ñato ha perdido la vergüenza; hablando de procesos judiciales motivados políticamente y de acoso judicial y político, siendo el instigador de una guerra civil que ha acabado con más de ochocientos cubanos presos y que, junto al resto de opositores son atacados todos los días desde su gobierno y la prensa que financia.
La indecencia es parte de la política mediocre, pero cuando uno es designado a dedo por el dueño de Birán, S.A, corre el riesgo de confundir la realidad ajena con la propia y producir esperpentos continuos.
Una cosa es que su entorno norcoreanizado crea que ha vuelto el caballo de Mayaguara y otra es la triste realidad que acompaña al Ñato desde su debú presidencial; de sus errores internos ya han dado buena respuesta los cubanos absteniéndose cada vez más en los simulacros electorales y protestando en las calles, con diferente intensidad.
Si mañana Perú se desmarca de la corriente regional y vota en contra o se abstiene en un asunto de interés para Cuba en el sistema de Naciones Unidas, que La Habana se ahorre el pujo de acusar a Lima de agente de la CIA; el mundo cambió, pero el Ñato sigue a ritmo de jicotea fría y el mejor agente que la Inteligencia estadounidense ha podido reclutar en La Habana es el mismísimo Palacio de la Revolución; donde campea a sus anchas el general deterioro.
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