El arquitecto y profesor cubano Universo García Lorenzo lanzó una contundente crítica a la desconexión de los proyectos de turismo patrimonial promovidos desde las instituciones estatales con la realidad de las ciudades cubanas, y señaló un contexto de contrastes cada vez más agudos entre las zonas restauradas en La Habana y aquellas marcadas por la pobreza, la destrucción y la inseguridad.
A su juicio, el “gran acervo patrimonial que atesoran nuestras ciudades, poblados y sitios históricos” constituyen “un gran potencial para el desarrollo económico del país, y desde ahí (como se enuncia políticamente) tributar positivamente al desarrollo armónico del resto de las esferas del desempeño humano, socio cultural”, reflexionó en su perfil de Facebook.
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El turismo cultural no puede sostenerse en “un mundo paralelo”, desconectado del entorno cotidiano en el cual, “los visitantes -como nosotros- no sentimos ningún apego a la ciudad apagada, sucia, insegura, carente”, subrayó el especialista, con años de experiencia en renovación de edificaciones históricas y en intercambios con grupos de turismo cultural, especialmente de Estados Unidos.
Puso como ejemplo un recorrido desde el Parque Central hasta las plazas rehabilitadas del Centro Histórico de La Habana Vieja, donde visitantes extranjeros se han mostrado impactados por los contrastes: del esplendor del Capitolio con su cúpula dorada “hasta decenas de antiguos palacetes coloniales devenidos en precarias ciudadelas o solares con ambientes de extrema pobreza inhabitable; para luego, traspasando esta franja, constatar en los entornos de las plazas históricas los logros de los procesos restauradores”.
Al respecto, García Lorenzo argumentó que “no habrá un futuro viable para el turismo cultural-patrimonial, mientras no se asuma como política, como prioridad la regeneración urbana integral, en todos sus aspectos, sin exclusiones, ni de sectores, ni de propiedad”.
El especialista también insistió en la pérdida de autonomía económica de la Oficina del Historiador de La Habana (OHC), tras el traspaso de su soporte financiero al conglomerado GAESA del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En su opinión, de una visión más inclusiva e integral del Plan Maestro para la Rehabilitación del Centro Histórico “cambiaron las prioridades, y los ingresos del turismo que antes tributaban directamente a la rehabilitación, tomaron otros rumbos”.
Deploró asimismo la construcción de hoteles supergrandes “en las zonas de alto valor de La Habana”, al igual que edificaciones de lujo “en contextos prácticamente marginales, marginados por las carencias”, y en los cuales “se ha omitido aquella visión integral”.
Según su experiencia, muchos visitantes prefieren hospedarse en casas particulares o pequeños hostales con ambiente histórico renovado, integrados a la vida local, en vez de hoteles “impersonales, aislados, fríos”. Además, mencionó, numerosos turistas se sienten decepcionados “por los altos contrastes del lujo y la miseria”, así como por la carencia de infraestructuras básicas como calles limpias, iluminación y servicios distribuidos más allá de los puntos turísticos.
En su texto, García Lorenzo aludió a dos publicaciones relacionadas con el decrecimiento del turismo español y de otros destinos, y el próximo Encuentro Internacional de Turismo Histórico-Patrimonial en Matanzas, mientras esa ciudad -y muchas otras fuera de La Habana- enfrentan apagones, suciedad y deterioro generalizados.
“Ni los turistas desean ese destino oscuro y sucio, con micro oasis aislados, ni los ciudadanos deseamos que se continúe ignorando esta cruda realidad, como en este caso, con la realización de eventos internacionales y nacionales, de toda índole, que con sus presupuestos y enunciados chocan y contrastan -en lo objetivo y en lo subjetivo- con nuestras limitaciones, crecientes, desgastante”, concluyó el arquitecto, al tiempo que llamó a alinear prioridades y recursos para un desarrollo turístico que beneficie a todos.
A pesar del prolongado estancamiento del sector y de las profundas carencias que afectan a la población en áreas clave como la salud pública y la producción de alimentos, el régimen cubano continúa priorizando las inversiones asociadas al turismo.
Se trata de un patrón persistente desde al menos 2014, en que las actividades vinculadas al turismo han ido acaparando un peso creciente en la inversión nacional.
Ello contrasta con la abismal caída en la construcción de viviendas en Cuba, señal inequívoca de la debacle económica y social que atraviesa el país: en 2024 se construyeron 5,5 veces menos viviendas que en 1984 y 15 veces menos que en 2006. Incluso en 1992, en pleno Periodo Especial, se construyeron casi tres veces más casas que el año pasado.
Durante el primer trimestre de 2025 en la isla se construyeron apenas 1,344 casas, equivalente al 12,4 % del plan de 10,795 previstas, una cifra que pone en evidencia un retroceso alarmante en el deteriorado programa de construcción de viviendas, el colapso estructural del sector y la ineficacia del gobierno para atender una de las necesidades más críticas de la población.
El recién estrenado hotel conocido como la Torre K de 23, una de las construcciones más polémicas de los últimos años en La Habana, fue centro de un intenso debate sobre el uso de recursos por parte del gobierno.
El grupo hotelero español Meliá Hotels International aseguró recientemente que los apagones, los problemas de suministro y la repercusión de noticias negativas son los responsables de la grave caída del turismo en Cuba.
En los primeros meses de 2025 el sector turístico en Cuba experimentó una fuerte caída de un 30 % en comparación con igual período de 2024, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Factores como la crisis energética y económica, la mala calidad de los servicios y la falta de conectividad aérea inciden en el resultado.
Preguntas frecuentes sobre el turismo patrimonial y el estado urbano en Cuba
¿Cuál es el principal problema del turismo patrimonial en Cuba?
El principal problema del turismo patrimonial en Cuba es la desconexión entre las zonas restauradas y las áreas urbanas deterioradas. Esta desconexión genera un contraste impactante para los visitantes, quienes observan la brecha entre el lujo de las áreas turísticas y la pobreza de las zonas residenciales. Además, la falta de una política integral de regeneración urbana afecta negativamente el atractivo turístico general del país.
¿Cómo impacta el control de GAESA en la Oficina del Historiador de La Habana?
El control de GAESA sobre la Oficina del Historiador de La Habana ha limitado su autonomía económica. Esto ha llevado a un cambio en las prioridades de los ingresos del turismo, desviando fondos que anteriormente se utilizaban para la rehabilitación del Centro Histórico hacia otros destinos, lo que ha afectado la continuidad de proyectos de restauración y mantenimiento urbano.
¿Por qué el turismo en Cuba ha experimentado una caída significativa?
El turismo en Cuba ha experimentado una caída significativa debido a la crisis energética, económica y la mala calidad de los servicios. Factores como los apagones constantes, la falta de infraestructuras básicas y la disminución de la percepción de seguridad han contribuido a que los visitantes prefieran otros destinos del Caribe. Además, la falta de conectividad aérea y las noticias negativas sobre el país han afectado la imagen turística de la isla.
¿Qué desafíos enfrenta la infraestructura turística en Cuba?
La infraestructura turística en Cuba enfrenta desafíos como el deterioro de hoteles, falta de mantenimiento y escasez de productos básicos. Estos problemas se ven agravados por la falta de estabilidad energética y de suministros que dificultan las operaciones hoteleras. Además, la priorización de grandes proyectos hoteleros en medio de la crisis económica ha generado críticas por la desconexión con las necesidades básicas de la población.
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