Entrenador cubano Rodolfo Estévez hace boxeadores en México

Son 20 los púgiles mexicanos que entrena el cubano Estévez.

Rodolfo Estévez entrenó al “Toro” Reséndiz, actual campeón mundial interino supermediano de la AMB © Cortesía a CiberCuba
Rodolfo Estévez entrenó al “Toro” Reséndiz, actual campeón mundial interino supermediano de la AMB Foto © Cortesía a CiberCuba

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Pudiera asegurarse que en todos los continentes trabajan entrenadores cubanos, muy buenos entrenadores cubanos, pero específicamente los de boxeo ocupan un primerísimo lugar.

Uno de estos técnicos es Rodolfo Estévez, un guantanamero de Baracoa que a sus 72 años aún anda subido en cuadriláteros llevando lo mejor de su sabiduría en el deporte de “dar sin que te den” y, si no, que lo digan sus alumnos mexicanos.

Conversar con Estévez es como leer un libro de anécdotas, de idas y venidas y de crecimiento humano.

Yo nací para el boxeo. Desde 1968, en mi Ciudad Primada natal, comencé en estos menesteres bajo la tutela de Mario Portuondo Zapata (Mayito). Me mantuve activo hasta 1976. Mi primera competencia importante fue el “Playa Girón” de la provincia en la categoría juvenil, en 1969, donde quedé campeón provincial juvenil.

¿Y de adulto?

En el “Playa Girón” de 1972, cuando le gané al estelarísimo Hipólito Ramos, subcampeón olímpico. Eso no se olvida, Julita. Me creí un Dios. Ese mismo año fui campeón del primer torneo nacional de las FAR.


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Peleé con José Aguilar, bronce olímpico en Moscú 80, y le gané en un tope conmemorativo del INDER en Santiago de Cuba.

Estévez en su etapa de boxeador. Foto: Cortesía a CiberCuba

Tuve momentos muy bonitos: victorias sobre Ambrosio Céspedes, campeón centroamericano, en un tope en Matanzas, y David Odelín, en un evento provincial de Santiago de Cuba, en 1973.

Precisamente en ese año, en el “Córdova Cardín” de Santiago de Cuba, me enfrenté al titular olímpico y mundial Jorgito Hernández y le di tremenda pelea. Perdí, pero fue zapatilla con zapatilla. Otro de mis más fuertes rivales fue Rafael Carbonell, de los mejores 48 kg de aquella época, con quien perdí cerradamente.

¿Fue Jorgito tu rival más fuerte?

Pues no, fue el zurdo Ramón Duvalón, subcampeón olímpico; perdí con él en el “Playa Girón” y en el Festival de Campeones, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, en 1975.

Ese mismo año integré la preselección nacional y realicé una gira por África. Gané y perdí, pero tengo la satisfacción de haber enfrentado a grandes figuras del boxeo cubano y universal.

Podría decirse que tu decisión de convertirte en entrenador se debe al amor por el boxeo.

¡Indiscutiblemente! Una vez retirado del boxeo activo, me incorporé a trabajar como entrenador en mi pueblo natal y, a la vez, me fui superando en el Instituto Superior de Cultura Física “Manuel Fajardo”, donde obtuve mi título como profesor de Educación Física y Deportes.

Así, trabajé en la Academia Provincial de Guantánamo con Ismael Salas y Rolando Acebal, figuras destacadas del boxeo. El primero tiene hoy su academia en Las Vegas y sus púgiles han cosechado grandes cinturones, y el segundo es, desde hace años, el director técnico del seleccionado cubano de boxeo.

También trabajé en la ESPA de Santiago de Cuba junto a Mario Portuondo (Mayito), Enrique Steiner, Luis Casal y Alberto Feria, entre otros. Tú sabes que Santiago es tierra de excelentes boxeadores.

Nunca fuiste llamado para la Finca del Wajay, centro de entrenamiento del pugilismo cubano... ¿Cómo llegas a México?

Salí de Cuba rumbo a México, como colaborador deportivo, por un período de dos años. Regresé a Cuba y seguí trabajando en Santiago, pero al cabo de dos años, en 2006, se me presentó la posibilidad de un contrato a título personal en el estado de Nayarit, lugar donde resido hoy.

