El propietario del exclusivo yate Lamborghini, valorado en unos 4 millones de dólares, podría enfrentar sanciones civiles o penales tras el hundimiento parcial de la embarcación el domingo 4 de mayo en Miami Beach, según informaron las autoridades estatales.
El incidente ocurrió en las cercanías de Star Island, cuando el yate de lujo, un Tecnomar Lamborghini 63 de 65 pies de eslora, comenzó a hundirse con 32 personas a bordo, el doble de su capacidad permitida.
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La situación encendió las alarmas de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC), que ya ha iniciado una investigación para determinar las causas del siniestro.
De acuerdo con la ficha técnica del modelo, publicada por Lamborghini Miami, el yate está diseñado para transportar hasta 16 personas de forma segura. Sin embargo, durante el incidente se confirmó la presencia de más de 30 influencers, muchas de ellas compartiendo imágenes y videos en redes sociales antes del naufragio, lo que convirtió el hecho en un trending topic internacional.
El suboficial Nicholas Strasburg, de la Guardia Costera de Estados Unidos, señaló que aunque la embarcación contaba con los chalecos salvavidas necesarios, el exceso de pasajeros pudo haber contribuido decisivamente al accidente.
“Sin duda, existen normas de seguridad respecto a la cantidad de personas que se pueden llevar de forma segura en una embarcación”, afirmó Strasburg, según CBS News.
La FWC lidera la investigación, aunque la Guardia Costera también participa en las indagaciones. Las autoridades no descartan que el propietario del yate pueda ser objeto de multas, sanciones civiles o incluso cargos penales, en caso de confirmarse fallos graves en la operación de la embarcación.
CBS Miami intentó contactar al dueño, quien no se encontraba disponible. Dos trabajadores del astillero donde se le da mantenimiento al yate indicaron que podrían ofrecer más detalles en los próximos días.
Tras el hundimiento parcial, la embarcación fue remolcada fuera del canal, luego de que se rodeara con flotadores para evitar que interfiriera con otras rutas de navegación.
El capitán Yasmany Linares, un civil que se encontraba en las inmediaciones, ayudó a rescatar a 23 personas con su propia embarcación. “Si ese barco se vuelca, todas esas personas pueden quedar atrapadas debajo del barco y esa es una historia diferente”, advirtió.
Mientras se espera el informe preliminar de la FWC sobre lo ocurrido, el caso ha reavivado el debate sobre la seguridad en yates de lujo alquilados para eventos masivos, en especial cuando se combinan con la promoción en redes sociales sin supervisión estricta.
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