Santiago de Cuba volvió a ser escenario de un hecho sangriento este 12 de agosto, cuando una fiesta callejera en el Reparto Vista Hermosa terminó en tragedia.
Según reportó en Facebook el comunicador independiente Yosmany Mayeta Labrada, el incidente ocurrió en Calle G, entre 6 y 5, durante un “pumpum” (forma coloquial de referirse a una fiesta callejera, reunión informal o fiesta improvisada en la vía pública).

Allí, dos jóvenes con viejas rencillas se encontraron y uno de ellos decidió “ajustar cuentas”, desatando el trágico acontecimiento.
La víctima, identificada como Yoan Aguilera, de 19 años, recibió una puñalada mortal que, según testigos, fue propinada por otro joven conocido como Yunior. “Lo más posible es que esté muerto. Yo estaba ahí y cayó como un pollo”, indicó a Mayeta Labrada uno de los presentes.
Aguilera fue trasladado de urgencia al Hospital Militar Joaquín Castillo Duany, pero las primeras informaciones que circulan en redes no son alentadoras, mientras se esperan confirmaciones oficiales sobre su estado.
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Este episodio se suma a una ola de violencia que azota a Santiago de Cuba en las últimas semanas y que ha dejado varias víctimas mortales y heridos graves en distintos barrios.
Entre los hechos recientes figura el de un padre de dos niños pequeños, que murió tras recibir una puñalada directa al corazón durante una fiesta de verano. Testigos relataron que el hecho comenzó como una discusión y terminó de forma fulminante cuando el agresor, aún prófugo, le asestó el golpe mortal.
En paralelo, un joven identificado como Yudel Vegue Kindelán fue apuñalado en dos ocasiones —una en el cuello— en el Reparto Nuevo Vista Alegre, quedando en estado crítico y bajo cuidados intensivos.
La mayoría de estos ataques han ocurrido en medio de fiestas barriales o actividades públicas sin presencia policial ni medidas preventivas, lo que vecinos consideran un patrón alarmante. Denuncias ciudadanas apuntan a la inacción de las autoridades y a la falta de respuesta rápida, lo que refuerza la percepción de indefensión.
Mientras crece la indignación en redes sociales y en las calles, la pregunta que muchos se hacen es cuántas vidas más deberán perderse antes de que se tomen medidas efectivas para frenar la escalada de crímenes.
Por ahora, las investigaciones siguen abiertas y Santiago de Cuba permanece en tensión, atrapada en una espiral de violencia que no da tregua.
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