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La imprenta El Arte, en la ciudad de Manzanillo, fue un faro de la cultura oriental durante el siglo XX, pero ahora es un espacio lúgubre, sumido en el silencio de máquinas detenidas y el polvo del olvido, mientras la dejadez institucional amenaza con borrar definitivamente una de las páginas más ricas de la historia editorial cubana.
Fundada por el tipógrafo Juan Francisco Sariol Carrión (1888-1968), quien llegó a Manzanillo en 1911, fue mucho más que un simple taller. Desde allí se gestó la revista Orto, publicación que se mantuvo durante 45 años, desde el primer número el 7 de enero de 1912 hasta el último, en diciembre de 1957.
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“Como proyecto de arte y compromiso social, impulsor del movimiento renovador de 1913, de fuerte orientación antimperialista y de rechazo a la injerencia de Estados Unidos en los asuntos cubanos, encontró allí un valioso registro que sobrevivió a los cambios políticos y tecnológicos del siglo XX, cuando muchos talleres tradicionales fueron absorbidos por otros intereses y sistemas de impresión más modernos”, afirmó el periódico La Demajagua.
Recordó que por sus páginas pasaron voces esenciales de la intelectualidad cubana como Juan Marinello, Félix Pita Rodríguez, Nicolás Guillén, Manuel Navarro Luna, José Manuel Poveda, Ángel Augier, Carlos Rafael Rodríguez, Regino Eladio Boti, Carlos Enríquez, Emilio Ballagas y Juan Francisco Sariol, entre otros.
La proyecto “de enorme vocación martiana, se convirtió, además, en el símbolo difusor de ideas progresistas y de apoyo a generaciones de escritores y poetas, incluidos los del Grupo Literario de Manzanillo, establecido el 4 de septiembre de 1921”, señaló el diario.
Sin embargo, este relevante legado no parece importar hoy, “esos detalles dormitan en la indolencia, resbalan por la suave pendiente de la rutina, la desidia y la indiferencia”. La herencia editorial apenas sobrevive en determinados archivos históricos, entidades culturales, colecciones de periódicos antiguos o algún coleccionista excepcional.
El Arte se ubica en la céntrica esquina de Calixto García y Villuendas, en la llamada ciudad del golfo de Guacanayabo. El añejo inmueble, propiedad de la Empresa Dione Artesanía e Industria, agoniza entre el abandono y la desidia. Las mismas máquinas que una vez imprimieron ideas, ahora corren el riesgo de ser recicladas, desmanteladas o, peor aún, olvidadas.
En tiempos en que las autoridades cubanas hablan tanto de identidad y memoria, resulta alarmante que un sitio de tan preciado valor patrimonial no reciba atención ni mantenimiento.
“Erigir, en ese predio, un memorial como homenaje a Orto, sería retomar la espiritualidad histórica de aquellos protagonistas, que encontraron allí mucho más que una revista semanal”, sugirió La Demajagua, en una propuesta sensata que, sin embargo, corre el riesgo de quedar, como tantas otras, en eco sin respaldo.
Mientras tanto, El Arte, símbolo de la vocación martiana, la resistencia cultural y el pensamiento libre, perece en la sombra del olvido. Quizás ya nadie recuerde que allí también se escribió la historia.
Este sitio se suma a la larga lista de lugares emblemáticos en Cuba arrastrados a la desaparición por un régimen incapaz de sostenerlos en pie. Dormita entre la indiferencia de las autoridades y la apatía de una rutina que ya normalizó el abandono, en medio de la actual crisis económica.
En Las Tunas, el ruinoso inmueble donde radica el archivo de duplicado del Registro Civil permanece cerrado por orden sanitaria, debido a graves condiciones de insalubridad, por lo que están paralizados trámites esenciales, ante la abulia de las autoridades.
El aeropuerto Máximo Gómez, de Ciego de Ávila, construido con más de 100 millones de pesos, es hoy una ruina sin vuelos ni propósito. Más de dos décadas de abandono estatal han sepultado la inversión pública bajo el peso de la desidia y el absurdo.
El antiguo Casino Español de La Habana, en el municipio de Playa; el otrora emblemático Teatro Musical de La Habana y el Hotel Venus, en Santiago de Cuba, son algunos de muchos ejemplos de joyas culturales y arquitectónicas, víctimas del abandono y la desidia gubernamentales.
Al mismo tiempo, el vandalismo, la indisciplina y la indolencia de una parte de la ciudadanía también contribuyen al estado deplorable y sucio del ornato público.
Preguntas frecuentes sobre la imprenta El Arte y el abandono del patrimonio cultural en Cuba
¿Qué es la imprenta El Arte en Manzanillo y por qué es importante?
La imprenta El Arte, fundada por Juan Francisco Sariol Carrión, fue un destacado centro cultural en Manzanillo, Cuba. La importancia de El Arte radica en su papel como sede de la revista Orto, plataforma clave para la difusión de ideas progresistas y literarias en el siglo XX cubano. Por sus páginas pasaron figuras emblemáticas de la intelectualidad cubana, convirtiéndola en un símbolo de resistencia cultural y pensamiento libre.
¿Cuál es el estado actual de la imprenta El Arte?
La imprenta El Arte se encuentra en un estado de abandono y deterioro, con sus máquinas detenidas y el inmueble en riesgo de ser desmantelado o reciclado. La falta de atención por parte de las autoridades amenaza con borrar este valioso patrimonio cultural cubano.
¿Qué medidas se proponen para preservar el legado de la imprenta El Arte?
Una propuesta es erigir un memorial en homenaje a la revista Orto en el lugar donde se encuentra la imprenta, para retomar la espiritualidad histórica de sus protagonistas. Sin embargo, estas propuestas corren el riesgo de quedar sin respaldo ni implementación efectiva.
¿Qué otros ejemplos de abandono patrimonial existen en Cuba?
Además de la imprenta El Arte, otros sitios emblemáticos en Cuba enfrentan un abandono similar, como el aeropuerto Máximo Gómez en Ciego de Ávila, el archivo del Registro Civil en Las Tunas, y el antiguo Casino Español de La Habana. Estos casos reflejan la desidia gubernamental y la falta de mantenimiento de importantes patrimonios culturales y arquitectónicos.
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