El Grupo Empresarial Palco retiró de sus establecimientos las latas de salsa de tomate marca Conchita que comercializaba a 33 dólares o moneda libremente convertible (MLC).
La cubana Rouslyn Navia Jordán cuestionó al gobierno por vender la salsa de tomate a un precio irracional, a pesar de ser un producto que se elabora en Pinar del Río, con materia prima cubana.
Su primera denuncia la hizo a finales de abril. Compartió en su perfil de Facebook la foto de las latas de salsa con el precio de 33 MLC y su post se volvió viral. Este lunes explicó que otra cubana, cuyo perfil en Facebook es Lisandra Martín, recibió respuesta de Palco.
Navia adjuntó a su mensaje las capturas de pantalla hecha a los comentarios. Se puede ver cómo Palco reconoce el error en el precio y asegura que retiró las latas del mercado.
"El producto fue retirado de la venta de inmediato. Se hicieron los análisis pertinentes, tanto con nuestras dependencias como con el proveedor. Saludos", dijeron desde el perfil de Facebook Grupo Empresarial Palco.
Señalaron además, que el precio de venta estaba en correspondencia con el valor por el que adquirieron el producto.
"Nuestro Centro Comercial es solo el lugar donde se vende el producto. No obstante somos conscientes de que nunca debió salir a la venta con ese precio. La decisión fue retirarlo de inmediato. Trabajamos para encontrar, incluso en el momento actual, alternativas de accesos a los productos a precios razonables que no alteren el valor de la venta final al público", dijo la empresa.
Navia y otros cubanos habían alertado en las redes sociales que el precio de la salsa de tomate estaba exagerado. El mismo producto nacional se comercializaba en tiendas online privadas, como Supermarket, a 16 dólares.
La salsa de tomate se ha convertido en uno de los productos ausentes de la cocina cubana. El problema no es reciente, hay denuncias de escasez y altos precios desde 2020.
En marzo una mujer denunció que compró en un mercado una lata de la clásica Salsa Vita Nouva, especial para pastas, por 600 pesos. Al abrirla descubrió que el producto, a pesar de estar etiquetado, fue adulterado con un puré de calabaza. Aseguró que se trata de otra estafa a los consumidores en Cuba.
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