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Muere la madre de hermanas Garrido, presas políticas del 11J

El esposo de Angélica consideró que el injusto presidio político del que son víctimas las hermanas Garrido Rodríguez ha sido la causa de los padecimientos que llevaron a la muerte de su madre y en agosto de su padre.

La madre de las hermanas Angélica y María Cristina Garrido Rodríguez © Cortesía CiberCuba - Facebook / Luis Rodríguez Pérez
La madre de las hermanas Angélica y María Cristina Garrido Rodríguez Foto © Cortesía CiberCuba - Facebook / Luis Rodríguez Pérez

Este artículo es de hace 1 año

La madre de las hermanas Angélica y María Cristina Garrido Rodríguez, encarceladas por su participación en las históricas protestas del 11J en Quivicán, Mayabeque, falleció en la medianoche de este viernes.

“Fue una falta repentina de aire. Murió de camino al policlínico, al hospitalito del municipio. Ella padecía de angina de pecho y ha sufrido mucho desgaste emocional en estos tiempos. Tenía mucha retención de líquidos producto de una insuficiencia renal crónica”, dijo a CiberCuba Luis Rodríguez Pérez, esposo de Angélica.

En declaraciones a esta redacción, el activista consideró que el injusto presidio político del que son víctimas las hermanas Garrido Rodríguez ha sido la principal causa de los padecimientos que llevaron a la muerte de sus padres.

A mediados de agosto fallecía el padre de las prisioneras de conciencia, sin que trascendieran las causas del fallecimiento. “La prisión de sus dos únicas hijas mató a los padres, otra cosa no se puede decir”, aseguró este viernes Rodríguez Pérez.

“Como les tenían separadas las visitas, la madre tenía que ir dos veces por semana a ver a sus hijas, a pesar de encontrarse mal de salud. Viajes largos, de una provincia a otra, pasando ese sufrimiento… hasta que recientemente le dieron la posibilidad de realizar la visita conjunta a sus hijas”, describió el activista.

Según relató, “Angélica se puso muy mal, tuvieron que inyectarla y ponerle oxígeno porque ha tenidos dos crisis vagales”. Las hermanas pudieron salir de la cárcel para despedirse de su progenitora, que fallecía a las 12 de la noche de manera repentina.

A comienzos de junio, el tribunal que dictó sentencia contra las hermanas ratificó la condena que les había impuesto inicialmente. María Cristina, que fue condenada en marzo de 2022 a siete años de cárcel, mantuvo su condena, al igual que Angélica, sentenciada a tres años de prisión en el mismo juicio.

Durante los meses de encierro, las hermanas Garrido han sido confinadas a celdas de castigo, recibido golpizas, interrogatorios y amenazas, especialmente María Cristina, quien es vista por las autoridades como líder de la manifestación en Quivicán, según reiteradas denuncias de su familia.

Tanto María Cristina (41 años) como su hermana Angélica (39 años) son madres de tres y dos niños, respectivamente, que ahora se encuentran al cuidado de familiares. Ambas forman parte del grupo de 74 mujeres presas en Cuba tras el estallido social del 11J.

En septiembre, las hermanas Garrido, junto a la también presa política Lisandra Góngora, se declararon “plantadas” para exigir su liberación inmediata. Un mes antes, la joven Angélica Garrido sufría una parálisis en la mitad de su cuerpo a consecuencia de un accidente cerebrovascular en la prisión.

“Mantengo y mantendré mi firmeza”, declaró la presa política que, según denunció, padece otras secuelas producto del estrés a que la someten en la cárcel, como decaimiento, dolor constante de cabeza y somnolencia.

En diciembre de 2021, tras referirse al caso de las hermanas Garrido el gobierno de Estados Unidos advirtió que el régimen cubano no puede seguir atemorizando al pueblo de Cuba para que calle.

“Hermanas María Cristina Garrido y Angélica Garrido, detenidas por protestar en el 11J, acusadas de desorden público, falta de respeto y resistencia al arresto. El régimen cubano no puede atemorizar a su pueblo para que guarde silencio. Continúan luchando por sus derechos. #PresosPorQué?”, expuso en su cuenta de Twitter el Subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian A. Nichols.

En agosto fallecía contagiada de dengue Ana Rosa Valdés, madre del manifestante del 11J Carlos Michelena Valdés, quien no pudo despedirse de ella. Tras la detención y condena de su hijo, la mujer comenzó a sufrir depresión y en sus últimas semanas de vida contrajo dengue, enfermedad que le provocó la muerte.

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