¿Qué has hecho en México, alguien te ayudó a llegar a ser un gran entrenador o fue “a pecho”?

Jajajaja... Me contrataron como entrenador en el Instituto Nayarita de Cultura Física y Deporte. Ahí tomé parte en más de 15 Olimpíadas Nacionales -evento similar a los Juegos Nacionales Escolares de Cuba-, representando al estado de Nayarit, con excelentes resultados, pues mis alumnos ocupaban por lo general el podio.

También mis alumnos han competido en festivales mexicanos, con un saldo de cuatro medallas de oro y cinco de bronce. En los muy conocidos Festivales Olímpicos Mexicanos también mis muchachos han obtenido dividendos: dos cetros y un bronce.

Estévez, conocido como Fofi, trabaja actualmente en el gimnasio Alameda, donde entrena a 20 púgiles cuyas edades oscilan entre los 14 y 26 años. De ellos, siete son profesionales. Además, sus enseñanzas abarcan otra academia, Innovare, ubicada en la ciudad de Tepic Nayarit.

¿Cuál es tu acreditación en el boxeo mexicano?

Soy entrenador certificado de la Federación Mexicana de Boxeo, 5to año de SICED (Sistema de capacitación y certificación para entrenadores deportivos).

He recibido cursos de superación profesional, de boxeo amateur y profesional, que no es lo mismo, así como un curso de psicología del deporte, postgrados de masaje deportivo, cursos de regla y arbitraje y de entrenamiento deportivo.

Rodolfo Estévez no ha perdido el tiempo y por eso sobresale en una tierra repleta de excelentes preparadores de boxeo y cuna de estrellas del pugilismo profesional del mundo.

Sé que tu estrella es José Armando “El Toro” Reséndiz, actualmente campeón mundial interino de la AMB, en la división 168 libras. ¿Cómo lo conociste?

Yo estaba trabajando en el gimnasio Platino y él llegó buscándome porque le habían hablado de mí. Desde que lo vi supe que tenía madera de campeón; le hice varias pruebas y sus condiciones físicas me lo confirmaron. Eso fue en 2015, él tenía 15 años.

Desde ese día, emprendimos juntos el camino para conquistar nuestros sueños. Ese mismo año ganó la medalla de oro en la categoría infantil en más de 80 kg y, a partir de ahí, empezamos a cosechar éxitos y más éxitos convirtiéndose en el máximo medallista que ha tenido Nayarit en el boxeo aficionado. Fue premio estatal del deporte.

¿Se acoplaron bien: él, mexicano y tú, cubano?

Pues chica, al principio tuvimos nuestros encontronazos: a él no le gustaba que yo le gritara en la esquina, pero cuando se dio cuenta de que era por su bien, se acostumbró. Yo le explicaba que los cubanos somos gritones, hablamos fuerte y en un combate, mucho más. Y fue así que enseguida nos compenetramos como padre e hijo, y todo salió bien.

Lo inicié en el deporte profesional en el año 2017. Nos mantuvimos invictos en 12 peleas, entre ellas nueve KO. En ese entonces peleaba en 168 libras. En el año 2021 se da la posibilidad de un contrato en EE.UU., pero debido a que no aprobaron mi visa, no pude ir con él cómo entrenador. Ahí decidimos que él siguiera adelante, pues nuestro objetivo era que llegara a ser campeón del mundo.

Junto a José Armando “El Toro” Reséndiz. Foto: Cortesía a CiberCuba

A propósito del Toro Reséndiz, CiberCuba tuvo la oportunidad de conversar con ese gran campeón acerca de su querido entrenador, y todas fueron palabras de elogio:

Rodolfo es un gran entrenador; desde mi humilde opinión, el mejor de Nayarit y de los mejores de México, capaz de hacer campeón nacional a un muchachito de apenas meses de iniciado en el boxeo, como fue en mi caso.

Gracias a la experiencia en el deporte, implementado de motivación psicológica teórica y un carismático modo de explicar las cosas, acompañados de un carácter fuerte que te impone disciplina y se te hace un buen hábito.

