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Desde el pasado 12 de octubre, los cubanos que viajan a Europa enfrentan un nuevo requisito obligatorio: el Sistema de Entradas y Salidas (SES).
Esta herramienta digital ya está activa en varios aeropuertos y cambia radicalmente la manera de ingresar y salir del espacio Schengen.
El tradicional sello en el pasaporte ha sido sustituido por un registro biométrico que incluye huellas dactilares, imagen facial y otros datos personales.
Aunque el cambio aplica a todos los ciudadanos de países no miembros de la Unión Europea, los cubanos se verán particularmente impactados por esta nueva exigencia porque el sistema automatizado dificulta una de las vías más utilizadas para emigrar: entrar como turista y quedarse más allá del tiempo permitido.
¿Qué es el SES y cómo cambia la experiencia fronteriza?
El SES sustituye el antiguo procedimiento manual -basado en sellos de pasaporte- por un sistema de control biométrico y digitalizado.
A partir de ahora, los viajeros que no tengan nacionalidad europea ni de los países asociados (Islandia, Noruega, Suiza o Liechtenstein) deberán registrarse electrónicamente cada vez que crucen una frontera exterior del espacio Schengen, ya sea por aire, mar o tierra.
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Durante su primer ingreso tras la implementación del sistema, los viajeros deben facilitar una imagen facial, cuatro huellas dactilares, y los datos del pasaporte, los cuales quedarán registrados en una base de datos.
Según las autoridades europeas, este sistema permitirá "una identificación certera de los viajeros" y reducirá significativamente los tiempos de espera en los controles fronterizos gracias a quioscos de autoservicio, aunque el proceso inicial pueda ser más demorado.
Quienes ya hayan entregado sus datos biométricos previamente -por ejemplo, durante una solicitud de visado en una embajada europea- podrán prescindir de repetir el proceso en el punto de entrada, ya que la información estará integrada al sistema.
Un sistema que calcula tu estancia al segundo
Uno de los cambios más significativos que introduce el SES es su capacidad para monitorear en tiempo real el tiempo de estancia legal de cada viajero.
La normativa del espacio Schengen permite estancias cortas de hasta 90 días en un período de 180 días, contados de manera acumulada entre todos los países que aplican el SES.
Este cálculo, antes poco claro y susceptible de manipulación, será ahora gestionado automáticamente por el sistema, que notificará cualquier excedente de tiempo.
"El sello en el pasaporte era una solución del siglo pasado. Este sistema nos proporcionará datos en tiempo real y reducirá las zonas grises", ha señalado un portavoz de la Comisión Europea.
Y es justamente la reducción de esas “zonas grises” -como las rutas fronterizas utilizadas para ingresar irregularmente al continente- uno de los principales objetivos del nuevo mecanismo.
Para los migrantes cubanos que tradicionalmente han ingresado con visado de turismo y luego se han quedado más allá del límite legal, esta automatización representa un obstáculo mayor.
Si un viajero sobrepasa el período autorizado, el SES dejará constancia de ello.
En consecuencia, podría ser sancionado con multas, restricciones en futuras entradas o incluso una denegación automática de acceso al intentar volver a entrar a Europa.
Aplicación progresiva y calendario de implementación
Aunque el SES ya está en funcionamiento, su implementación será gradual.
En una primera etapa de seis meses, al menos un paso fronterizo por país debe estar equipado con el sistema, pero convivirá con el antiguo método de sellado en puertos y pasos terrestres.
Los aeropuertos de mayor tráfico, como los de España -principal destino europeo para los cubanos- están entre los primeros en activarlo.
La Unión Europea prevé que el sistema esté plenamente operativo en todos los puntos de entrada antes del 10 de abril de 2026, fecha a partir de la cual se eliminará definitivamente el uso del sello en el pasaporte y se aplicará el SES a todos los viajeros elegibles que dispongan de pasaportes biométricos.
Diferencias con otros sistemas europeos como ETIAS
Es importante no confundir el SES con el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS), otro mecanismo que se aplicará más adelante y que requerirá a los viajeros obtener una autorización electrónica previa y de pago, similar al sistema ESTA de Estados Unidos.
El ETIAS está previsto para entrar en vigor a finales de 2026 y se aplicará a ciudadanos de países exentos de visado, como Estados Unidos o Canadá, pero no afecta directamente a los cubanos, quienes ya requieren visa para viajar a Europa.
Implicaciones para los cubanos: Más control, menos margen para migrar irregularmente
Para muchos cubanos, el visado Schengen ha sido durante años una vía para establecerse en Europa.
Una vez dentro del espacio común, y ante la imposibilidad de regularizar su situación desde la isla, algunos optaban por quedarse más tiempo del permitido y solicitar asilo o encontrar formas informales de residencia.
Con la llegada del SES, esta estrategia se vuelve más arriesgada.
El nuevo sistema no solo registra cuándo una persona entra, sino también cuándo sale. Si el sistema detecta que un viajero se ha pasado del tiempo permitido, puede dejar constancia permanente de esa infracción. Esto podría complicar el acceso a Europa en el futuro, incluso si la persona decide regresar con una visa válida.
Además, el sistema no contempla excepciones por causas humanitarias o de reunificación familiar en esta fase de implementación.
Los cubanos con doble nacionalidad española o con permisos de residencia en Europa podrán seguir tramitando cartas de invitación para familiares, pero esos visitantes estarán sujetos al control biométrico y a las limitaciones de tiempo igual que cualquier otro viajero de un tercer país.
El SES forma parte de un plan más amplio de la Unión Europea para crear “fronteras inteligentes”, donde los flujos migratorios estén controlados y las amenazas a la seguridad puedan ser detectadas con mayor eficiencia.
Según el Consejo de la UE, entre los beneficios esperados están la mejora de la seguridad interior, la lucha contra la suplantación de identidad y una mejor cooperación entre sistemas europeos de información.
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