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Aunque Cuba mantiene un 31% de cobertura boscosa, los datos oficiales más recientes confirman que el país pierde capacidad de reforestación año tras año, pues desde 2020 la producción de posturas ha caído casi un 40%, la superficie plantada disminuye y los incendios forestales han afectado miles de hectáreas en lo que va de 2025.
Mientras tanto, los riesgos asociados al cambio climático siguen creciendo, y los planes estatales no logran revertir el deterioro ambiental.
El informe “Silvicultura en Cuba”, publicado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), evidencia que en 2024 solo se plantaron 8,191.7 hectáreas (ha), muy por debajo de las 12,615.9 ha reportadas en 2020.
También se constata un descenso en la producción de posturas, que bajó de 24,77 millones a 14,75 millones en ese mismo período.
La reforestación efectiva también se redujo: se fomentaron 19,954.8 ha y se reconstruyeron apenas 3,750.3 ha de bosques. Las provincias más activas fueron Santiago de Cuba, Camagüey y Pinar del Río, pero el esfuerzo no basta frente al ritmo de deforestación, impulsado por el uso de tierras para agricultura, la expansión de asentamientos humanos y los incendios forestales.
Entre enero y marzo de este año, se registraron 136 incendios que arrasaron con más de 813 ha. Pinar del Río lideró la lista con 30 incendios y casi 480 hectáreas quemadas, seguida por la Isla de la Juventud y Cienfuegos. Solo en marzo, dos siniestros de gran escala afectaron más de 480 hectáreas entre Pinar del Río y Holguín.
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Las herramientas de prevención también han sufrido retrocesos. Las trochas cortafuegos y franjas verdes (áreas de vegetación que se plantan estratégicamente en los bosques para cumplir funciones ecológicas clave), esenciales para contener incendios y preservar la biodiversidad, se han implementado menos que en años anteriores. En 2024, las franjas verdes abarcaron solo 520.7 kilómetros, frente a los 802.1 de 2023.
A pesar de que el país posee ecosistemas forestales valiosos -como los bosques húmedos tropicales de Moa y Sierra Cristal, o los pinares montañosos-, su mantenimiento parece estar cada vez más comprometido.
A propósito del tema, el sitio oficialista Cubadebate recordó que Cuba también alberga una de las superficies de manglares más grandes del Caribe, que cubre más del 5% del territorio, pero muchas zonas costeras están en riesgo si no se refuerzan los procesos de saneamiento y reforestación.
Un informe de Naciones Unidas advierte que 21 comunidades costeras cubanas podrían desaparecer antes de que termine el siglo si no se toman medidas urgentes. Otras 98 estarían gravemente afectadas por la erosión y la subida del nivel del mar.
A pesar de marcos legales como la Ley Forestal de 1998, la “Tarea Vida” de 2017 y la nueva Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente de 2024, las acciones concretas no logran revertir la tendencia. Los planes existen, pero su cumplimiento es irregular, y las estadísticas apuntan más a la inercia que al avance.
El futuro de los bosques cubanos sigue dependiendo de decisiones que aún no se reflejan en la práctica. La silvicultura, como advirtió un comentarista en el propio medio oficial, sigue siendo “la cenicienta” del sistema agroforestal nacional.
Pero la presión sobre los ecosistemas forestales no se limita a la actividad agrícola. La crisis energética también ha disparado la tala indiscriminada para obtener leña o carbón vegetal, como denuncian ciudadanos en los propios comentarios.
“La falta de electricidad y gas está pelando las laderas de la emblemática Loma de la Cruz de Holguín”, advirtió un usuario. Otro estimó que “no quedará un árbol en pie” si se prolonga la situación actual.
A esto se suma el deterioro del arbolado urbano. En ciudades como La Habana y Bayamo se reporta una reducción acelerada del número de árboles, sin reposición adecuada ni mantenimiento profesional.
“Los tocones de árboles talados, reflejo fiel de una vergonzante desidia pululan en nuestras calles y avenidas arboladas y no se palpa medida alguna que frene este desmedido y el maltrato por parte de muchos ciudadanos y entidades estatales que deberían atender el pulmón verde de la capital. Desidia, mucha desidia”, denunció otro lector.
Un análisis más estructural apunta a la falta de estrategia e incapacidad técnica en la Dirección Forestal del Ministerio de la Agricultura. “A partir del año 2016 hasta la actualidad han pasado varios directores que no tienen conocimiento de la actividad forestal. Entre viajes al exterior y proyectos de colaboración pierden de vista que la tarea más importante de las empresas agroforestales es el Plan de Ordenación Forestal de sus recursos forestales y también de los recursos no madereros”, argumentó un forista.
El panorama se completa con la sombra de la explotación económica sobre los recursos forestales. “Ojalá no veamos en ellos una fuente de divisas porque nos vamos a quedar sin bosques en el afán de ʻdolarizar parcialmenteʼ a la economía”, alertó un lector con tono irónico. “Donde ponemos el ojo, ponemos la bala. Pero la bala del desastre”.
A pesar de marcos legales como la Ley Forestal de 1998, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático conocido como “Tarea Vida” de 2017 y la Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente aprobada en 2024, los hechos en el terreno no respaldan el discurso oficial. Las acciones son insuficientes, los recursos son escasos y la gestión sigue atada a estructuras ineficientes.
Preguntas frecuentes sobre la crisis de deforestación y gestión forestal en Cuba
¿Cuál es la situación actual de los bosques en Cuba?
En Cuba, a pesar de mantener un 31% de cobertura boscosa, el país enfrenta un proceso de deforestación y retroceso en la reforestación debido a incendios, tala indiscriminada y una producción insuficiente de posturas. Desde 2020, la producción de posturas ha caído un 40% y la superficie plantada ha disminuido, mientras que en 2025 ya se han registrado más de 136 incendios forestales.
¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano para enfrentar la deforestación?
A pesar de contar con marcos legales como la Ley Forestal de 1998, la "Tarea Vida" de 2017 y la Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente de 2024, las acciones del gobierno cubano no han logrado revertir la tendencia de deterioro ambiental. Las medidas implementadas han sido insuficientes y los recursos escasos, lo que ha exacerbado la situación.
¿Qué impacto tienen los incendios forestales en Cuba?
Los incendios forestales han devastado miles de hectáreas en Cuba, afectando gravemente a los ecosistemas, la biodiversidad y la calidad del aire. En 2025, Pinar del Río ha sido la provincia más afectada, con más de 8,000 hectáreas quemadas. Los incendios son impulsados tanto por factores naturales como la sequía, como por negligencias humanas.
¿Cómo afecta la tala y la crisis energética a los bosques cubanos?
La crisis energética en Cuba ha incrementado la tala indiscriminada de árboles para obtener leña y carbón vegetal, lo que agrava la deforestación. La falta de electricidad y gas ha llevado a talar árboles en áreas emblemáticas como la Loma de la Cruz de Holguín, poniendo en riesgo la sostenibilidad de los bosques cubanos.
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