Un cubano impartirá clases gratis sobre motorinas tras la trágica muerte de siete miembros de una familia en La Habana debido a la explosión de dos de estos vehículos en una vivienda.
Orlando Rodríguez, dueño del taller "Orlando on FIRE", en La Habana del Este, anunció que abrirá las puertas de su local los domingos y lunes durante dos horas para capacitar a propietarios de motos eléctricas.
"Se impartirán clases totalmente gratis sobre las causas de explosiones de baterías de litio y cómo no correr ese riesgo, además de clases de cómo y cuándo saber si su batería tiene o no problemas técnicos, clases de cómo es el funcionamiento de su vehículo", explicó en su muro de Facebook.
El curso contará con unas seis clases, que serán impartidas con baterías abiertas para que los asistentes puedan conocer el comportamiento de las celdas de litio.
El taller está climatizado y cuenta con todos los recursos necesarios, el único requisito es llevar un banco o una silla. Al ser un espacio reducido solo se aceptarán 10 personas por clase.
"Espero y mi esfuerzo logre reducir los daños ocasionados, y sobre todo crear conciencia en las personas sobre este tipo de vehículos que si bien nos resuelve un montón, nos puede quitar todo en tan solo unos segundos", concluyó Lázaro.
El miércoles pasado por la madrugada, una familia cubana compuesta por siete personas, cinco adultos y dos menores, murieron en una vivienda en Centro Habana como consecuencia de un incendio originado por la explosión de ciclomotores eléctricos.
El hecho ocurrió en la calle Perseverancia No. 159, entre Ánimas y Virtudes, en Centro Habana.
Un testigo relató que el siniestro se originó en una "vivienda de construcción mixta, con estructuras de mampostería y madera en su interior", y difundió imágenes que mostraban cómo quedaron calcinados en la entrada de la casa varios vehículos eléctricos.
La Asamblea del Poder Popular de La Habana indicó en sus redes sociales como posible causa del incendio "la explosión de dos motorinas que se hallaban cargando a la entrada de la casa".
En la vivienda vivía Magalys León, de unos 50 años, quien laboraba como gerente económica de la empresa ARTEX; sus hijos adultos -una hembra y un varón- y sus respectivas parejas, y dos menores de cuatro y seis años, hijos de una de las parejas.
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