Una cubana denunció en redes sociales que lleva cuatro días esperando en la terminal de ómnibus de Guantánamo una guagua para La Habana, algo que calificó de “maltrato” con el pueblo.
"La lista de espera no avanza y las guaguas que deben de poner las ponen arrendadas y tienen un valor de 2,500 pesos”, escribió la internauta en una publicación en el grupo de Facebook Revolico Guantánamo Oficial.
La mujer compartió imágenes del colapso de viajeros que hay en la terminal de ómnibus, donde incluso se ven a varios menores de edad durmiendo en el suelo de la instalación.
Decenas de cubanos reaccionaron con indignación a las imágenes, relataron experiencias similares y confirmaron que la situación es crítica en esa y en otras terminales del país, al tiempo que denunciaron corrupción en la venta de asientos.
“Eso mismo me pasó a mi cuando estuve allí por problemas familiares con mi padre diabético y amputado y a nadie le importó, ni al propio Partido. Lo que tienen ahí es un negocio grande los jefes de turno”, se quejó una internauta.
“Yo misma tuve que alterarme porque llevaba tres días allí y personas que llegaban después que yo les venden el asiento de la guagua extra a 2,500 pesos. Es un relajo lo que tienen”, reseñó otra comentarista.
Una tercera usuaria del grupo opinó que las guaguas están en función de los dirigentes para reuniones, actos políticos y para las “delegaciones de chivatientes", mientras el pueblo pasa trabajo.
Cuba atraviesa una profunda crisis del transporte debido al déficit de combustible y al pésimo estado del parque vehicular, lo que ha llevado al gobierno a tomar medidas enfiladas tanto al sector estatal como al privado para intentar frenar la crisis.
En días recientes fue noticia que el gobierno de Las Tunas fijó precios al transporte privado para detener la inflación e incluso activaron una línea telefónica para que la ciudadanía ejerza control popular sobre los precios estipulados y pueda hacer denuncias.
En algunas provincias como Ciego de Ávila más del 60% de los ómnibus de pasajeros están fuera de servicio.
En noviembre del pasado año, el paradero de la Terminal de Ómnibus de Guanabo, en La Habana, admitió que tenía apenas el 35% de sus guaguas funcionales.
La escalada en las carencias se ha ido elevando al punto de que el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, ordenó a principio de enero último que los conductores estatales apoyasen la transportación de pasajeros.
El régimen cubano, en medio de una creciente inflación, habilitó además el alquiler de bicicletas en La Habana, pero el precio de 500 pesos diarios resulta imposible de pagar para la mayoría de los cubanos, en un país donde el salario mínimo no rebasa los 2,500 pesos, los mismos 2,500 pesos que cuesta un pasaje de Guantánamo a La Habana.
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