La expansión de brotes de chinches en Artemisa y otras provincias ha dejado de ser un hecho aislado para convertirse en un fenómeno persistente en viviendas, instituciones estatales y privadas, almacenes, medios de transporte y espacios públicos, sin embargo, las autoridades sanitarias no consideran la situación una prioridad.
Numerosos centros han tenido que cerrar, suspender actividades, fumigar repetidamente y hasta eliminar mobiliario invadido por los insectos. No pocos inmuebles residenciales han sufrido rebrotes, incluso después de aplicar tratamientos, reconoció el periódico local El Artemiseño.
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“Esto no hay quien lo pare”, declaró un residente afectado por segunda vez, mientras incineraba colchones, un librero y un sillón en un vertedero próximo al cementerio de la capital provincial. Afirmó tener su casa en orden y limpia, pero responsabilizó a un basurero cercano, infestado y descontrolado, como origen del problema.
Desde la Dirección Provincial de Salud, el director de Higiene y Epidemiología, Raimundo Verde Miranda, minimizó la dimensión del problema al afirmar que el brote de chinches “no es de interés epidemiológico”, ya que no son vectores como el mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, enfermedad que puede provocar la muerte.
Sin embargo, admitió que estos insectos se alimentan de sangre humana o animal, se ocultan en la oscuridad y se desplazan con facilidad a través de ropa, objetos personales o transporte público, colonizando nuevos espacios, sin que la higiene, limpieza y organización garanticen protección total.
El funcionario reconoció que “los basureros son fuentes seguras para su alojamiento y punto de partida para salir a colonizar otros espacios”.
Además, sugirió hacer tratamientos tópicos en la piel en casos de picaduras y, si llegaran a infectarse, acudir a la consulta médica “para recibir indicaciones”.
La subdirectora de Educación en el municipio, Marlén Blanco Sánchez, confirmó la presencia de chinches en la primaria Ramón Mordoche y en el anexo de profesores. Ambas instituciones están ubicadas cerca de un vertedero con basura permanente, incluidos muebles infestados.
Blanco advirtió que muchas personas, lejos de combatir el foco, recogen muebles del basurero, agravando la propagación. La solución, dijo, no es botar objetos, sino incinerarlos y eliminar los residuos en sitios adecuados.
Respuesta institucional insuficiente
Pese a la gravedad del panorama, la respuesta institucional ha sido insuficiente. En Artemisa sólo operan dos entidades autorizadas para fumigar.
Una de ellas es la brigada del Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (Gelma), con ocho integrantes, “autorizada por el Ministerio de Salud Pública al uso de productos químicos para combatir plagas de insectos en el ámbito estatal y residencial”, según precisó Verde. La otra es la mypime “Cero Plagas”. Ambas brigadas emplean productos efectivos y seguros, aseguró el texto.
Ignacio Martínez Falgueiras, jefe de la brigada de Gelma, afirmó que priorizan siempre instituciones educativas, almacenes de productos de la canasta básica y viviendas de personas vulnerables. Desde el grupo empresarial se anuncian planes para formar nuevas brigadas, incluida una en Candelaria.
Mientras, la población lidia con un problema creciente y que, según las autoridades, depende en gran parte de “mantener los locales o habitaciones ordenadas, limpias, frescas, ventiladas y lavar la ropa con agua a temperaturas por encima de 60 grados celsius si fuera posible”, y de una voluntad colectiva que, por ahora, no parece suficiente.
Instituciones de salud como el Hospital Provincial Saturnino Lora y el Hospital Psiquiátrico Gustavo Machín, ambos en Santiago de Cuba, al igual que el Hospital Materno Infantil Doctor Ángel Arturo Aballí, en La Habana, han sido reportados por ciudadanos como lugares invadidos por cucarachas y chinches, lo cual pone en riesgo la salud de los pacientes.
Según las explicaciones oficiales, tal situación es atribuida a la falta de materias primas en Labiofam para elaborar productos exterminadores de plagas.
En 2024, trascendió que una plaga de chinches tenía alarmados a varios residentes de un barrio de la provincia de Santiago de Cuba y que los insectos también campeaban en el hogar de ancianos del municipio de Manzanillo, en la oriental provincia de Granma.
En esa ocasión, el director y el médico del asilo para personas de avanzada edad minimizaron la situación, alegando que las picaduras no presentaban un riesgo significativo para la salud de los pacientes.
No obstante, las chinches, conocidas como “el asesino silencioso”, pueden transmitir el parásito T. cruzi, causante de la enfermedad de chagas, que puede permanecer en el cuerpo humano hasta 97 días y provocar problemas cardíacos, neurológicos y digestivos, los cuales podrían conducir a la muerte súbita.
Asimismo, crecen las preocupaciones e indignación ciudadanas por el creciente problema con la recogida de basura en varias ciudades, principalmente en La Habana, donde proliferan microvertederos cerca de escuelas, hospitales y viviendas, sin obtener respuestas efectivas por parte del gobierno, mientras las personas conviven entre moscas y otros insectos, malos olores y el temor a enfermedades.
Preguntas frecuentes sobre la plaga de chinches en Artemisa
¿Por qué se ha extendido la plaga de chinches en Artemisa?
La plaga de chinches en Artemisa se ha extendido debido a la falta de control adecuado y a la proliferación de basureros infestados. Las chinches han invadido viviendas, instituciones públicas y privadas, y otros espacios, facilitadas por la movilidad a través de ropa y objetos personales. La respuesta de las autoridades ha sido limitada y no se considera una prioridad sanitaria, lo que ha agravado la situación.
¿Qué medidas están tomando las autoridades para combatir la plaga de chinches?
Las autoridades han optado por medidas limitadas, como la fumigación por parte de dos brigadas autorizadas. Sin embargo, la respuesta institucional ha sido insuficiente para controlar la expansión de la plaga. El director de Higiene y Epidemiología ha minimizado la importancia del problema, lo que ha generado críticas de la población afectada.
¿Cuál es el impacto de la plaga de chinches en la salud pública?
Aunque las chinches no son vectores de enfermedades como el dengue, su presencia masiva en lugares públicos y privados representa un problema de salud pública. Las picaduras pueden causar reacciones cutáneas y, en casos de infecciones secundarias, requieren atención médica. Además, la situación agrava problemas de saneamiento ya existentes en Cuba.
¿Cómo puede la población de Artemisa contribuir a controlar la plaga de chinches?
La población puede contribuir manteniendo los espacios limpios, organizados y ventilados, y lavando la ropa a altas temperaturas. Además, se recomienda incinerar muebles infestados en lugar de desecharlos en basureros comunes, lo que podría agravar la propagación. Es fundamental la colaboración comunitaria para enfrentar el problema.
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