La provincia cubana de Ciego de Ávila incumplió en más del 50% su plan de construcción de viviendas para 2022, a pesar de la elevada deuda habitacional del gobierno con los damnificados por eventos climatológicos desde hace varios años.
Un reporte del medio local Invasor señala que 2022 cerró con 946 viviendas terminadas en esa provincia, 54.5% menos de lo previsto, y 700 de ellas ni siquiera se empezaron en el periodo sino que fueron continuidad de las que quedaron inconclusas en el año precedente.
Al menos 283 viviendas fueron por la vía estatal, lo que representó el 44% del plan; 196 subsidios, para un 26% de ejecución; y 467 por esfuerzo propio, que elevó el sobrecumplimiento de ese acápite al 134%, detalló el rotativo.
En 2021 se levantaron 560 casas, que también representó 35,2 % por debajo de los planes. En 2020 se construyeron 1.300 casas, a pesar de lo cual la deuda habitacional sigue siendo ostensible. Sólo en Chambas hay más de 500 derrumbes totales sin resolver, detalló el rotativo.
Leiter Méndez Valdivia, subdirector general de la Dirección Provincial de la Vivienda (DPV), vaticinó que "lo peor está por venir".
"Volvemos a estar críticos en la secuencia, aun cuando ya se habla de unas 1.400 viviendas en el plan de 2023", señaló.
Lejos de resolverse, la crisis habitacional se acrecienta en Cuba. En diciembre trascendió que el plan anual de construcción de viviendas logró apenas un 58% de su realización en el país.
En este año se terminaron 21,229 casas, informó en diciembre pasado la directora general de la Vivienda del Ministerio de la Construcción (MICONS), Vivian Rodríguez Salazar, durante el debate de la Comisión de Industria, Construcciones y Energía de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La funcionaria apuntó que los incumplimientos se debieron a las limitaciones materiales con el cemento, acero, materias primas de importación para la carpintería metálica, pintura, muebles sanitarios y otros insumos.
Sin embargo, al menos 102 mil viviendas se vieron afectadas durante el último huracán que azotó Pinar del Río en septiembre pasado. Solo en esa provincia los damnificados por eventos climáticos llevan esperando más de 10 años por una casa.
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