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La Terminal de Ferrocarriles de Morón, Monumento Nacional y segunda más grande del país, es otro ejemplo de cómo en Cuba los presupuestos públicos se disparan sin una planificación realista ni transparencia, pues lo que empezó en 2022 como una “restauración capital” con un presupuesto de 3,4 millones de pesos (CUP), se ha transformado en un megaproyecto estatal que ya supera los 100 millones de pesos.
Olga Gener Pérez, directora provincial de Transporte en Ciego de Ávila, informó que el Fondo para el Desarrollo del Ministerio de Transporte, responsable de financiar las acciones constructivas, aprobó más de 61 millones de pesos sólo para la primera etapa, que incluye la reparación íntegra de la cubierta del inmueble.
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“Con este financiamiento fue necesario la compra de la madera que, por sus requerimientos, hubo que importar, debido a que la que tenía la edificación es imposible reutilizarla, por su deterioro. Esta será empleada, además, para las puertas”, puntualizó Gener en declaraciones publicadas por el periódico provincial Invasor.
En la primera etapa de la restauración -que incluyó el desmontaje de la estructura de la cubierta- participan fuerzas especializadas en obras con valor patrimonial de la provincia de Camagüey y del propio territorio, con experiencia en trabajos similares.
No obstante, Gener advirtió que “son necesarios unos 15 millones de peso adicionales”, para la restauración del vitral de grandes dimensiones que distingue a la terminal, de lo cual se encargará una brigada de artistas plásticos camagüeyanos.
Invasor no especificó en qué se utilizarían los restantes 24 millones de pesos para completar el presupuesto total mencionado en la información.
Lo que sí precisó la funcionaria es que el cronograma constructivo “prioriza la ejecución de la cubierta, para evitar que con las lluvias de la primavera continúe el deterioro del inmueble, con mayor riesgo para el falso techo y el vitral”.
A continuación, según indicó Gener, “se procederá con el resto del interior, que incluye elementos de pared, redes hidráulicas, sanitarias y eléctricas, pues dada la solidez de las paredes, estas requieren de intervenciones de menor envergadura. Para el 2026 se debe trabajar en los andenes y portales”.
Un pozo sin fondo
El 6 de noviembre de 2022, una nota publicada en el periódico oficial Granma aludía sólo a cambios de carpintería en la Terminal de Ferrocarriles de Morón. La información no mencionó importaciones (como la madera comprada en el exterior para la cubierta y puertas), ni intervenciones complejas relacionadas con el vitral, ni mucho menos una inversión 30 veces mayor.
En aquel momento, Kadileisy Pelier, director de la Unidad Empresarial de Base que administra la terminal, declaró que para 2023 estaban previstos “trabajos de conservación, remozamiento, cambio de carpintería y redes hidráulicas”.
El funcionario admitió que el deterioro del inmueble declarado Monumento Nacional en el 2000 y Premio Nacional de Conservación en 2010, se debía a negligencia y una gestión deficiente en las intervenciones anteriores.
Criticó que en 2019 “acometieron allí algunas acciones como el cambio de las vigas de madera, la sustitución de las tejas francesas deterioradas, entre otras labores, más cercanas al maquillaje que a la completa restauración, pues faltó reparar los aleros, las instalaciones hidrosanitarias, modernizar el sistema eléctrico para asumir las cargas actuales, cambiar la carpintería y solucionar la existencia de divisiones internas improvisadas”.
Poco después trascendió que la ruinosa instalación, singular por su diseño original influenciado por la arquitectura del sur de Estados Unidos y con elementos de carpintería francesa, estaba invadida por murciélagos y golondrinas, lo que provocaba que el sitio se mantuviera en estado insalubre constantemente.
El discurso oficial cambia, pero no la mala gestión
En 2022 las autoridades hablaban de la pretensión de que la estación de ferrocarriles de Morón, inaugurada el 14 de julio de 1924, llegara “totalmente renovada al centenario de haber entrado en operaciones”, aunque con el usual lenguaje voluntarista de la prensa oficial lo consideraron “un empeño difícil dada la carencia de recursos, pero posible” por “la voluntad de los pobladores de la Ciudad del Gallo y de las fuerzas constructoras”.
Tres años después, en 2025, la directora provincial de Transporte en Ciego de Ávila asegura: “Estamos enamorados de la obra, y constantemente insistimos en que la edificación no puede perder sus valores patrimoniales”.
Sin embargo, el salto presupuestario refleja un patrón: la rehabilitación de la Terminal de La Habana, entre 2016 y 2023, también enfrentó sobrecostos y demoras debido a la falta de materiales y a que su avanzado deterioro impidió acelerar las obras por peligro de derrumbe, según admitió en 2019 el arquitecto Ahmed Gómez.
Lo que en 2022 se vendió como una restauración “modesta” (3,4 millones de pesos) en la Terminal de Ferrocarriles de Morón hoy es un megaproyecto con financiamiento estatal superior a los 100 millones de pesos.
Este caso refleja algo más profundo que una mala estimación: evidencia una crisis estructural en la gestión del patrimonio en Cuba, marcada por promesas huecas, improvisación y una falta de control real sobre los recursos públicos.
Una pregunta queda en el aire: ¿alcanzarán los 100 millones para salvar de la ruina a la centenaria estación ferroviaria?
Preguntas frecuentes sobre la restauración de la Terminal de Ferrocarriles de Morón
¿Por qué aumentó el costo de restauración de la Terminal de Morón de 3,4 a más de 100 millones de pesos?
El costo de restauración de la Terminal de Morón aumentó debido a la subestimación inicial y a la complejidad de restaurar patrimonios en Cuba. La necesidad de importar madera para la cubierta y puertas, y el alto costo de restaurar el vitral de grandes dimensiones, contribuyeron al aumento del presupuesto. Además, el proyecto actual es más ambicioso que el plan original, que no contemplaba todos los desafíos que se presentarían.
¿Qué problemas específicos enfrenta la restauración de edificios patrimoniales en Cuba?
La restauración de edificios patrimoniales en Cuba enfrenta problemas como la falta de planificación realista, la inflación descontrolada y la escasez de materiales. Estos problemas se agravan por la burocracia y la falta de recursos, lo que resulta en sobrecostos y demoras significativas en los proyectos de restauración.
¿Qué implicaciones tiene el incremento del presupuesto en la restauración de la Terminal de Morón para otros proyectos en Cuba?
El incremento del presupuesto en la restauración de la Terminal de Morón refleja un patrón de sobrecostos y demoras en proyectos de infraestructura en Cuba. Esto tiene implicaciones importantes para otros proyectos en el país, mostrando una tendencia de mala gestión de recursos y planificación deficiente, como se ha evidenciado en la Estación Central de Ferrocarriles de La Habana y otros proyectos de infraestructura que han enfrentado problemas similares.
¿Cómo afecta la infraestructura deteriorada al transporte en Cuba?
La infraestructura deteriorada en Cuba afecta significativamente la eficiencia y seguridad del transporte. La falta de mantenimiento adecuado y la pobre ejecución de proyectos llevan a situaciones de riesgo, como la clausura de estaciones de trenes por peligro de derrumbe. Esto repercute negativamente en la calidad de vida de los ciudadanos y la economía del país.
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