Patria es humanidad

Nicolás, un emigrado llegado a Madrid en 1966, una vez que sacó adelante a sus hijos, gastaba sus vacaciones y parte de su dinero en volar desde Madrid a Gran Caimán. Allí, en las noches de arribazón de pejes alunados, alquilaba una lancha que lo acercara al borde de las aguas territoriales de Cuba para llenarse los ojos con el resplandor que habitaba sus pupilas, permaneciendo quieto hasta el amanecer, cuando su coyote marinero lo devolvía a suelo británico.

En Cuba, había sido ingeniero agrónomo experto en cultivo del arroz hasta que discrepó con Fidel Castro por el uso de unas tierras no aptas para la siembra del cereal y la maquinaria patriotera lo convirtió en invisible. La casa que poseía en Miramar le abrió las puertas del exilio, adonde llegó con mujer y tres hijos y -tras varios años de trabajo esforzado- logró poner un pequeña cerrajería en una de las mejores glorietas de Madrid.

Nicolás llevaba un detallado censo de la producción arrocera de aquellos años luminosos y tristes y -cuando comentaba el desastre- jamás se alegraba, solo perdía el apetito durante unos días, en una muestra de solidaridad orgánica con su patria y malnutridos compatriotas.

Un profesor de la Universidad de La Habana sacudió la habitual modorra tardocastrista, al advertir que patriotismo no es solo resistencia heroica, sino también construcción de futuro y realización de sueños individuales y colectivos, que siguen fallando en Cuba.

Realmente, la frase no da para mucho, pues es una reiteración por otros caminos de la penúltima paradoja de la fábrica de mentiras comunistas: resistencia creativa. Cuando la mayoría de los resistentes llevan años con la creatividad por los suelos y el hambre y la sed por las nubes.

El problema de fondo radica en la reiterada manía totalitaria de construir una gran cochambre politiquera mezclando nación, patria, independencia y virtud con un partido único, una ideología depravada, un gobierno ruinoso y la ignorancia perpetua.

Quiénes son más patriotas:

¿José Daniel Ferrer García, Félix Navarro. Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo y los más de mil presos políticos o el Buró Político?

¿Cubanos que apuestan por una democratización sin injerencias extranjeras o los neoplattistas del gobierno y la oposición?

¿Un trabajador disciplinado y cumplidor o un dirigente corrupto?

¿Un emigrado que evita su familia muera de hambre y enfermedad o un miembro de los cuerpos represivos?

¿Un pinguero que aporta riqueza a su hogar o un esbirro de las Brigadas de Respuesta Rápida?

¿Una jinetera que lleva alimentos, jabón y medicinas a casa o una siniestra federada?

¿Un padre de familia que lucha diariamente por proteger su casa del general deterioro o el fracasado espía Gerardo al que le construyen una mansión en Siboney con dinero de todos los cubanos?

¿Un colero que vive de revender turnos de escasez o el gobierno que dolarizó la economía?

¿Un taxista privado y sus buquenques o el ministro de Transporte?

¿Un profesor universitario que alerta sobre la descapitalización humana de Cuba o el gobierno que promueve avalancha migratoria contra Estados Unidos?

¿Un artista independiente que intenta alegrar a los niños de su entorno con una acción plástica o el ministro de Cultura?

¿Archipiélago, 27N o la UNEAC?

¿Un maestro repasador, que redondea sus ingresos impartiendo luz, o el ministro de Energía que administra apagones?

¿Un médico y enfermera que no abandonan a sus pacientes o el Ministerio de Salud Pública?

¿Un cuentapropista que intenta generar riqueza y bienestar en su entorno o el inservible Poder Popular?

Cuba es de todos los cubanos y no de la casta verde oliva y enguayaberada que la mancilla y traiciona.

La patria son el barrio, la infancia, el amor, la lealtad y la humanidad, ante los que de nada valen las patrullitas de CVPs ideológicos, incapaces de vivir el goce de la discrepancia y mirando siempre a Palacio para adivinar el próximo combate contra sí mismos; pues la gran tragedia de los neopatriotas de bozal y mandarria es que pasan más hambre que un ratón de ferretería y la mayoría los desprecia por abyectos y guatacas.