Jorge Luis Vega García, ex teniente coronel del Ministerio del Interior (MININT) de Cuba y acusado de crímenes de lesa humanidad por su historial represivo en cárceles de máxima seguridad, vive hoy en libertad en Estados Unidos tras ingresar legalmente mediante el programa de parole humanitario.
Apodado “Veguita” por quienes lo sufrieron, Vega García fue identificado por ex prisioneros políticos como un represor violento, responsable de golpizas, torturas físicas y psicológicas, tratos inhumanos y persecución por motivos políticos, informó este jueves el periodista Mario J. Pentón de Martí Noticias.
Su historial incluye la dirección de la prisión de Agüica, en Colón, y luego el mando del penal Canaleta, en Perico, ambos en la provincia de Matanzas.
Según consta en la plataforma Represores Cubanos - ¡Detengan la Violencia!, Vega García violó reglas internacionales como las Reglas Mandela y el Artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, negando atención médica, dirigiendo golpizas sistemáticas, y asesorando directamente en mecanismos de represión carcelaria.
A pesar de ello, logró entrar a Estados Unidos el 20 de enero de 2024 por el Aeropuerto de Tampa, acompañado por su esposa e hijo, sin que las autoridades migratorias detectaran su historial represivo. Posteriormente, solicitó acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, según fuentes cercanas al proceso migratorio.
Los testimonios que lo identifican como “Veguita” son demoledores:
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“Fue entrenado por Emilio Cruz, el mayor sicario de Agüica. Comandaba destacamentos de presos comunes para provocarnos, robarnos nuestras cosas y golpearnos. Era frío, metódico, represivo”, denunció Benito Ortega Suárez, exprisionero político.
“Veguita es una de esas caras que se te tatúan en el alma. Nos mantenía sin sol, en aislamiento. Una vez un joven se lanzó desde el tercer piso antes de enfrentar una paliza suya”, relató Pablo Pacheco Ávila, del Grupo de los 75.
“Veguita me lo decía en la cara: ‘Tú nunca vas a salir de aquí’”, recordó Fidel Suárez Cruz, quien aún sufre secuelas físicas por las golpizas.
También fue señalado por reprimir a las familias durante las visitas al penal. “Les hizo la vida imposible a todos los que pensaban diferente”, sostuvo Blas Giraldo Reyes, también exprisionero político.
Dos fuentes con acceso a información clasificada en Cuba aseguraron a Martí Noticias que el expediente personal de Vega fue borrado del sistema de Inmigración y Extranjería, práctica habitual del régimen para facilitar la salida de exoficiales de confianza. Incluso su cuenta de Facebook fue eliminada poco después de su llegada a EE.UU.
Documentos obtenidos por periodistas muestran firmas suyas tanto en Cuba como en territorio estadounidense, lo que refuerza la conexión directa entre su identidad y los abusos denunciados.
El caso ha reavivado las críticas al programa de parole humanitario, que ha permitido la entrada de cientos de miles de personas sin una verificación minuciosa. Para las víctimas, este no es un error administrativo: es una afrenta moral.
“Conozco opositores pacíficos que fueron golpeados y no se les permitió entrar a EE.UU. Mientras tanto, este hombre camina libre por nuestras calles”, lamentó Ortega Suárez.
Desde el exilio se exige más que una deportación. Las víctimas reclaman una investigación penal, la identificación de otros casos similares y la implementación de controles más rigurosos en los programas migratorios.
Una red de impunidad bajo la lupa
Según denuncias del exilio cubano, al menos 100 represores y testaferros del régimen se han establecido en EE.UU. en los últimos años. El congresista Carlos Giménez anunció que entregará una nueva lista al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para frenar esta infiltración.
Giménez, junto a los también congresistas Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, ha exigido al gobierno actuar con más firmeza. El arresto, en mayo pasado, y posterior deportación del represor Daniel Morejón García, marcó un precedente: fue expulsado tras descubrirse su participación en la represión del 11J.
“Estos monstruos comunistas no tienen cabida aquí. Han cometido crímenes de lesa humanidad y ahora se aprovechan de nuestras leyes para jubilarse en EE.UU.”, denunció Giménez.
Las autoridades de inmigración, incluyendo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), han reforzado sus investigaciones, y activistas exigen revisar con mayor rigor las solicitudes de parole y de residencia de ciudadanos cubanos con vínculos con el MININT, su Brigada de Respuesta Rápida y el Partido Comunista.
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