Un gran amigo, una gran persona que se preocupa por sus atletas y quiere lo mejor para ellos.

¿Quién lo entrena ahora?

En estos momentos su entrenador es Manny Robles. A sus 26 años es el campeón interino supermediano de la AMB (WBA Interim), título que ganó el 31 de mayo de 2025 al derrotar por decisión dividida a Caleb Plant.

Tras proclamarse campeón en Las Vegas, José Armando “El Toro” Reséndiz se encuentra en plena etapa de consolidación en el peso supermediano, preparándose posiblemente para una defensa titular. Recientes informes lo vinculan como potencial rival de un púgil de alto nivel como Jermall Charlo.

Además de Reséndiz, también tuve otro gran púgil, ganador igualmente del título en el Festival Olímpico Mexicano en 2017, Adrián Robles Nungaray, “El Tornado”, muy bueno, medallista de oro de la Olimpiada Nacional y el Festival Olímpico, peso supergallo. Está entre los mejores de México en el boxeo profesional, con un horizonte muy luminoso.

Me imagino te haya dolido ver partir a Reséndiz, pues hubiera sido un colofón de tu carrera. De los que entrenas ahora, ¿alguno tiene reales posibilidades?

Claro que me dolió, a ambos nos dolió, pero era necesario. Él no podía ver frenada su carrera; mira a donde ha llegado. Además, cada vez que viene a México es visita segura en mi casa.

En cuanto a mí, yo también seguí mi camino. En estos momentos trabajo como entrenador independiente, tengo una gran cantera de atletas, entre ellos siete profesionales, como ya te dije. De ellos, hay tres que tienen grandes posibilidades de escalar planes estelares muy pronto. Con los otros sigo trabajando duro para lograr nuestros objetivos, que es seguir cosechando campeones.

He visto muchos boxeadores profesionales mexicanos que no se caen, les dan y les dan y no se caen… ¿Tiene el mexicano algo especial?

Por la estructura y forma de boxeo, el mexicano es menos estilista y más de contactos. Eso los hace que reciban en sus entrenamientos muchos golpes y generen adaptaciones a soportar mayores cantidades de golpes directos al tronco y al mentón, independientemente de la genética guerrera de los mexicanos.

Has desarrollado tu vida entre el boxeo cubano y el mexicano, ¿con cuál te quedas? Indiscutiblemente, la escuela cubana de boxeo que tantos lauros brindó no “juega” mucho con el profesionalismo.

En efecto, soy heredero de la escuela cubana de boxeo, pero respeto y admiro el boxeo mexicano, por lo que trato de fusionar ambas escuelas para obtener mejores resultados. Entreno púgiles técnicos y ganadores, para poder brindar un mayor espectáculo al público.

De los grandes del boxeo cubano tengo la mejor de las opiniones, fui alumno de ellos cuando formé parte de la preselección nacional en el año 1975 y gracias a sus enseñanzas, sus consejos, hoy soy el entrenador que soy. Pero tampoco dejo de admirar y respetar el boxeo mexicano. Una cosa no quita la otra.

¿Qué crees del boxeo cubano, que apenas conquistó un título olímpico en París, y por los pelos?

Creo que hace años Cuba debía haber incursionado en el boxeo profesional como lo hacía antes de 1959, cuando estuvieron Kid Chocolate, José Legrá, Kit Gavilán, Mantequilla Nápoles, entre otros campeones mundiales. La realidad hubiese sido otra, tuviéramos más campeones mundiales profesionales y no solamente amateur; de eso estoy más que seguro.

¿Eres feliz, estás realizado en México?

Tengo una hermosa familia que ha sabido apoyarme en cada momento de mi vida personal y profesional. Mi esposa se llama Ana Vilsia Font Campos, de 65 años, profesora de Español y Literatura. Tengo tres hijos: uno fallecido desgraciadamente, Rodolfo; Olmis Luis y Yurdiana. Además, una hermosa nieta, Melani, de 15 años. Todos viven conmigo en este país que me ha acogido como un hijo. Y sí, mantenemos una estrecha relación y llevamos una vida feliz y unidos.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un periodista antes de su publicación.




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