Un día después de ser sancionado por el gobierno de Estados Unidos, Miguel Díaz-Canel reaccionó en redes sociales con un mensaje que mezcla desafío ideológico y victimismo político.
“Lo que molesta a EEUU de #Cuba es la verdadera independencia, que no gobiernen aquí las transnacionales, que tengamos salud y educación gratis”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter).
La declaración del mandatario cubano llega en medio de un nuevo paquete de sanciones que, por primera vez, lo señalan directamente por “graves violaciones de los derechos humanos”. La medida, anunciada por el Departamento de Estado el viernes, prohíbe la entrada a EE.UU. tanto a Díaz-Canel como a sus familiares más cercanos.
Las sanciones incluyen también al ministro de las Fuerzas Armadas (FAR), Álvaro López Miera, y al ministro del Interior, Lázaro Alberto Álvarez Casas, así como a sus respectivos familiares.
Según funcionarios estadounidenses, estas acciones buscan hacer rendir cuentas a los máximos responsables de la represión desatada tras las protestas del 11 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles al grito de “¡Libertad!” y fueron duramente reprimidos.
"Estados Unidos nunca olvidará la tenacidad del pueblo cubano hace cuatro años", dijo un alto funcionario al Miami Herald, mientras que el secretario de Estado Marco Rubio afirmó que se están restringiendo visas a “figuras clave del régimen” como forma de responsabilizarlos por su brutalidad.
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Desde La Habana, la reacción del régimen no se hizo esperar. El canciller Bruno Rodríguez calificó la medida como parte de una “guerra económica prolongada y despiadada” que no logrará doblegar “la voluntad de este pueblo ni de sus dirigentes”. Por su parte, el vicecanciller Carlos Fernández de Cossío habló de una “pretendida sanción” asumida “con orgullo”.
En ese mismo tono, el tuit de Díaz-Canel busca recobrar el discurso de soberanía, esgrimiendo que lo que realmente molesta a Washington es que Cuba no se rinde, ni privatiza, ni calla.
Pero sus palabras provocan una pregunta inevitable que se repite entre muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla: ¿por qué molesta tanto que les prohíban la entrada a un país que siempre han acusado de enemigo? Si Cuba es “independiente”, como afirma, ¿por qué les afecta esta medida?
Díaz-Canel menciona salud y educación gratuitas como logros del sistema, pero guarda silencio sobre los cientos de presos políticos, las familias separadas por la migración forzada y la crisis humanitaria que empuja a miles de cubanos a huir.
Mientras tanto, Estados Unidos también actualizó su Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba, añadiendo once nuevos hoteles vinculados al conglomerado militar GAESA, en un intento por limitar el financiamiento directo al aparato represivo.
Aunque el post del gobernante designado por Raúl Castro recibió muestras de apoyo de figuras cercanas al régimen, también provocó una oleada de indignación entre ciudadanos que viven la realidad cotidiana de la isla.
“Hermano, en serio que salgas hablando de salud y educación cuando no hay medicamentos y todas las instituciones se están cayendo a pedazos… El teatro no dura para siempre, ya la alfombra no aguanta que escondan un churre más”, le respondió un usuario identificado como @charles_ghost7.
“¿Cuál independencia? Si no son capaces de proveer un poco de leche para los niños. De cuál independencia usted habla, si extorsionan a los cubanos dentro de la isla para que los de afuera los mantengan. Ah… en la vida nada es gratis. Por cierto: una educación y salud pésimas… de lo peor del mundo”, criticó Abel Cartaya (@AbelCartaya).
“¿Esto es un chiste, verdad? ¿De qué educación y salud hablas? ¿De qué independencia? El pueblo no aguanta más miseria y hambre. Acábate de largar y dejar que Cuba sea libre. ¡Patria y Vida!”, escribió Daniel Ramírez V. (@Daniel8804RV).
A cuatro años del 11J, las sanciones llegan como recordatorio de que la comunidad internacional, al menos desde Washington, no ha olvidado lo ocurrido. Organizaciones como Justicia 11J han documentado más de 1,500 detenciones, muchas de ellas seguidas por juicios sumarios y largas condenas.
El tuit de Díaz-Canel puede buscar respaldo entre los suyos, pero también revela el aislamiento creciente del régimen, su narrativa repetitiva y la desconexión con una ciudadanía harta de promesas vacías.
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