Régimen cubano culpa a las familias y al "bloqueo" del aumento de mendigos

Autoridades en Santiago de Cuba culpan a las familias y al embargo del aumento de deambulantes, sin reconocer que la crisis interna también agrava la situación.


El régimen cubano atribuye el incremento de personas en situación de calle en Santiago de Cuba a la desatención familiar y al endurecimiento del embargo de Estados Unidos, según un reportaje publicado en la edición impresa del periódico oficialista Sierra Maestra.

En la entrevista concedida al medio local, el director provincial de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto González Ojea, reconoció que el contexto económico actual —agravado, según dijo, por "el recrudecimiento de la política hostil del gobierno de Estados Unidos contra Cuba"— limita el acceso a medicamentos, alimentos y otros bienes esenciales.


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Captura edición impresa / Sierra Maestra

A su juicio, esta situación afecta principalmente a "los sectores, familias y personas en situación de vulnerabilidad", quienes son "los más proclives a ser afectados".

Sin embargo, más allá de culpar a factores externos, González puso el foco sobre las propias familias cubanas como responsables del fenómeno de los llamados deambulantes.

"Las conductas, por evaluaciones que se han hecho desde el trabajo social y la atención integral, han ido incrementándose generalmente por la desatención familiar", afirmó sin reconocer que la crisis interna también agrava la situación.

Añadió que muchas familias incumplen lo establecido en el nuevo Código de las Familias, aprobado por referendo en 2022, que define con claridad las responsabilidades para con sus miembros vulnerables.

“El incumplimiento familiar es una de las causas principales que hemos detectado”, aseguró el funcionario, señalando que los trabajadores sociales y los grupos de prevención deben actuar para identificar a las familias que "no pueden atender o no lo hacen deliberadamente" a sus parientes en situación de vulnerabilidad.

En su exposición, González Ojea evitó mencionar que la profunda crisis económica que atraviesa el país, con altos niveles de inflación, escasez de alimentos, apagones y un sistema sanitario en crisis, es también consecuencia de políticas internas del régimen, más allá del embargo estadounidense.

Para intentar paliar el problema, las autoridades han habilitado un centro de atención social en Santiago de Cuba llamado "Con-Pasión", ubicado en la calle Heredia, donde se brinda asistencia médica y actividades recreativas a las personas en situación de calle.

Además, opera un Centro de Protección Social en El Viso, en el poblado de El Caney, donde los deambulantes reciben alojamiento y oportunidades de reinserción laboral.

Las instituciones complementan estos servicios con el Sistema de Atención a las Familias (SAF), presente en todos los municipios, que –según afirma el reporte oficialista– proporciona alimentación básica y actividades culturales y recreativas, así como asistencia legal a través de la Defensoría Ciudadana.

El funcionario presumió que se proyecta establecer centros similares en todos los municipios de Santiago de Cuba, especialmente en los consejos populares cabecera, para descentralizar la atención y evitar que los casos más graves queden fuera del alcance provincial.

González también trató de aclarar las diferencias entre "personas deambulantes" y "personas con conducta deambulante", explicando que algunos individuos pueden temporalmente asumir comportamientos erráticos por trastornos mentales o problemas familiares, mientras que los verdaderos deambulantes son aquellos que, abandonados o sin vínculos familiares sólidos, terminan viviendo de manera crónica en la calle.

Además, admitió que existen casos de personas que sobreviven en la calle debido a problemas de alcoholismo o por realizar actividades de mendicidad utilizando imágenes religiosas para pedir dinero y luego consumir bebidas alcohólicas.

"Una parte de ellos regresa en mayor o menor tiempo a ese comportamiento", puntualizó.

El abordaje institucional hacia estas personas se realiza mediante equipos multidisciplinarios compuestos por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), el Ministerio de Salud Pública, la Fiscalía Provincial, la Defensoría Ciudadana y otros organismos oficiales, que evalúan caso por caso para determinar el tipo de atención y la posible reubicación en casas de abuelos, hogares de ancianos o centros de salud mental.

Aunque el régimen intenta mostrar su respuesta como un esfuerzo organizado y humanitario, las críticas ciudadanas en redes sociales y foros independientes subrayan que el fenómeno de los deambulantes, cada vez más visible en ciudades como La Habana, Santiago de Cuba y Holguín, es consecuencia directa de la grave crisis económica, del deterioro social y de la falta de políticas públicas efectivas para atender la creciente pobreza estructural en el país.

Mientras el discurso oficial insiste en responsabilizar a factores externos y a las familias, persiste la percepción entre amplios sectores de la población de que la falta de oportunidades, la precariedad de los salarios, la desprotección social real y la incapacidad del Estado para garantizar una vida digna son las verdaderas causas del problema.

Girón / Raúl Navarro

Un reportaje reciente del periódico oficialista Girón ha dejado al descubierto una de las realidades más dolorosas de la Cuba actual: la precariedad extrema en la que viven miles de jubilados que, tras décadas de trabajo, se ven obligados a subsistir en las calles.

En Matanzas, bajo el abrasador sol del Caribe, ancianos que alguna vez ocuparon puestos esenciales en la economía nacional hoy venden jabas, cigarros, polvorones o frutas en esquinas y portales.

Raúl Navarro González, autor del reportaje titulado “Sobrevivir después de trabajar”, retrata con crudeza escenas de hombres y mujeres de avanzada edad que no pueden cubrir sus necesidades básicas con las pensiones que reciben del Estado. La serie de imágenes capturadas muestra la lucha diaria de quienes, en lugar de descansar tras una vida laboral, deben prolongar su esfuerzo para garantizar su sustento.

Preguntas frecuentes sobre el aumento de mendigos en Cuba

¿Por qué el régimen cubano culpa a las familias y al "bloqueo" del aumento de mendigos?

El régimen cubano atribuye el aumento de personas en situación de calle a la desatención familiar y al embargo de Estados Unidos. Según Ernesto González Ojea, director provincial de Trabajo y Seguridad Social, el contexto económico actual, agravado por el embargo, limita el acceso a bienes esenciales. Sin embargo, también señala que las familias incumplen lo establecido en el Código de las Familias, lo que contribuye al fenómeno de los deambulantes.

¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano para abordar el problema de los mendigos?

Para intentar paliar el problema, las autoridades han habilitado centros de atención social en Santiago de Cuba, como "Con-Pasión" y el Centro de Protección Social en El Viso. Estos centros brindan asistencia médica, actividades recreativas, alojamiento, y oportunidades de reinserción laboral a las personas en situación de calle. Además, se proyecta establecer centros similares en todos los municipios de Santiago de Cuba.

¿Cuáles son las críticas ciudadanas al enfoque del régimen sobre la mendicidad?

Las críticas ciudadanas subrayan que el fenómeno de los deambulantes es consecuencia directa de la grave crisis económica, del deterioro social y de la falta de políticas públicas efectivas. Mientras el discurso oficial insiste en culpar a factores externos y a las familias, muchos perciben que la falta de oportunidades y la precariedad económica son las verdaderas causas del problema.

¿Qué papel juegan los factores externos y las políticas internas en la crisis de mendicidad en Cuba?

El régimen cubano tiende a culpar al embargo estadounidense por las dificultades económicas, pero diversos analistas y ciudadanos señalan que la crisis actual en Cuba es resultado de múltiples factores, entre ellos la ineficiencia gubernamental y la falta de reformas económicas internas. La narrativa oficialista minimiza el impacto de las políticas internas en la gestión del deterioro social y económico.

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